• El promedio del primer mes del año se sitúa en el -0,189%
  • Este mínimo incremento marca el inicio de lo que debería ser una gradual subida del euríbor
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El euríbor a 12 meses va a terminar haciendo bueno aquello de que el año nuevo trae una vida nueva... aunque sea por poco. La referencia hipotecaria registra en enero su primer repunte intermensual desde el verano de 2016. Nada dramático, porque sigue claramente en terreno negativo y todavía no encarece las cuotas en las revisiones, pero sí marca la tendencia que podría protagonizar durante 2018.

En concreto, y a la espera del dato de este miércoles, el índice hipotecario arroja en enero una media mensual del -0,189%, ligeramente por encima del -0,19% marcado en diciembre, que supuso su decimosexto mínimo histórico consecutivo. Y por lo apuntado en el arranque de 2018, puede ser una marca que será difícil de batir en el futuro, aunque en la última parte de enero los datos diarios han vuelto a situarse por debajo del -0,19% -en concreto, en el -0,192% y -0,191%-, inercia de la que, al menos en su arranque, febrero podrá beneficiarse.

De momento, el primer mes del año ha confirmado el aspecto que 2018 puede tener para el euríbor. Tras casi dos años enteros bajando, los de 2016 y 2017, en este nuevo ejercicio debería ir volviendo sobre sus pasos. Sin prisas, eso sí, porque tampoco las tiene la entidad cuyas decisiones determinan la evolución del euríbor, como es el Banco Central Europeo (BCE).

El leve repunte registrado en enero responde, precisamente, a que este arranque del año ha visto el primer paso en el repliegue de la expansiva política monetaria de la institución presidida por Mario Draghi. Desde este mes, sus compras de deuda en el mercado han quedado rebajadas de 60.000 a 30.000 millones de euros mensuales. Ahora bien, la realidad es que seguirá comprando deuda al menos hasta septiembre y que, además, no subirá los tipos de interés por los menos hasta 2019. Y con los intereses oficiales congelados en el 0% y los de la facilidad de depósito en el -0,40%, niveles en los que se encuentran desde marzo de 2016, el euríbor podría vivir un suave goteo al alza conforme el BCE vaya modificando su discurso y sus actuaciones para ir desmantelando las medidas actuales.

Estas expectativas ya están dejando su huella en la deuda pública, donde se está viendo un progresivo repunte de los rendimientos. Es especialmente evidente en el caso de la deuda alemana. La rentabilidad del bono germano a 10 años -bund- ha repuntado en enero del 0,43% al 0,69%, su nivel más alto desde 2016. Y la del bono a cinco años ha regresado a terreno positivo por primera vez desde 2015. De momento, eso sí, estos efectos se observan más en los plazos más largos, en tanto que son mucho más comedidos, o incluso apenas se están dando, en los más cortos. Ocurre con el euríbor, que tras subir al -0,186% en la primera mitad del mes, ha vuelto a caer al -0,19% en la segunda.

De ahí que no se esperen por ahora rápidos repuntes de la referencia hipotecaria, que por tanto no se apartaría demasiado de la zona de mínimos históricos. O lo que es lo mismo, lo que ya se ha visto en enero.

Porque seguirá en esa zona incluso aunque suba más en los próximos meses. Un repaso al pasado lo evidencia de manera clara. Conviene recordar que, desde que tomó el relevo al míbor como principal referencia hipotecaria en el año 2000, el euríbor no bajó del 2% hasta 2009, del 1% hasta 2012 y del 0% hasta 2016. Y, sobre todo, que su media histórica se sitúa en el 2%. Esta perspectiva es la que muestra más a las claras la relevancia de los niveles en los que todavía se mueve.

AHORRO ADICIONAL EN LAS CUOTAS

De hecho, el repunte de enero no evitará un mínimo ahorro en las cuotas hipotecarias -siempre que no exista ninguna cláusula que lo impida-. Para un préstamo variable de 150.000 euros a 20 años con un diferencial de un punto porcentual sobre el euríbor, las cuotas se abaratarán en 6 euros al mes en las revisiones anuales y en 3 euros en las semestrales.

Sin embargo, y ante un año en el que el euríbor iniciará una progresiva vuelta al 0%, a la hora de contratar una hipoteca variable en el escenario actual resulta aconsejable hacer cálculos no con los actuales -y extraordinarios- niveles de la referencia hipotecaria, sino con datos más altos, aunque sólo sea por el plazo tan largo en el que se devuelve el préstamo hipotecario. En una hipoteca como la anterior -150.000 euros a 20 años y un diferencial de un punto porcentual-, la cuota se encarecería 150 euros al mes -1.800 euros al año- si el euríbor a 12 meses regresara a su media histórica. Si le diera por regresar a sus máximos históricos -parece muy improbable, pero si son máximos históricos se debe a que se dieron en el pasado- de 2008, cuando escaló hasta el 5,39%, el pago se dispararía en más de 400 euros al mes -más de 5.000 euros al año-.

Este riesgo es una de las palancas que está aumentando el peso de las hipotecas a tipo fijo en el mercado español. En noviembre -último mes con datos disponibles-, 36,5 de cada 100 hipotecas constituidas para la compra de vivienda se concedieron a tipo fijo. Un año antes, esa proporción era del 32% y en 2015, el 9,3%, un peso acorde con la media histórica, puesto que estos contratos han solido moverse entre el 5% y el 10% del total.

Con los tipos oficiales en el 0%, y ante la incertidumbre sobre la futura subida de los tipos, los hogares están demandando más hipotecas fijas para 'cazar' las ofertas actuales, que tienen como referencia un precio del dinero más barato que nunca. Al mismo tiempo, y en su caso como 'vacuna' contra el euríbor en negativo, las entidades financieras también están volcándose en estas hipotecas por la mayor estabilidad de ingresos que proporcionan.

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