• El endurecimiento de las sanciones por cuestiones burocráticas expulsa al pequeño inversor
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Fachada de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)EUROPA PRESS

Los fondos de inversión se han convertido en el producto estrella para los ahorradores particulares ante la falta de rentabilidad de los depósitos. Pero los más modestos pueden verse expulsados de muchos de ellos, ya que las gestoras plantean elevar la inversión mínima hasta niveles de 25.000 o incluso 50.000 euros. El sector señala como culpable a la CNMV por el endurecimiento de las sanciones de procedimiento, que hace que no sean rentables los pequeños importes.

"El sector está atemorizado con esta presión de la CNMV, y las firmas independientes solo ven dos alternativas: o subir el ticket mínimo o irse a Luxemburgo, donde el supervisor no es tan inflexible con las cuestiones de procedimiento", comenta un alto directivo del sector.

El problema, según las fuentes consultadas, no son las faltas muy graves, que castigan robar a los clientes o causarles perjuicio. Está en las faltas graves, que se aplican a cuestiones de procedimiento: toda la burocracia que requiere la regulación actual, cada vez más puntillosa. En este apartado, las sanciones han pasado de una media de 20-000-30.000 euros a un mínimo de 100.000, y pueden llegar a 300.000. Palabras mayores.

Arriesgarse a una sanción de ese importe por captar inversores de 5.000 euros no compensa a muchas gestoras, puesto que, además, hay que añadir los gastos de administración que generan estos procedimientos. De ahí que muchas firmas se estén planteando seriamente expulsar a los inversores más modestos y fijar un ticket mínimo que empiece a compensar este riesgo de sanciones.

Esta medida sería muy grave para los pequeños ahorradores, ya que reduciría drásticamente sus opciones para elegir fondo de inversión y les dejaría prácticamente en manos de los grandes bancos, que son los menos afectados por la presión del supervisor, dada su masa crítica.

LA ALTERNATIVA: DOMICILIARSE EN LUXEMBURGO

La otra alternativa, aunque solo al alcance de las gestoras con cierta masa crítica, es domiciliarse en Luxemburgo. En el principal centro financiero de Europa continental el supervisor es "muy duro con los comportamientos verdaderamente graves pero más laxo que la CNMV con los errores burocráticos", según otra fuente.

Esta otra opción también sería perjudicial porque destruiría muchos empleos en el sector en España que se trasladarían a Luxemburgo. "Es a lo que se arriesga la CNMV con esta política", concluye una de las fuentes. No obstante, el sector confía en que el supervisor aprecie el esfuerzo de las gestoras para adaptarse a la directiva MiFID II y mejorar la protección del inversor, y que relaje la actual presión sancionadora.

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