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El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario DraghiEUROPA PRESS

El Banco Central Europeo (BCE) ya ha puesto fecha final al 'QE', y con ello ha desatado cierto temor en los mercados. Este escenario ha abierto muchas incertidumbres, por lo que la recomendación más extendida de los expertos es mantenerse lejos de la renta fija. Aunque no todos lo ven igual, y hay algunos analistas que creen que los inversores privados podrían apostar con fuerza por la deuda soberana tras el fin del programa de compras que el organismo que dirige Mario Draghi puso en marcha en 2015. ¿Qué pasa si el bono español no cae?

En los últimos años los inversores privados han reducido considerablemente el peso de la renta fija en sus carteras y han apostado por valores más rentables, como la renta variable

La decisión del BCE, aunque esperada, ha sembrado las dudas entre los expertos. La idea más extendida es que el fin de los estímulos (tras su última reunión, el presidente del Banco Central Europeo anunció que seguirán destinando 30.000 millones al mes a la compra de deuda pública soberana hasta septiembre, y después reducirá esa cantidad a 15.000 millones mensuales hasta diciembre de 2018, cuando acabará definitivamente el programa) hará que la demanda caiga tanto que habrá un desplome del precio de los bonos de deuda pública y el interés de los mismos se disparará. Es decir, que los países tendrán más difícil financiarse por esa vía y, por tanto, tendrán que pagar intereses más altos para conseguirlo.

Esa es la visión más extendida, pero no la única. De hecho, los expertos de Oxford Economics creen que este escenario no llegará a producirse porque la demanda privada de bonos logrará sostener el mercado tras el fin del 'QE', de tal forma que los bonos europeos, el español incluido, se mantendrán en los niveles actuales. Así lo aseguran en su último informe, donde apuntan, frente a los pronósticos de otros expertos, que la demanda privada será intensa y que incluso podría superar el desembolso que viene realizando el BCE en deuda soberana al año. Según dicen, las compras de los inversores privados, que según dicen volverán a la renta fija, podrían llegar hasta un máximo anual de 600.000 millones de euros, cifra que esperan que se mantenga estable hasta 2020.

Una afirmación que hacen basándose en la experiencia estadounidense. Cuando la Reserva Federal de EEUU (Fed) acabó con su programa 'QE' de compra de deuda, la demanda privada logró mantener el mercado sin cambios. "Poco después de que la Fed acabase con su programa, los inversores empezaron a reconstruir su reducida cartera de valores de renta fija nacional, un proceso que alcanzó su punto máximo alrededor de nueve meses después de que acabase el 'QE', y duró 18 meses", señalan los expertos de Oxford Economics, que esperan, por tanto, que la situación se repita en el Viejo Continente.

La aplicación del 'QE' por parte del BCE hizo que los inversores privados de la zona euro redujesen aún más sus compras de renta fija, que ya ocupaba un lugar bastante mermado en sus carteras. Y es que en aquel momento los inversores apostaron por valores que ofreciesen más rentabilidad y seguridad, como la renta variable. Ahora, y tomando como referencia la experiencia de EEUU, donde "los inversores reasignaron sus carteras volviendo a sus valores preferidos, ya que los mercados de bonos se percibieron como menos distorsionados", dicen los expertos de Oxford Economics, la renta fija europea volverá a ser objeto de deseo.

Reconocen que al principio el apetito inversor por los bonos soberanos puede mantenerse bajo, aunque estiman que "para mediados o finales de 2019" el flujo privado de compras de deuda europea cogerá fuerza hasta alcanzar su punto álgido. Es en ese momento cuando estiman que tocará el máximo de 600.000 millones de euros, cifra que se mantendrá hasta mediados de 2020. Para entonces, señalan, "la demanda temporalmente alta disminuirá", pero habrá servido para "compensar el fin del programa del BCE".

Como explican estos expertos, los "movimientos masivos" que esperan por parte de la inversión privada "limitará la presión al alza sobre los rendimientos de los bonos europeos" que pueda producirse como consecuencia del fin del 'QE'. De hecho, incluso aseguran que el efecto de los flujos "puede tener un efecto aún más fuerte que en EEUU, dada la menor oferta de bonos en la zona del euro". Asimismo, destacan que los rendimientos de los bonos de fuera de la zona euro podrían volverse más "vulnerables", dado que el apetito inversor se centrará en deuda europea, disminuyendo así sus compras de títulos del exterior.

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