• La organización establece tiempos de control con una velocidad máxima de 70 km/h y penalizaciones para quien llegue antes o después
  • Este tiempo 'extra' permite a los participantes visitar y entregar el material entre los poblados y pueblos que cruza el recorrido
portada rally solidario
Participante del 15º Rally Clásico del Atlas Solidario

De Marrakech a Ouarzazate. El 'Rally Clásicos del Atlas Solidario 2018' dio el pistoletazo de salida el pasado sábado 24 de marzo desde la primera de las cuatro ciudades imperiales de Marruecos, para adentrar a sus participantes en una carrera en lo que más se premia es la regularidad, no la velocidad.

Los requisitos para participar son simples. Turismos, furgonetas, todoterrenos o camiones particulares deben tener más de 20 años, cuyo maletero debe atracar en suelo marroquí con “todo el material escolar, deportivo y médico que quepa”, explica a 'Bolsamanía' Julio Álvarez, director y organizador de esta particular competición que ha celebrado esta Semana Santa su decimoquinta edición.

Los 65 equipos inscritos ‘lucharon’ por liderar la clasificación durante siete días, en un recorrido que atraviesa alguna de las zonas más necesitadas del Atlas marroquí y sus zonas desérticas. Sin embargo, el propósito no es llegar el primero.

La organización sitúa controles a lo largo de cada etapa, por los que los corredores deben pasar sobre el horario establecido, ni antes ni después. “Legar antes o después penaliza. Calculamos una velocidad media de 30 km/h” para establecer los tiempos de llegada a cada control y una “velocidad máxima de 70 km/h”, aclara Julio. El tiempo restante puede ser empleado por los participantes en visitar y entregar el material y los regalos entre los pueblos y aldeas que se topan en el recorrido. Asimismo, la organización bonifica a aquellos vehículos que remolquen a los coches más pequeños en problemas, una situación que, dado el complicado entramado de las dunas, se produce con cierta asiduidad.

"Entre control y control aprovechábamos para pararnos en las aldeas o poblados que estaban cerca de los mismos, estar un rato con los niños y darles las cosas que llevamos para ellos. Nosotros somos muy futboleros y llevábamos una bolsa con balones para repartirlos, y siempre que podíamos nos parábamos a jugar un rato con ellos al fútbol", reconoce a 'Bolsamanía' Miguel, uno de los participantes de esta última edición. "Entre etapa y etapa, por la noche sobre todo, aprovechábamos para revisar el coche y ponerlo a punto para el día siguiente, ya que todos los días había que limpiar filtros, revisar el aceite o hacer algún 'arreglillo' más", añade.

"Somos muy futboleros y llevábamos una bolsa con balones para repartirlos. Siempre que podíamos nos parábamos a jugar un rato con ellos", explica Miguel, uno de los participantes de la última edición

Miguel y otros dos amigos llevaban tiempo queriendo hacer un viaje de voluntariado, pero muchas veces, por su duración, es difícil de compatibilizar con el trabajo. La idea de un rally por el desierto llamó su atención y, al tratarse de una iniciativa solidaria, no dudaron ni un segundo en participar. "Lo mejor de la experiencia sin duda son los niños de allí. Son muy agradecidos con la gente de fuera, y si pasabas más de un día en la misma ciudad te acababan cogiendo cariño", explica.

Y, sin duda, para este grupo de amigos lo peor fue la vuelta. "Veintiséis horas seguidas de coche desde Ouarzazate hasta Madrid, sólo con dos horas de ferry entre medias... Te prometo que el 'veo veo' llega un momento en que no da más de sí", comenta Miguel. En cualquier caso, el esfuerzo merece la pena y es una experiencia que recomendarían a cualquiera que quiera pasar unas vacaciones diferentes ayudando a los más necesitados.

Miguel, uno de los participantes de la última edición

La organización se encarga de todo. A través de una agencia de viajes marroquí, los participantes reciben alojamiento durante la semana de competición y el traslado en ferry necesario tanto para abandonar como para regresar a la península, aunque “cada uno decide cómo venir”, comenta Julio Álvarez. Además, el precio de la entrada incluye toda la infraestructura y seguros que ofrece el evento, y el resto, por supuesto, tiene un destino solidario. El dinero que se recolecta se utiliza para apoyar el desarrollo de multitud de iniciativas, desde la construcción y soporte de hospitales, al patrocinio de organizaciones en favor de la integración de la mujer en el país africano.

LA SIGUIENTE, EN INVIERNO

Este rally se corre dos veces al año. La siguiente carrera tendrá lugar entre el 1 y el 8 de diciembre de 2018, y el plazo de inscripción ya está abierto. En su página web, la organización explica detalladamente el formato de la competición que tendrá lugar a finales de año y todos los pasos necesarios para apuntarse.

Miguel y sus amigos disfrutaron de una gran experiencia gracias al patrocinio de Carfy.es, que les acompañó durante todo el viaje. Con más de medio millón de usuarios desde su fundación, esta startup madrileña ha conseguido proporcionar un ahorro medio de 4.500 euros a sus clientes para la compra de su coche nuevo en España. Carfy.es encuentra para sus usuarios las mejores ofertas del panorama nacional en apenas 24 horas. Y lo más importante, totalmente gratis.

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