• Los sindicatos pedían limitar la responsabilidad del empleado y que toda recayera en la entidad
  • Los grandes bancos crearán una comisión de seguimiento en la que habrá directivos pero no representantes de los trabajadores,
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Sebastián Albella, presidente de la CNMVPABLO MORENO

Los requisitos mínimos vienen desde Europa, pero su cumplimiento dependerá de la propia banca. Así queda fijado en la guía técnica de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sobre las condiciones exigidas a la formación de la plantilla, en la que los sindicatos no han tenido voz y no tendrán voto.

Ni siquiera en el lenguaje. La guía técnica sostiene que las entidades deben asegurarse de que el personal actúa de forma “honesta, imparcial y profesional”. “No procede el término ‘de forma honesta’, da la impresión que presuponen la falta de honestidad del conjunto de trabajadores del sector”, reclamó UGT en el documento que envió al organismo dependiente del Ministerio de Economía y Competitividad con 18 consideraciones. Ninguna está incluida en el documento definitivo, como tampoco las de CC.OO.

El regulador publicó un borrador de la guía técnica sobre la formación exigida a los empleados de la banca en abril, en el marco de MiFID II (siglas de Markets in Financial Instruments Directive). Es decir, para implementar en España la directiva europea sobre los mercados financieros y el asesoramiento. El regulador dio un margen con este documento para recibir quejas y propuestas por parte de los actores implicados, aunque ha habido pocos cambios respecto a la guía definitiva publicada la semana pasada, elaborada bajo las directrices de la Autoridad Europea del Mercado de Valores (ESMA, por sus siglas en inglés), que entrará en vigor el 1 de enero de 2018.

Entre medias, el regulador ha concretado que el mínimo de formación asciende a 80 horas para el personal que ofrezca información y de 150 para el que asesore, “así como formación continua”, y una experiencia de al menos seis meses para realizar de forma autónoma estas labores. Este punto es uno de los que va en contra de la voluntad de los sindicatos, que solicitaron que se tuviera en cuenta la experiencia previa de los empleados. La CNMV también aclara que la aplicación de la guía incluye a las redes contratadas (telemarketing o ‘call centers’).

Lo que no cambia en la guía técnica es la potestad que otorga a la banca para validar la formación de sus empleados. Algo por lo que luchó la industria. “Lo que pedimos es esta flexibilidad que viene de ESMA”, explicó a ‘Bolsamanía’ el portavoz de la Asociación Española de Banca (AEB), José Luis Martínez Campuzano, que recuerda que “la directiva europea se enfoca en contenidos y deja al margen la certificación”.

La guía definitiva facilita a las entidades tres opciones para acreditar los conocimientos de sus trabajadores: un título incluido en una lista que elaborará la CNMV, una cualificación interna o una certificación externa. También en este caso la entidad tendrá la responsabilidad de comprobar y evaluar la equivalencia del título respecto a las exigencias impuestas por el regulador. “Creemos que son las entidades las que deben elegir si impartir el contenido a nivel interno o externo”, sostiene Campuzano. Y así será. Aunque “en la versión definitiva se incluyen aclaraciones que beneficiarán la supervisión por parte del regulador”, aseguran en EFPA. Si opta por esta vía, la entidad necesita tener “mecanismos de control” para asegurar que el personal “posee los conocimientos adecuados”, dice la Comisión.

MIEDO A LA RESPONSABILIDAD

No obstante, este no es el elemento por el que más beligerantes se han mostrado con la banca. Incluso CC.OO., a diferencia de UGT, veía con buenos ojos la posibilidad de que la formación y su certificación se realicen de forma interna. El mayor campo de batalla en este sentido es que gran parte de las horas de formación -clases o estudio-, según ellos, se realizan fuera de la jornada laboral sin ningún tipo de compensación. “Vamos a intentar negociar una compensación con los bancos -entidad por entidad-. Algunos se escudan en que es formación voluntaria, pero en la práctica no lo es. En caso de que no fructifique el diálogo, no descartamos la opción jurídica, mediática o movilizaciones, pero la prioridad será el consenso”, asegura a ‘Bolsamanía’ una fuente sindical.

Los sindicatos lamentan que la CNMV no especifique que la responsabilidad ante terceros sea de la entidad y no pueda recaer sobre el empleado

Esta queja va dirigida a la propia banca. Pero el resto hace referencia a la CNMV por la confección de la guía. Principalmente, giran en torno a la responsabilidad. La guía “no dice nada en torno a la responsabilidad ante terceros”, lamentan en CC.OO. El documento hace hincapié en que los empleados que informen sobre productos deben tener conocimientos acerca de los costes y los gastos, normativa o funcionamiento de los mercados. Mientras que a los que asesoran también se les requiere evaluar si el instrumento es adecuado para el cliente. Los sindicatos temen que estos requisitos deriven en una futura ola de demandas que salpique a los empleados, por lo que estudian exigir a los bancos un seguro de responsabilidad civil.

La otra petición que se queda en el tintero es estar presente en los órganos de seguimiento de la implantación del contenido de MiFID II. La CNMV señala que las entidades “de tamaño relevante” -no concreta esta característica- tendrán que establecer una comisión para la “evaluación, conservación y actualización de los conocimientos y competencias”. En ella estarán al menos tres directivos “de suficiente nivel”, pero no los representantes de los trabajadores, tal y como habían solicitado las agrupaciones sindicales.

MIFID II LLEGA TARDE

Los requisitos buscan elevar la transparencia en la comercialización de productos de inversión y evitar los casos recurrentes de instrumentos vendidos sin la información adecuada o para clientes con necesidades que no se adecúan al vehículo. No en vano, la CNMV realizó un ejercicio de ‘cliente misterioso’ recientemente en el que constató ‘mala praxis’ en las sucursales bancarias, como información insuficiente sobre costes o errónea sobre riesgos.

Campuzano (AEB): "La mayoría de bancos ya están preparados para cumplir con los requisitos sobre formación que fija MiFID II"

Para evitar situaciones como estas -o limitarlas-, Bruselas desarrolló la directiva MiFID II, que impone formación para los empleados de banca que informen o asesoren sobre productos de inversión. Los gobiernos nacionales son los responsables de transponer la norma, y en el caso de España se ha hecho esperar. De hecho, aún no se conocen las restricciones sobre el cobro de retrocesiones -porcentaje de la comisión para el vendedor-, el otro gran cambio que traerá consigo la normativa junto a la formación. En este sentido, la banca y la patronal de gestoras Inverco han hecho fuerza para que la mera comercialización de productos sea un motivo válido para retroceder ingresos.

La fecha límite prevista para la transposición de la directiva era el 3 de julio. No ha sido así. Y aún falta que se tramite el proyecto de ley con el consiguiente paso por el Congreso de los Diputados. Todas las partes afectadas reclaman que se conozca cuanto antes. Por ahora, “la mayoría de bancos ya están preparados para cumplir con los requisitos sobre formación que fija MiFID II”, asegura el portavoz de la AEB. Varias entidades han formado a sus empleados externamente los últimos años para prepararse, aunque ahora tendrán la posibilidad de hacerlo internamente. Pero otra cosa es la preparación para la remuneración por la venta de productos de inversión y el asesoramiento al cliente. Ganen o pierdan, las entidades deberán adaptarse a contrarreloj.

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