• Los dos países se presionan públicamente mientras siguen negociando en privado
  • Los expertos prevén que haya un acuerdo final que evite los aranceles
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Donald Trump sigue tensionando las relaciones comerciales con China
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'Condenados' a entenderse. Así se encuentran Estados Unidos y China en su particular 'guerra' comercial, que ha reducido en un billón de dólares el valor de las acciones de Wall Street desde que el proteccionismo de Donald Trump acapara las portadas de la opinión pública.

El índice Russell 3000, que agrupa al 98,5% de las acciones estadounidenses, cotizaba en 1.639 puntos el pasado 26 de febrero, con una capitalización bursátil de 30,3 billones de dólares. Ese día, se confirmó la noticia de que Trump tenía previsto imponer aranceles a las importaciones de aluminio y acero. Desde entonces, el Russell 3000 ha bajado un 4,4%, hasta 1.567 puntos, lo que ha reducido su capitalización bursátil hasta 29 billones de dólares.

UN JUEGO PELIGROSO ...

La Administración Trump sigue presionando a China con la amenaza de aranceles, pero el Gobierno de Pekín no se ha quedado atrás en este peligroso 'juego' y ha respondido con otra amenaza proteccionista. A partir de ahora, se abre un periodo de unos seis meses para que ambos países consigan un acuerdo y eviten una guerra comercial.

Los expertos de Oxford Ecomomics afirman que "la respuesta de China ha sido más agresiva", debido a que las exportaciones americanas hacia su economía son mucho menores. Sin embargo, añaden que se sitúa en línea con sus previsiones y que la consideran "una táctica negociadora dirigida a presionar a EEUU para negociar".

... QUE LLEGA A SU ETAPA FINAL

Danske Bank afirma que las acciones tomadas hasta ahora por los dos países entran dentro de lo esperado "y de lo anticipado por China y EEUU en los últimos meses". A partir de ahora, comienza la fase final y la etapa de más "incertidumbre".

El escenario más positivo (y más probable) es que ambas naciones lleguen a un acuerdo amplio que incluya menos aranceles para los productos chinos y el apoyo de EEUU a China en su política sobre Taiwan, a cambio de que China ofrezca un mejor acceso a su mercado a las empresas americanas y de que se comprometa a respetar la propiedad intelectual.

El escenario más complejo, y menos probable, es que no se produzca un acuerdo y que la situación evolucione hacia "una guerra comercial real que no tendrá ganadores, ya que afectará a la economía y las bolsas mundiales".

Pantheon Macroeconomics destaca que China ha dirigido sus aranceles hacia "el electorado de Trump", aunque su impresión es que "ambas partes están abiertas a negociar". En su opinión, los dos países están demostrando hasta dónde podrían llegar para conseguir las mayores concesiones posibles en las negociaciones. "El gran riesgo es una escalada proteccionista si las negociaciones no culminan con éxito".

REACCIÓN EXAGERADA

Neil Wilson, analista de ETX Capital, considera que el mercado está "reaccionando de manera exagerada", ya que "este proceso tiene todas las características de una negociación en la que Trump marca el peor escenario para obtener concesiones clave".

En su opinión, la caída de las bolsas mundiales refleja "un miedo indefinido" y no un análisis detallado del impacto económico de los aranceles anunciados por China y EEUU. No obstante, la psicología es muy importante para el rumbo de las bolsas y puede producirse "un aumento de la aversión al riesgo" entre los inversores, que retroalimente los efectos negativos de la retórica proteccionista de Trump.

Para Wilson, las acciones son más proclives a registrar una corrección más destacada sobre todo porque han alcanzado valoraciones demasiado elevadas. Es necesario recordar que Wall Street marcó máximos históricos a finales de enero, y que el índice tecnológico Nasdaq fue capaz de marcar un nuevo récord el pasado 13 de marzo.

PÉRDIDA DE CONFIANZA

Desde Barclays, comentan que lo realmente relevante son los efectos indirectos. “La incertidumbre perjudica a las bolsas y debilita el poder de compra de las familias y la inversión empresarial”, afirman. Oxford Economics añade que "las políticas comerciales más restrictivas afectarán al crecimiento a través de su impacto en el comercio mundial y la confianza empresarial".

Los expertos de RBC comentan que el impacto más adverso de esta situación puede ser “la estabilidad de la economía global, y especialmente de la china”. La economía del gigante asiático atraviesa un periodo de transición, con un crecimiento superior al 6%, pero esta 'guerra comercial' puede reducir “la confianza general en su conjunto”, lo cual es negativo.

Fitch Ratings afirma que “los aranceles desde EEUU o de otros países pueden afectar a sectores concretos y no provocarán un shock para nuestra previsión macro global. Pero los riesgos potenciales para el crecimiento aumentarán exponencialmente con cada medida proteccionista”.

EL DÓLAR LOGRA SALIR AL PASO

De todos los mercados bajo análisis, el de las divisas ha sido el que ha tenido una reacción menos virulenta al ‘toma y daca’ comercial entre las dos primeras potencias mundiales. En el arranque de la sesión de este miércoles, la moneda estadounidense había encajado bien la medida anunciada por EEUU, ya que el alcance final de los aranceles es de 50.000 millones de dólares, frente a los 60.000 millones previstos, y avanzaba contra todos sus rivales. De hecho, ha dejado un máximo semanal frente al yen en los 106,68 dólares.

Hay una falta de consenso ahora mismo sobre si el ‘billete verde’ va a salir muy mal parado o si la ‘bronca’ no pasará a mayores

Pero el contraataque de Pekín ha generado agudas y rápidas ventas en el ‘billete verde’, que se ha dejado llevar momentáneamente por la oleada de aversión al riesgo que ha recorrido las plazas financieras. Ha cedido un 0,5% contra su rival nipona, hasta el mínimo de la sesión en los 106,00 yenes. Esta reacción se ha convertido en un clásico en las últimas semanas, ya que los inversores buscan refugio en los activos considerados seguros, en este caso la divisa nipona. De hecho, la moneda japonesa acumula una apreciación del 5,8% desde el precio con el que arrancó 2018 -por encima de los 112,00 yenes- hasta el mínimo de este miércoles.

Tanto el euro como la libra también han aprovechado la ocasión para ganarle terreno a la moneda estadounidense. Así, el cable (libra/dólar) ha logrado alcanzar un máximo de cuatro días en las inmediaciones de los 1,41 dólares. Pero poco ha durado la reacción en los principales cruces y las compras han vuelto al dólar, que ha borrado prácticamente todas sus perdidas, debido a la divergencia de opiniones entre analistas y operadores sobre el alcance que esta guerra comercial pueda tener en el dólar.

Hay una falta de consenso ahora mismo sobre si el ‘billete verde’ va a salir muy mal parado o si la ‘bronca’ no pasará a mayores”, comenta Jane Foley, estratega de Rabobank. La analista del banco de inversión holandés apuesta porque las divisas sigan mostrando un comportamiento similar al de jornadas anteriores. Mazen Issa, estratega de TD Securities, avisa de la “excesiva complacencia que las divisas están mostrando ante esta cuestión”. En este sentido, el dólar australiano, el won coreano y el yuan -las dos últimas han caído un 0,5%- serán especialmente vulnerables en los próximos días.

CRUCE DE GOLPES

La contienda comercial es entre los gobiernos de las dos mayores potencias mundiales, pero el daño es para sus empresas. Como destaca Gonzalo Gómez Bengoechea, profesor de Economía y experto en globalización de Comillas ICADE, “los aranceles que están planteando China y Estados Unidos consisten en levantar muros sobre las cadenas de valor de las empresas, las cuales no entienden de fronteras ni en su comercio ni en su producción”.

EEUU ataca a China en los pilares del plan ‘Made in China 2025’ y Pekín hace lo propio amenazando al sector agroalimentario de EEUU

Por ello, las alarmas suenan en las fábricas chinas y estadounidenses. Porque, como en toda guerra, se ataca al enemigo donde más le duele. Donald Trump aborda a Xi Jinping por los pilares del plan ‘Made in China 2025’. La nueva estrategia que lanzó el Gobierno chino en 2015 con el objetivo de reestructurar su industria tradicional manufacturera y convertirse en el líder tecnológico a escala internacional.

No es de extrañar que la Casa Blanca imponga sanciones, principalmente, a los productos chinos vinculados con el sector del automóvil, aeronáutico y tecnológico. Según el Observatorio de Complejidad Económica (OEC por sus siglas en inglés), de los 386.000 millones de dólares que exportó China a Estados Unidos en 2016, 173.000 millones están relacionados con la tecnología y con la maquinaria, un 44%.

Pero es que Xi Jinping sabe por donde flaquea Donald Trump. Y en este caso es el sector agroalimentario. China anunció que atacará con aranceles al whisky, el maíz, el trigo, la carne de vacuno, el zumo de naranja, el tabaco y, sobre todo, la soja que provenga de EEUU.

Un sector que da trabajo en los principales estados donde se encuentra el electorado de Trump y que es la gran arma exportadora del país. En este caso, los datos de la OEC indican que el 14% del total de las exportaciones de Estados Unidos a China en 2016 fueron de productos vegetales o del reino animal, 19.000 millones de dólares de 135.000 millones.

EMPRESAS AFECTADAS

Pero las empresas sufren por ambos lados en este intercambio de golpes. Algo que queda reflejado en su cotización bursátil. El gigante aeronáutico estadounidense, Boeing, pierde un 11% desde el pasado 26 de febrero, ya que es uno de los grandes perdedores de este conflicto por su dependencia del mercado chino. En este sentido, la aerolínea Air China ha cedido un 21% en su cotización en Shanghai desde entonces.

Boeing, pierde un 11% desde el pasado 26 de febrero, ya que es uno de los grandes perdedores de este conflicto por su dependencia del mercado chino

Caterpillar, el fabricante más grande del mundo de maquinaria para la construcción, pierde un 13% en bolsa en este período, influido por su gran dependencia del mercado chino. Tesla se deja un 21%, ya que sus ventas en el país asiático no cesan en su crecimiento pero no produce localmente en el país.

En China, también destaca la caída de un 22% en este período del gigante del comercio electrónico JD.com. Apple pierde desde el 26 de febrero un 6%. La compañía de Steve Jobs fabrica la mayoría de sus dispositivos en China, incluidos el iPhone y el iPad, a través de socios como Hon Hai Precision Industry, parte de Foxconn Technology Group, en Taiwán.

Varios ejemplos del miedo que está generando esta guerra. Porque como asegura Rafael Cascales, presidente de la Asociación Española de Profesionales de Comercio Exterior (Acocex), "en esta guerra comercial nadie sale beneficiado".

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