• El director de análisis de Europa, Oriente Medio y África cree que hay que mirar más variables que la rentabilidad
  • Considera positivo el auge de gestoras independientes en una industria que está muy bancarizada
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Javier Sáenz de Cenzano, director de análisis de Morningstar para EMEAAlberto Sánchez

El crecimiento de la industria de fondos, que ha duplicado sus activos desde 2012, no ha venido acompañado del mismo grado de desarrollo. Esto se traduce en un sector muy bancarizado en el que los inversores "no siempre compran el producto que les conviene", advierte Javier Sáenz de Cenzano, director de análisis de Morningstar para Europa, Oriente Próximo y África (EMEA).

“Muchos inversores no compran el producto de inversión que se ajusta a su perfil de riesgo y horizonte temporal y que, por lo tanto, cumple con sus necesidades financieras”, explica el experto en entrevista con ‘Bolsamanía’. “Cuando la gente va a contratar un viaje o comprar una televisión se informa exhaustivamente y decide en función de lo que quiere, de la calidad y del precio, pero con los productos de inversión no siempre sucede”, añade el experto de la firma que cuenta con 100 analistas a escala global, de los que 30 son europeos.

Esta dinámica está influenciada por la hegemonía en la distribución de la banca, que acapara cerca del 70% de las ventas de fondos. “No suelen hacer anuncios sobre fondos, pero el escaso impacto publicitario se centra en garantizados”, comenta Sáenz de Cenzano. Y esto contribuye a que el inversor español esté “subinvertido en renta variable”, pone como ejemplo el analista: “En España la inversión a través de fondos en bolsa está entre el 10% o el 12%, frente al 50% de Estados Unidos o a niveles del 35% y el 40% en países del entorno como Francia o Alemania”, asegura el ejecutivo que participará el miércoles 17 de mayo en el Museo Reina Sofía de Madrid en la conferencia sobre inversión de Morningstar.

En España la inversión a través de fondos en bolsa está entre el 10% o el 12%, frente al 50% de EEUU o a niveles del 35% y el 40% en países del entorno como Francia o Alemania

Este análisis se extiende tanto para el universo de fondos de inversión como de planes de pensiones. En este caso, además, Sáenz de Cenzano advierte que es un vehículo “con una ventaja fiscalmente a corto plazo pero con una gran desventaja al rescatar el dinero”. Así, el director de análisis para EMEA de Morningstar recuerda que aunque las aportaciones se pueden deducir en la declaración de la renta con un máximo de 8.000 euros, al rescatar el dinero toca asumir los tramos del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF).

Sáenz de Cenzano propone fomentar el ahorro de cara a la jubilación con cuentas similares a las 401(k) de Estados Unidos, donde un inversor puede aportar dinero a distintos vehículos que van desde las acciones a los fondos de inversión, y “la competencia sería brutal”. Actualmente, “no hay competencia extranjera ya que el mercado está cerrado, y la calidad de los planes es algo menor a los fondos de inversión. Por eso los inversores deben ser cuidadosos y esforzarse al elegir un plan más allá de las desgravaciones, porque el horizonte temporal es más largo y afecta al futuro financiero”, sostiene el jefe de analistas.

De hecho, en la última entrega de premios de Morningstar la categoría de bolsa española quedó desierta ante la exigencia de que para recibir el premio el plan de pensiones debe mejorar el rendimiento de la media de los fondos de una categoría homologable. Y no fue así: no hubo ninguno y el galardón quedó sin adjudicar. Aunque “han surgido gestoras con productos de calidad que se unen a las que ya estaban haciendo las cosas bien en este campo”, matiza.

CÓMO ELEGIR EL FONDO MÁS ADECUADO

Morningstar basa el análisis y calificaciones de fondos y planes en variables que se agrupan en cinco pilares que Sáenz de Cenzano cree que deben tener en cuenta los inversores. La primera es el propio equipo gestor, pese a que en Europa no es obligatorio publicar sus nombres, lamenta el ejecutivo: “Es importante saber si invierten en el fondo, como se conoce en Estados Unidos; que tenga experiencia relevante en el mismo tipo de activo y que esté alineado con los intereses de los clientes, lo que puede conseguirse, por ejemplo a través de la inversión en sus propios fondos o con bonus ligados a la rentabilidad de los fondos que gestionan, en lugar de en relación a los beneficios de la firma gestora o a otras medidas que no necesariamente benefician a los inversores; y, si es posible, que el plazo de medición de esas rentabilidades sea lo más largo posible”, arguye.

El segundo pilar es la propia gestora, y tiene que ver con que sea consecuente con su estilo de inversión. Por ejemplo, penaliza si una firma lanza un producto de moda aunque no tenga experiencia y éxito demostrables en ello. También pone el acento en el proceso de inversión: “Se trata de ver que las decisiones del gestor tienen sentido. Por ejemplo, si tiene filosofía de invertir en compañías de alta calidad, no es lógico que un producto destaque positivamente en un entorno en el que sobresalen las compañías con menos calidad, como por ejemplo en 2009 o 2013”.

Asimismo, el analista se focaliza en los costes, ya que “la probabilidad de acertar con un fondo que supere a sus competidores se multiplica por seis si está entre el 20% más barato (en comisiones) frente a elegir uno que esté entre el 20% más caro”, argumenta citando a diferentes estudios de Morningstar. Así, a su juicio es una de las variables más predictivas para el éxito en la selección de un producto, mientras que la que menos, aunque también considerada, es el binomio de datos históricos de rentabilidad y riesgo: “Son estadísticas usadas para entender el fondo, para analizar cómo se suele comportar un gestor en diferentes escenarios del mercado y si ha aplicado su proceso de inversión de forma consistente a lo largo del tiempo”, añade.

Sin embargo, son variables no usadas habitualmente por el comprador de fondos. Especialmente el de costes. “Es muy fácil mirar y comparar. Pero se necesita conocimiento financiero para interesarse por esta variable”, argumenta el experto, que cree que a menudo los inversores no son conscientes de todas las comisiones que soportan, y que “con un asesor financiero pueden reducir la carga pese a que le paguen una comisión por separado”. Aunque si se opta por esta vía, recomienda que sea evitando retrocesiones (pago de incentivos desde la gestora al selector o asesor por elegir su producto), y añade que el universo al que se enfrentan es “brutal, con 42.000 fondos en Europa frente a los 8.000 de Estados Unidos”.

MiFID será positivo porque pondrá más transparencia sobre las comisiones. Pero el cambio no será muy grande si se permiten las retrocesiones declarándote asesor no independiente

La normativa MiFID II, que entrará en vigor en 2018 aunque aún no se conoce la transposición definitiva de la directiva europea por parte del Ministerio de Economía y Competitividad, “será positiva porque, como poco, pondrá más transparencia sobre las comisiones y en general tiene como objetivo proteger al inversor. Pero el cambio no será muy grande en la industria si se permite el uso de retrocesiones declarándote como asesor no independiente”.

AUGE DE LA GESTIÓN PASIVA

El eterno debate entre la gestión activa y la gestión pasiva ha llegado por fin a España, aunque la cuota de los ETF -fondos cotizados que replican un índice- es muy reducida y apenas hay opciones de fondos indexados con bajas comisiones. Una de las vías para el crecimiento de los ETF, que Morningstar augura que podrían alcanzar el billón de euros bajo gestión en Europa en 2020, sería la fiscalidad.

Actualmente, está atascado que Hacienda permita los traspasos como con los fondos, a pesar de que en octubre la Dirección General de Tributos (DGT) abrió la puerta en octubre: “Los ETF son instituciones de inversión colectiva (IIC) que deben tener la misma fiscalidad que el resto, aunque el peligro es que no se evite que los clientes acaben haciendo trading en lugar de invertir a largo plazo”, opina Javier Sáenz de Cenzano.

En cualquier caso, el debate es “legítimo para evitar los ‘closet trackers’”, sostiene el director de análisis para EMEA de Morningstar. Es decir, productos que se venden como gestión activa sin serlo, algo de lo que son sospechosos la mitad de los fondos españoles de bolsa local. Más allá de esto, “hay mercados más eficientes donde puede interesar más un ETF y otros donde puede convenir la gestión activa. En general, a través de un análisis profundo del producto, creemos que se puede predecir cuáles serán los mejores fondos de cada categoría, y en este sentido la selección de vehículos de gestión activa tiene sentido sobre todo en los activos más ineficientes”, afirma.

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