• Las dos personas fallecidas no eran estudiantes y no se ha registrado ningún herido
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La Universidad Central de Michigan en Estados Unidos ha vuelto a ser protagonista por un nuevo tiroteo dentro de un centro educativo. Tras los 17 fallecidos en Florida hace 15 días, una disputa doméstica ha dejado dos muertos, ninguno de ellos estudiantes, en la universidad al norte del país. El sospechoso, un hombre de 19 años, todavía no ha sido detenido, según ha informado la institución educativa

Varios testigos alertaron de disparos dentro del campus de la Universidad Central de Michigan, al norte de Estados Unidos ubicada en la ciudad de Mount Pleasant. El centro cuenta con unos 18.000 estudiantes en el campus principal, según su página web. “Si veis algo sospechoso, llamad al 911”, concluía el mensaje difundido por la Universidad.

Las primeras informaciones apuntaban a que el sospechoso sería un hombre negro, de un metro y 75 centímetros de alto vestido con un pantalón vaquero amarillo mostaza y una sudadera azul. Según las autoridades "se le considera armado y peligroso". La actualización de datos recogida el balance de dos víctimas mortales y explicaba que el incidente se habría iniciado por una disputa doméstica y que ninguna de los dos fallecidos son estudiantes.

El gobernador de Michigan, Rick Snyder, ha sido uno de los primeros políticos en reaccionar a través de las redes sociales y ha explicado que está en contacto con la policía estatal: "La prioridad en este momento es la seguridad de los que todavía están en el campus. Agradezco a todos los agentes involucrados por su rápida acción".

El nuevo incidente en un centro educativo llega tan sólo quince días después de que Nikolas Cruz, un joven de 19 años, acabara con la vida de 17 personas, doce de ellas fallecieron en el interior del instituto, dos en el exterior, uno en una calle aledaña y otros dos en el hospital, y dejase otras 15 heridas en el instituto Marjowy Stoneman Douglas de Parkland, localidad que se encuentra ubicada al noroeste de Fort Lauderdale, a unos 80 kilómetros de la ciudad de Miami. La tragedia ha reabierto en los últimos días el debate sobre el acceso a las armas en Estados Unidos.

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