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Colas de vehículos al cruzar la verja de Gibraltar en 2012Europa Press

Catedráticos opinan que la salida británica es jurídicamente revocable, pero en ese caso debería velarse para que no sea una "argucia"

MADRID, 8 (EUROPA PRESS)

La catedrática de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Araceli Mangas Martín, ha explicado este miércoles que la salida británica de la UE devolverá a España el poder de cerrar la Verja con Gibraltar que le da el Tratado de Utrecht.

Esta potestad había quedado "bloqueada" con la pertenencia a la UE, si bien España podía seguir manteniendo cierto control porque Reino Unido --y por lo tanto Gibraltar-- no forma parte del espacio Schengen. Sin embargo, tras la salida británica la relación volverá a regirse por el Derecho Internacional, ha detallado en una comparecencia ante la Comisión Mixta Congreso-Senado para la UE.

Tras el Brexit, ha dicho, "no tendrá que ir la Comisión Europea a vigilar si la gente pasa deprisa o despacio". Incluso ha hecho la "broma" de que España podría decidir cerrar la Verja "los fines de semana, o cuando vuelvan de Sotogrande", y tendrá más opciones de actuar cuando el Peñón "meta el dedo en el ojo". Eso sí, acto seguido ha admitido que España tendría que actuar "con delicadeza" y no darse "bofetadas" a sí misma, teniendo en cuenta los miles de españoles del Campo de Gibraltar que trabajan en el Peñón.

Eso sí, está de acuerdo en que el Gobierno español debe aprovechar el Brexit para intentar "avanzar" sobre la situación del Peñón, y especialmente para que la nueva situación no genere a España más problemas desde el punto de vista fiscal o medioambiental.

Según ha explicado, la oferta de cosoberanía que ha presentado España para Gibraltar supone "renunciar a la cosoberanía territorial" para ofrecer una "cosoberanía funcional" que brinda a los gibraltareños la posibilidad de pedir la nacionalidad española pero no les obliga.

Mangas también ha dejado claro que ve muy improbable un acuerdo, porque Gibraltar es un punto estratégico para "el Almirantazgo" británico, que no renunciará a él ni porque lo pida España ni porque los gibraltareños quieran autodeterminación.

LA UE HA HECHO "HIBERNAR" EL PROBLEMA

Cuando el Reino Unido salga de la UE, ha dicho, vuelve "la controversia en todas sus dimensiones: la colonial, la territorial del istmo, el problema aéreo y el problema marítimo", así que tanto España como Reino Unido y el propio Gibraltar van a ver cómo el "estar en un proceso de integración", el europeo, "hace olvidar los problemas, los hiberna". Gibraltar, ha dicho, se ha beneficiado mucho de la pertenencia de España y Reino Unido a la UE.

Antes que Mangas han comparecido en la Comisión el catedrático de Derecho Administrativo y de la UE Ricardo Alonso García y el catedrático de Relaciones Internacionales Francisco Aldecoa (todos de la Complutense), y los tres han coincidido en opinar que el Brexit es una decisión que puede ser reversible.

En opinión de Mangas, es revocable antes del 29 de marzo de 2019, cuando está prevista la salida, porque "los actos unilaterales son revocables" --ha recordado que España lo hizo así en los años 30 con la Sociedad de Naciones, depositando un preaviso y luego retractándose--. No obstante, ha puntualizado que eso debería producirse con condiciones, por ejemplo que sea después de unas elecciones anticipadas, para asegurar que Reino Unido lo hace de buena fe y no como "argucia para negociar".

Por su parte, Alonso García no ha descartado que la duda sobre la reversibilidad acabe en el Tribunal de Justicia de la UE (TUE), que es a quien corresponde interpretar el artículo 50 del Tratado, que ha servido de base al Brexit.

Es más, cree que los tribunales británicos deberían haber preguntado al Tribunal europeo antes de dar por sentado que el Brexit era irreversible, pero ha admitido que habría sido "totalmente surrealista" que, una vez votada la salida, los tribunales británicos pregunten al de la UE si la decisión tiene o no marcha atrás.

Eso sí, también cree que, si el TUE estuviese de acuerdo en la reversibilidad debería evitarse que se use como "chantaje" en la negociación.

Este catedrático también sostiene que el artículo 50 da la razón a las pretensiones británicas en una cosa, en la posibilidad de negociar a la vez el 'divorcio' y la relación futura, puesto que dice que "se negociará la forma de retirada del Estado saliente teniendo en cuenta el marco de las relaciones futuras".

A su modo de ver, está claro que los dos acuerdos no pueden firmarse a la vez --recuerda que un tratado comercial como el de Canadá ha tardado cinco años en firmarse-- pero está claro que, como en un divorcio entre dos personas, la relación futura condiciona el acuerdo de separación.

SE QUEDARÍA EN PEORES CONDICIONES

Por su parte, Aldecoa, que se ha centrado más en el impacto político del Brexit, ha opinado que si finalmente el Reino Unido decidiera dar marcha atrás y quedarse, lo haría "en peores condiciones", no con la enorme capacidad de negociación que tenían antes, "muy por encima de su peso", que les permitía "vetar casi todo".

Aldecoa ha advertido de algunas paradojas que se han producido con el Brexit, como el hecho de que Londres lleve años vetando la puesta en marcha de la defensa común y ahora asegure que va a estar "en la primera velocidad de la defensa europea estando fuera".

Este catedrático también ha recalcado que el Brexit ha tenido el efecto de generar cohesión entre los socios europeos y, para España, de colocarla "en el núcleo, núcleo" de los grandes países europeos.

Aldecoa ha mencionado las cumbres en 'formato Versalles' --Francia, Alemania, Italia y España--, cuya tercera edición está previsto que se celebre en Madrid y ha apuntado que se está retrasando por la crisis desatada en Cataluña. Sin embargo, desde su asiento el portavoz del PP, José Ramón García Hernández, ha asegurado que el retraso se debe más bien a que ha habido elecciones en Alemania --y aún no está formada la coalición de Gobierno--.

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