• Los últimos detenidos en junio en Madrid y Mallorca planeaban ataques contra viandantes, según las investigaciones policiales
  • El 11-M sigue siendo, más de 13 años después, el atentado más grave ocurrido en suelo europeo.
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Atropello en BarcelonaASOCIACIÓN UNIFICADA DE LA GUARDIA CIVIL

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han detenido a 186 presuntos yihadistas, en operaciones desarrolladas tanto en España como en el exterior, desde que en junio de 2015 el Gobierno incrementó el nivel de alerta a 4 sobre 5.

La cifra se eleva hasta 231 desde principios de ese año, cuando los primeros atentados terroristas en Francia en nombre del grupo Estado Islámico (también conocido como DAESH) pusieron sobre aviso a toda Europa sobre esta amenaza, más de 13 años después del 11-M.

Y es que en los últimos años, la actividad policial contra grupos o individuos sospechosos de tener vínculos con el yihadismo se ha incrementado sustancialmente. El año pasado, la apertura de diligencias en la Audiencia Nacional por integración terrorista aumentó un 122 por ciento debido principalmente al incremento de detenciones de presuntos yihadistas, según los últimos datos oficiales hechos públicos recogidos en la memoria anual de la Fiscalía General del Estado.

Así, en 2016 se registraron 20 diligencias frente a las 9 que tuvieron lugar un año antes cuando, por primera vez en la historia, las investigaciones por terrorismo yihadista superaron a las relacionadas con la banda terrorista ETA.

EL RIESGO CERO NO EXISTE

A la pocas semanas de llegar al Ministerio del Interior, Juan Ignacio Zoido dio órdenes a las fuerzas de seguridad para mantener la "tensión" ante la posibilidad de que los yihadistas atentaran en España, siguiendo el 'modus operandi' de otras acciones cometidas en Europa. En sus últimas comparecencias, ha sostenido que no se había detectado ninguna amenaza concreta aunque siempre remarcaba que "el riesgo cero no existe".

La última operación policial tuvo lugar a finales de junio en Mallorca, donde cuatro personas fueron detenidas en Mallorca por su "total compromiso y adhesión con las directrices" del grupo terrorista Estado Islámico. Es más, uno de ellos habría planeado una "matanza" en la Plaza del Ayuntamiento de Inca apuñalando a viandantes, según el auto del juez.

Sólo unos días antes, en el centro de Madrid fueron detenidos otros tres presuntos yihadistas. La investigación policial desveló que uno de ellos se encontraba "en vías de planificación de un atentado terrorista" en la capital. Además, había publicado expresiones en las redes sociales de máxima violencia.

"Da igual que sean niños, es lo que se merecen; aquí va a suceder algo peor", dijo en alusión a atentados como el de Manchester del pasado 22 de mayo. "El que no quiera convertirse al Islam tiene que morir por infiel"; "todos los que forman parte de un país que tiene un Gobierno en Occidente y han estado involucrados en la lucha con el DAESH merecen morir"; y "la mejor forma de morir es inmolándose, puesto que los que defienden el Corán tienen el paraíso asegurado", fueron otros comentarios recopilados por la Policía.

ÚLTIMO JUICIO, SEIS AÑOS DE CÁRCEL

El último juicio celebrado en la Audiencia Nacional contra yihadistas tuvo lugar hace sólo un mes. Seis hombres fueron condenados a seis años de cárcel cada uno por formar parte de una célula de Melilla dedicada a captar, radicalizar, adoctrinar y enviar combatientes a zonas de conflicto. Durante el juicio reconocieron los hechos y rechazaron el uso de la violencia.

El Ministerio del Interior presta especial atención a los presuntos yihadistas que se han desplazado a zonas de conflicto. Según explicó Zoido a Europa Press en una reciente entrevista, las fuerzas de seguridad del Estado cifraban en unos 200 los yihadistas que desde España se habían trasladado a Irak o Siria para integrarse en las filas de Estado Isálmico. De estos 200, unos 50 han fallecido en esa zona y 34 han retornado, entre ellos cuatro menores.

Fruto de la colaboración policial, Interior ha cifrado en 270 el número de presos vinculados al terrorismo yihadista, lo que supone que en la actualidad haya una veintena más de internos en España por este tipo de terrorismo que de condenados por su relación con ETA.

El Ministerio del Interior mantiene activada la iniciativa STOP RADICALISMOS con la que los ciudadanos pueden colaborar a través de una serie de canales a su disposición para que, de forma confidencial y segura, notifiquen a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad aquellos posibles casos de radicalización en su entorno a través de la página web www.stop-radicalismos.es, la aplicación móvil de alertas de seguridad ciudadana Alertcops y el teléfono gratuito 900 822 066.

SIN ATENTADOS DESDE EL 11-M

España no había sido objetivo de un atentado terrorista de corte yihadista desde hacía más de 13 años, cuando los ataques del 11 de marzo de 2004 en Madrid dejaron 192 personas muertas y más de 2.000 resultaron heridas.

En los últimos años, sobre todo desde la aparición de la organización Estado Islámico (también conocido como DAESH), otros países del entorno europeo como Francia, Bélgica o Reino Unido se veían golpeados por el terrorismo yihadista, pero en España la amenaza del yihadismo no pasó de un plan para atacar la Audiencia Nacional y la existencia de individuos o grupos que eran frenados por las fuerzas de seguridad.

Sólo un ataque contra objetivos españoles ha prosperado en los últimos años: en diciembre de 2015, dos policías fallecieron en el atentado contra la Embajada española en Kabul, la capital de Afganistán.

El 11-M sigue siendo, más de 13 años después, el atentado más grave ocurrido en suelo europeo. Diez explosiones casi simultáneas sacudieron cuatro trenes de Madrid en plena hora punta de la mañana. La Policía detonó de forma controlada otros dos artefactos que no llegaron a estallar. Por estos hechos fueron juzgadas 28 personas, aunque siete de los autores materiales de la masacre se habían suicidado en Leganés durante una operación policial pocas semanas después de los ataques.

En la sentencia que dictó en julio de 2008, el Tribunal Supremo calificó los atentados como la acción terrorista "más grave perpetrada en España y una de las más graves ejecutadas en el mundo" por una célula islamista que, si bien dependía ideológicamente de la organización Al Qaeda, actuaba de forma independiente y no tenía vinculaciones con otros grupos o individuos de la red terrorista liderada por Osama Bin Laden.

21 CONDENADOS

Tras un largo juicio que fue televisado, la Audiencia Nacional condenó a 21 de los 28 procesados. A dos de ellos, Jamal Zougam y Otman el Ganaoui, a más de 42.900 años de cárcel como autores materiales de los asesinatos y al exminero José Emilio Suárez Trashorras a 34.715 años como autor por cooperación necesaria.

Después, el Supremo condenó en 2008 a uno de los absueltos, el excuñado de Suárez Trashorras Antonio Toro, pero absolvió a cuatro de los condenados como terroristas por la Audiencia Nacional por falta de pruebas y rechazó las peticiones de la Fiscalía respecto del considerado autor intelectual de los hechos, Rabei Osman El Sayed, alias 'Mohamed El Egipcio'.

Después del 11-M no se había producido ningún atentado hasta ahora. A partir de ahí, se han desarrollado multitud de operaciones policiales que han frustrado posibles amenazas contra España, las más grave la operación Nova, que a finales de 2004 se saldó con 43 detenidos en varias fases, de los que 15 estaban presos en distintas cárceles.

El juez les acusó de planear atentados contra varios objetivos emblemáticos de Madrid, entre ellos la Audiencia Nacional, el Tribunal Supremo o la estación ferroviaria de Príncipe Pío. Una veintena de imputados fueron condenados por la Audiencia Nacional, aunque años después el Tribunal Supremo absolvió a 14 de ellos.

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