erdogan-souhaite-donner-la-nationalite-a-des-syriens-qualifies

Turquía no gana para disgustos. Al constante desplome de la lira, que este martes marcaba nuevos mínimos históricos, y al acelerón que ha dado el rendimiento del bono a 10 años, que ha marcado máximos esta semana, tiene que sumar ahora el repunte que han registrado los seguros de impago de su deuda (credit default swap, CDS).

En concreto, los CDS de los bonos turcos a 5 años han aumentado un 6,3% en los últimos siete días y un 22,7% en el último mes. Aunque la gran subida que han experimentado se aprecia comparando los datos actuales con los registrados a principios de año, lo que muestra que los CDS acumulan un repunte que alcanza el 109,8%.

Los inversores utilizan estos seguros para cubrir las pérdidas a cambio de una prima, y suben cuando el peligro aumenta. En el caso de Turquía, se refieren al riesgo de que el país no haga frente a sus compromisos financieros con los tenedores de su deuda. Actualmente los CDS se sitúan en los 354 puntos básicos, lo que significa que cuesta, aproximadamente, 354.000 euros asegurar 10 millones en bonos turcos. Aneeka Gupta, analista de WisdomTree, explica que se trata de la mayor subida de los CDS de todos los mercados emergentes, y es una muestra de que hay "una mayor preocupación por el recalentamiento de la economía turca".

Es la mayor subida de los CDS de todos los mercados emergentes, lo que significa que hay "una mayor preocupación por el recalentamiento de la economía turca"

Y es que Turquía no pasa por su mejor momento. No sólo por el descalabro que viene sufriendo la lira, que ya es la segunda moneda de los mercados emergentes con peores resultados en 2018, lo que ha llevado a la inflación a su nivel más alto en 15 años; o por la subida del rendimiento de los bonos a 10 años, que han tocado máximos del 20% cuando hace solo tres meses estaban en el 13,9%. La economía turca es más vulnerable que nunca, ya que su déficit por cuenta corriente es el más amplio de los mercados emergentes y los niveles de inflación son casi tres veces superiores al objetivo marcado por el Banco Central de la República de Turquía (CBRT).

Además, no se puede olvidar la elevada exposición de los bancos turcos a los costes de endeudamiento, ya que dentro de un año tendrán que hacer frente a vencimientos de deuda por valor de casi 100.000 millones de dólares. Tal es la situación que el Banco Central se ha visto obligado a aumentar esta misma semana la liquidez a disposición de las entidades financieras en 2.200 millones de dólares, aunque ni con ello ha podido detener la caída de la lira. Según los expertos de MUFG Bank, el mayor banco de Japón, este movimiento "sólo ha servido para reforzar la preocupación de que no se producirá el ajuste monetario necesario".

Según los expertos, ese es uno de los problemas de fondo, la fuerte intervención del Gobierno en el CBRT. "La percepción de la comunidad inversora es que la política monetaria en Turquía no es independiente, ya que el presidente Recep Tayyip Erdogan se opone a los tipos de interés más altos", señala la experta de WisdomTree, que cree que el Banco Central tendrá que "desafiar al presidente y subir las tasas" si quiere "defender la moneda y evitar un escenario de incumplimiento" del pago de la deuda. El problema es que cualquier solución que apacigüe a los mercados implica renunciar a la política actual, algo por lo que el presidente no parece estar dispuesto a pasar.

En estos momentos el Banco Central se encuentra bajo presión para subir los tipos de interés, y los mercados exigen más acciones para estabilizar la lira. Lo que hace falta para invertir la tendencia, aseguran los analistas, es que haya un verdadero cambio en la política monetaria de Turquía, y que se apruebe una política fiscal más estricta. "Creemos que se necesitarán tipos más altos para estabilizar la lira, pero también otros elementos. Es importante que Erdogan reduzca, en cierta medida, las políticas económicas nacionales, al igual que la capacidad de los bancos y las empresas turcas para acceder a la financiación extranjera", señalan desde MUFG Bank.

La situación empieza a ser preocupante, pero los inversores aún permanecen tranquilos dado que el país representa menos del 1% del Índice MSCI Emerging Markets, que permite conocer exactamente cuáles son los riesgos a los que se expone el capital al invertir en aquellos mercados que están en el punto de mira, cono es el caso de Turquía. Por ello, los expertos creen que es "poco probable" que haya un 'efecto contagio'. El mercado está considerando lo que ocurre allí como algo "aislado", lo que sin duda "ayudará a limitar la volatilidad", dicen los expertos de la entidad japonesa.

PROBLEMA POLÍTICO CON EEUU

Aunque todo se ha visto agravado por la crisis diplomática con EEUU. La semana pasada Estados Unidos impuso sanciones al ministro de Justicia, Abdulhamit Gül, y al ministro de Interior, Süleyman Soylu, por el arresto y la detención del pastor estadounidense Andrew Craig Brunson, que está siendo juzgado por cargos relacionados con el terrorismo. En concreto, el pastor evangélico es considerado uno de los responsables que orquestó el golpe militar que fracasó en 2016.

Las sanciones de EEUU congelan cualquier propiedad o activo que posean en suelo estadounidense e impiden a los ciudadanos estadounidenses realizar transacciones financieras con ellos. Desde que se impusieron las tensiones entre ambos países han ido 'in crescendo', dado que se trata de una decisión sin precedentes entre países aliados de la OTAN. "La dificultad para predecir el final de esta crisis radica en que implica a la política y en que hay que predecir las acciones tanto de Erdogan como de Trump", dicen los expertos de MUFG Bank, que no descartan sanciones adicionales por parte de EEUU si Turquía se niega a liberar al pastor Brunson.

Noticias relacionadas

contador