• Todo apunta a que los tres serán sustituidos por Jordi Turrull y Joaquim Forn
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El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha decidido hacer 'limpieza' en su Gobierno y ha apartado a los consejeros críticos con el referéndum independentista que pretende llevarse a cabo el próximo 1 de octubre. La portavoz del Gobierno de Cataluña, Neus Munté, el consejero de Interior, Jordi Jané, y la consejera de Educaión, Meritxell Ruiz, han abandonado Ejecutivo catalán.

En el Gobierno de la Generalitat hay malestar por el diferente grado de implicación en la consulta independentista

Puigdemont ha llevado a cabo una purga para eliminar cualquier duda sobre la unidad del Gobierno de la Generalitat ante el desafío soberanista que está planteado al Estado. Tal y como ha informado la Cadena Ser, que cita fuentes próximas al presidente catalán, los tres serán sustituidos por Jordi Turrull, presidente del Grupo Parlamentario de Junts pel Sí, y Joaquim Forn, portavoz del Grupo Municipal de CiU en el Ayuntamiento de Barcelona. Todo apunta que Turull ocuparía la cartera de Presidencia y Forn, la de Interior.

El presidente de la Generalitat ha tomado esta decisión tras haberse reunido en el Parlament con consejeros del PDeCAT para conocer su posicionamiento respecto al referéndum del 1-O, que muchos han interpretado como una suerte de 'examen de fidelidad' con vistas a apartar a los críticos, como ya ocurrió con el exconsejero Jordi Baiget. Esta ronda de contactos se produjo en medio del malestar que existe en el Consejo Ejecutivo del partido por el diferente grado de implicación de cada uno de sus miembros en la consulta independentista y en el apoyo a las medidas adoptadas para lograr que salga adelante.

Esta purga no es más que una muestra de la división interna que existe sobre la consulta, y es que mientras que algunos están dispuestos a afrontar sin miedo las posibles consecuencias que tendrá desafiar al Estado, algo de lo que el Gobierno de Mariano Rajoy no deja de advertir, otros creen que ni siquiera está garantizado que la votación se pueda celebrar, por lo que no vale la pena jugarse la carrera política y arriesgarse a una posible inhabilitación, y mucho menos arriesgarse a tener que pagar elevadas cifras de dinero por la insumisión en forma de multa.

PAGAR LAS CONSECUENCIAS

La tensión, además, ha ido 'in crescendo' en las últimas semanas entre PDeCAT y ERC. A Puigdemont se le ha abierto un frente en su partido porque no son pocos los miembros de la antigua Convergència que critican que esté a punto de dar plenos poderes a Oriol Junqueras mientras que los "únicos costes judiciales" del desafío independentista los han pagado de momento miembros de partido que aún preside Artur Mas, según informa El Mundo.

En concreto, Meritxell Borràs es una de las que está en el punto de mira de esta crisis, ya que se enfrenta a una querella del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) por promover el concurso público para la compra de urnas para el referéndum, que finalmente quedó desierto. Ante todas estas críticas y divisiones, Puigdemont ha decidido dar un golpe sobre la mesa para alejar las dudas sobre la convocatoria del referéndum del 1-O e insistir en la idea que transmitió hace unas semanas, cuando dijo que "mientras sea presidente, habrá referéndum".

TODAS LAS REACCIONES

El revuelo que ha despertado la decisión de Puigdemont ha sido tal que el propio presidente de la Generalitat se ha visto obligado a explicarse. Ha negado que exista un divorcio de su persona con el PDeCAT al defender que habla y cuenta con la formación: "Me siento del partido", ha señalado en la rueda de prensa donde ha explicado la remodelación del Govern.

PP y Ciudadanos creen que cada vez está más cerca la convocatoria de elecciones en Cataluña

"En el Govern actuamos solidaria y colegiadamente con una única hoja de ruta compartida por todos. He hablado mucho con el partido y cuento con el partido", ha insistido Puigdemont, que ha asegurado que todas las decisiones que se toman se hacen "en plena sintonía y complicidad" con el PDeCAT, y que así se trasladan también a nivel territorial, recoge Europa Press. Por ello, considera que hablar de divorcio entre él y el partido es algo que "queda desmentido por los hechos, aunque haya una narrativa interesada en ver cosas que no son".

No obstante, el resto de partidos de la oposición sí que han puesto el acento en la división que parece existir en la antigua Convergència. En concreto, la vicesecretaria de Estudios y Programas del PP, Andrea Levy, ha dicho que el Gobierno catalán se ha convertido en un "búnker radical" en el que la moderación es "purgada", y ha advertido que "el coste de disentir asfixia la calidad democrática". Por su parte, el presidente del PP de Cataluña, Xavier García Albiol, ha instado a Puigdemont una entrevista en Ràdio 4 a no dilatar más la situación y convocar elecciones en septiembre para no "alargar más la agonía".

Y no han sido los únicos. El presidente del Gobierno y el PP, Mariano Rajoy, ha dicho en una comparecencia en La Moncloa para presentar el Plan de Inversión Extraordinaria de Carreteras (PIC), con una inversión de 5.000 millones de euros, que lo ocurrido es una muestra más de la "deriva autoritaria" de un "gobierno ensimismado en sus propias rencillas" y que "va contra los catalanes". "Hoy se purga a los dudosos, triunfando el radicalismo. ¿Qué diálogo quiere con esta forma de comportarse?", ha afirmado.

Y la portavoz de Ciudadanos en el Parlament, Inés Arrimadas, se ha expresado en similares términos en declaraciones a Onda Cero. Tal y como ha dicho, esta purga no es "ninguna sorpresa" y ha avisado que "no va a solucionar nada". En su opinión, la situación del Gobierno catalán es "insostenible" por la existencia de "discrepancias internas" en torno a la celebración de un referéndum el próximo 1 de octubre, que ha calificado como "una gran mentira". No obstante, se ha mostrado contenta porque cree que "queda poco" para ver su fin y para que se convoquen elecciones en Cataluña.

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