• La clave reside en la proporción de acciones viejas y nuevas y el precio de las nuevas
  • Los derechos comenzarán a cotizar por separado desde este jueves
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La presidenta de Banco Santander, Ana Botín.
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¿Es posible que una sociedad cotizada anuncie la emisión de acciones nuevas con un descuento cercano al 20% y que, frente a lo que se pudiera temer, sus acciones ya existentes apenas caigan en el mercado? Sí, es posible. Quedó demostrado este martes con los títulos del Santander. La clave, como siempre, está en las condiciones y en los derechos de la ampliación.

Porque, en contraste con el resultado final, el primer impulso estaba claro: las acciones de la entidad presidida por Ana Botín estaban condenadas a sufrir un 'martes negro'. Poco antes de las 23 horas del lunes, el Santander anunciaba una ampliación de 7.072 millones de euros para reforzar su capital tras incorporar los activos de Banco Popular. En el hecho relevante en el que comunicaba la operación, detallaba que emitiría 1.458,2 millones de acciones nuevas, que saldrían al mercado con un nominal de 0,5 euros y una prima de emisión de 4,35 euros. Es decir, a un precio total de 4,85 euros.

Esta referencia dio paso a los primeros cálculos. Y a los impulsos iniciales. Considerando que las acciones del banco habían cerrado el lunes a 6,002 euros, esos 4,85 euros suponían un descuento del 19,2%. Afinando más el análisis para ajustarlo a las condiciones precisas de la operación, el descuento se reducía al 17,75%. Con semejantes rebajas de las acciones que están por venir con respecto a las que ya están en el mercado, la cotización del banco sólo podía bajar o bajar, se pensaba. Y con fuerza, además.

Pero no. No fue así. Los títulos del banco despidieron la jornada con un descenso del 0,8%, hasta los 5,955 euros. ¿Cómo es posible? ¿Por qué no cayeron hasta los 4,85 euros a los que se emitirán las acciones nuevas? Porque entró en juego una pieza indispensable en las ampliaciones: los derechos de suscripción preferente.

CUESTIÓN DE CÁLCULOS

La ampliación articulada por la entidad incluye este tipo de derechos, que dan prioridad a los actuales accionistas para que puedan hacerse con los títulos nuevos. En concreto, ha establecido que cada acción actual tendrá un derecho y que harán falta 10 derechos para adquirir una acción nueva. O lo que es lo mismo, ha fijado una proporción de 1 acción nueva por cada 10 viejas.

Esta equivalencia y los cálculos que origina fueron las protagonistas de la sesión del martes -como también lo serán en la del miércoles-, y no sólo esos descuentos próximos al 20%. Teniendo en cuenta el precio de cierre del lunes -6,002 euros- y el precio de las nuevas acciones -4,85 euros-, un accionista tendría 11 acciones -las 10 que tiene ahora y la nueva- por 64,87 euros. Dividiendo este total entre 11, se obtiene un precio nuevo de 5,897 euros por acción, que es el nivel a partir del cual se obtiene que el descuento del que parte la ampliación es del 17,75%. Restando este precio nuevo a los 6,002 euros del lunes resulta el valor de partida de los derechos de suscripción preferente: 0,1047 euros.

Y estos 0,1047 euros fueron determinantes para que la acción sólo cayera ese 0,8% al final de la jornada. Como para adquirir una acción nueva en la ampliación harán falta 10 derechos, comprarlos en el mercado costaría a ese precio 1,047 euros. Sumados a los 4,85 euros de las acciones nuevas... se volvía de nuevo a ese precio nuevo de 5,897 euros por título, un nivel en torno al que ayer se movieron los precios y que actuó como suelo para la cotización.

El arbitraje entre el precio de los derechos y el de las acciones viejas marcará el ritmo bursátil del Santander hasta el 20 de julio

Todo este engranaje gira en torno al precio de las acciones viejas, que se mueve cada día en el mercado, el de las acciones nuevas, fijado en esos 4,85 euros, y los derechos. Sobre estos últimos, que como tienen la llave de la ampliación son un bien preciado del que no quisieron desprenderse los accionistas actuales durante la sesión del martes.

Y han vuelto a ser relevantes este miércoles, porque esos mismos cálculos han marcado la pauta en la sesión de hoy. Con las acciones cerrando este martes a 5,955 euros, el precio nuevo baja hasta los 5,854 euros, con lo que el valor del derecho retrocede hasta los 0,1004 euros. Durante toda la jornada los títulos del Santander se ha movido entre los 5,92 y los 5,99 euros. Es decir, los mismos niveles que ya actuaron como suelo en la jornada del martes.

EL 'JUEGO DE LOS ARBITRAJES'

Aunque la auténtica dimensión de este 'juego' empezará el jueves. A partir de mañana, que será cuando se ponga en marcha realmente la ampliación, comenzará el auténtico festival de los derechos y las acciones. Desde el arranque de la sesión del 6 de julio, los derechos pasarán a cotizar por un lado, de manera independiente, y las acciones viejas por otro. Es decir, en el inicio de la sesión del jueves un accionista verá cómo el valor de sus acciones se fragmenta. Por un lado, el derecho -0,1004 euros al cierre del martes-; y por otro, la acción -5,854 euros-. Seguirá teniendo el mismo dinero -5,955 euros, con el cierre del martes como referencia-, pero en dos partes. Y cotizando ya por separado, los derechos se podrán comprar y vender, con lo que su precio registrará variaciones, al igual que el de las acciones viejas.

El pistoletazo de salida oficial de este 'juego' dependerá de la evolución de las acciones este miércoles, porque determinará las valoraciones con las que partirán los títulos el jueves. A partir de entonces, se iniciará el momento de los arbitrajes, es decir, el escenario en el que los inversores harán cálculos para saber si es más barato comprar acciones del banco por el mercado o por derechos.

Si, por ejemplo, el jueves los derechos cotizaran a 0,15 euros y las acciones a 5,8 euros, comprar acciones vía derechos sería un 9,5% más caro -6,35 euros-. En cambio, si los derechos se negociaran a 0,08 euros y las acciones subieran a 6 euros, hacerlo por los derechos sería casi un 6% más barato -5,65 euros-. En el primer caso, lo normal sería que los inversores vendieran derechos o compraran acciones hasta que esa brecha desapareciese o, al menos, se ajustase. Y al contrario en el segundo caso. Y así, oscilando entre cálculos, derechos y arbitrajes, se moverá el Santander hasta el 20 de julio, que es la fecha en la finalizará la ampliación.

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