• Los expertos ven un potencial de crecimiento a estos vehículos en el mercado español como ha ocurrido en otros casos
  • Varias firmas independientes lanzaron los primeros modelos, pero ya hay bancos que ofrecen un 'robo advisor'
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Lejos aún de la portada reciente de New Yorker en la que los robots dan limosna a personas, lo que sí pueden hacer por ahora es construir una pensión. O, cuanto menos, rentabilidades a largo plazo. Este es el objetivo de los ‘robo advisor’, basados en modelos de bajas comisiones y un sistema automatizado de inversiones.

“Es un anglicismo con poco marketing en España por su etimología, quizás deberíamos llamarlo de otra manera”, reconoce el responsable de uno de estos gestores automatizados a ‘Bolsamanía’. En general, estos vehículos combinan asesoramiento e inversión de las aportaciones de los clientes de una forma automatizada, gracias a la aplicación de la tecnología en las finanzas.

Es decir, el cliente empieza con un test. En este examen muestra su horizonte temporal, su capacidad de ahorro o su aversión al riesgo. Así, a través de algoritmos y sin que haya una participación humana al otro lado -ya la hubo cuando se diseñó el test-, el cliente queda englobado en un perfil de riesgo.

Esta es la primera parte del asesoramiento automático. La segunda es que cada perfil de riesgo lleva asociado una cartera de inversiones que la agencia de valores, gestora o banco elabora varias cestas de fondos o ETF en función del riesgo asumido por el cliente. A partir de ahí, si decide realizar aportaciones, éstas se dirigen a los productos que componen la cartera. Por ejemplo, si un cliente tiene un perfil conservador cuya cartera está compuesta de 20 fondos con un 5% en cada caso, e invierte 1.000 euros, habrá una inversión de 50 euros en cada uno de esos vehículos. Y todo, de forma automática -aunque varios tienen establecido que haya un visto bueno humano para las compras-.

La automatización tiene dos efectos. Uno de ellos es que se elimina el asesoramiento personalizado, aunque los vehículos se dirigen especialmente para clientes con patrimonios no elevados que quedarán fuera del circuito tradicional del asesoramiento financiero. Esto sucederá como una derivada de la transposición de la normativa europea MiFID II, que entrará en vigor en enero de 2018.

La normativa elevará la transparencia en el sector del asesoramiento y la gestión de inversiones. También va a cambiar el paradigma actual. Las empresas tendrán que definirse como asesor independiente o no independiente y, a falta de que el Ministerio de Economía y Competitividad concrete el modelo -ha estado en consulta pública-, sólo la segunda opción podrá cobrar retrocesiones -parte de la comisión que se queda el distribuidor-. Serán principalmente carteras modelo o fondos de fondos. Mientras que el asesoramiento independiente exigirá aportar un valor añadido y unos costes de información que, según el estudio del IEB y de EFPA ‘Nuevos modelos de negocio en el asesoramiento financiero tras las modificaciones regulatorias de MiFID II’, será sólo rentable para patrimonios de más de 300.000 euros. Por otro lado, MiFID II pondrá el acento en las comisiones que soporta el cliente, con lo que éste podría ser más proclive a buscar las opciones más baratas.

Unai Ansejo (Indexa): “Nosotros tenemos todo automatizado y eso nos permite tener comisiones un 80% más bajas que la media de la industria, lo que nos hará ganar en rentabilidad”

Aquí es donde entran los ‘robo advisor’. Su automatización reduce generalmente los costes por debajo del 1% de los activos, un nivel mucho más reducido que en la mayoría de modelos de asesoramiento -entre el coste del asesor y de la inversión- para clientes de patrimonio reducido o de gran parte de los fondos de inversión. Según un estudio de Morningstar, los fondos de renta variable disponibles para la venta tienen una comisión media del 1,84%; los mixtos, del 1,7%; y los de deuda, del 1,15%. Están entre las más altas en un universo de 25 países analizados por la firma norteamericana.

Los inversores de fondos y planes de pensiones soportan un coste demasiado alto”, aseguró Unai Ansejo, CEO de Indexa Capital, en una entrevista con ‘Bolsamanía’. “Nosotros tenemos todo automatizado y eso nos permite tener comisiones un 80% más bajas que la media de la industria, lo que nos hará ganar en rentabilidad”, añadió.

Indexa fue uno de los primeros ‘robo advisor’ en combinar asesoramiento con la posibilidad de que el cliente invierta. Nació a finales de 2015 y ya ha alcanzado los 55 millones de euros bajo gestión de 2.600 clientes. Aunque ya antes hubo gestores automatizados para definir perfiles y cómo invertir, sin que haya movimientos de dinero. Por ejemplo, la EAFI Feelcapital, que vio la luz en 2014. En el caso de Indexa, como muchos otros ‘robo advisor’, ha optado por la forma legal de agencia de valores. Asimismo, tienen productos como carteras gestionadas o ‘unit-links’, mientras que los que se han lanzado también a por los planes de pensiones han alcanzado acuerdos con otras firmas. Por ejemplo, Indexa y Finizens lo han hecho con Caser.

Indexa y Finizens tienen comisiones inferiores al 1%. Según espera Martín Huete, cofundador de Finizens, habrá un impulso el año que viene para estos productos: “Las redes comerciales deberán tener más transparencia con las comisiones y para hacer asesoramiento independiente se tendrá que demostrar que lo es”, señala como dos puntos clave. “MiFID II va a desnudar a la banca y mostrará las altas comisiones que se lleva la red por distribuir los fondos”, asegura.

DESARROLLO EN EEUU

El primer ‘robo advisor’ nació en 2008 en Estados Unidos y desde entonces han disparado su protagonismo en un mercado mucho más desarrollado. El más grande es el Vanguard Personal Advisor Services, del gigante de la gestión pasiva que fundó John Bogle, y que cuenta con más de 4.000 millones de dólares bajo gestión. También hay gestores automatizados que cita el informe del IEB y EFPA con elevados volúmenes de patrimonio como Betterment, Wealthfront, Personal Capital, Asset Builder, Future Advisor o Rebalance IRA.

Este mismo estudio señala que “si bien es cierto que el mercado en España está basado en el asesoramiento tradicional ofrecido por las grandes marcas de banca privada, se puede presentar una situación interesante y es que los ‘millenials’, principalmente, puedan llegar a usar directamente alguno de los ‘robo advisor’”.

Uribeechebarria (Finanbest): "Los gestores automatizados serán para la inversión como Amazon para las compras"

Para Asier Uribeechebarria, CEO de Finanbest, otro de los ‘robo advisor’ lanzados en este caso en 2016, “estos gestores automatizados serán para la inversión como Amazon para las compras”. “Hay una ventana de crecimiento durante varios años para los ‘robo advisors’, aunque veremos qué espacio dejan los bancos y lo que deciden para sus finanzas personales los ‘millenials’. Esta es la única forma de dar una solución decente para el ahorrador, pero veremos si es la banca tradicional la que se decide a acometerlo o nos deja a los jugadores independientes”, resume Uribeechebarria.

De hecho, en privado algún responsable de haber lanzado un ‘robo advisor’ reconoce que tendrá que haber fusiones para aumentar la eficiencia de estos proyectos, mientras que coinciden en señalar el temor a que la banca se lanza a por el negocio. Por ahora, altos ejecutivos de la vieja banca han trasladado su batalla a este incipiente segmento. Javier Marín, ex de Santander, entró en el capital de Finizens, mientras que Pedro Luis Uriarte, ex de BBVA, colabora con Indexa.

Asimismo, Andbank ha sido el primer banco en poner en funcionamiento un 'robo advisor'. Se trata de ‘My investor’, dirigido a clientes de entre 10 y 100.000 euros. Su operativa estará entre un robo advisor o cinco fondos de fondos. Si se utiliza el primer caso para la comparativa, las comisiones son sensiblemente superiores a las herramientas lanzadas en los dos últimos años basadas generalmente en la gestión pasiva, con vehículos indexados. Eso sí, en la oferta de Andbank se incorpora mayor gestión activa. Mientras que con la segunda opción, serían instrumentos más baratos.

En concreto, las comisiones de gestión van desde el 0,65% en el caso más conservador (moderado) hasta el 1,35% en el más agresivo. Junto a un 0,08% de depositaría en Inversis y un 8% de éxito. Los costes implícitos de los fondos que componen la cartera serán reducidos al contar con la clase institucional. Entre el 0,3% y el 0,4%, calculan en la entidad. Además, si hay cualquier tipo de retrocesión se utilizará para ‘subvencionar’ al cliente.

DEBATE ETERNO

El debate tradicional entre la gestión pasiva y la gestión activa que durante años ha dominado el panorama de los fondos de inversión se ha trasladado también al incipiente mundo de los ‘robo advisor’ españoles. Andbank por ejemplo defiende la gestión activa a la hora de seleccionar los fondos que estarán en ‘My investor’, que tendrá tanto productos activos como pasivos, mientras que en Indexa y Finizens son proclives a la gestión pasiva. Es decir, seleccionar únicamente fondos indexados y ETF para los planes de pensiones, donde no penaliza la fiscalidad.

Por el contrario, Jordi Mercader, de InbestMe, resta importancia a la fiscalidad de los ETF -no se pueden traspasar-, que forman parte de las carteras de este gestor automatizado: “Los ETF que utilizamos soportan un coste diez veces inferior al del promedio de los fondos activos y un 50% menos que los fondos indexados”, asegura. El ‘robo advisor’ tiene un papel más activo en los rebalanceos de cartera que en Finizens o Inditex, donde son automatizados. Por su parte, Lorenzo Serratosa, CEO de Kau Markets EAFI, que lanzó el ‘robo advisor’ Qvalue, asegura que es importante un papel activo, especialmente cuando haya crisis de mercado: “¿Qué pasará cuando el flujo del mercado sea de salida en los índices? Lo que veremos, sin ninguna duda, son caídas tremendamente verticales en los índices y un ‘sálvese quien pueda’ que hará las crisis del mercado más pronunciadas”. Aunque a largo plazo, pocos productos baten a los índices. El debate es ilimitado, como el crecimiento del sector.

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