• Entre 2008 y 2015, el parque de cajeros descendió un 19%
  • La banca recurre de nuevo a ellos como paliativo al cierre de oficinas
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Banco de España

La transformación en la que está sumida la banca española arroja una consecuencia de lo más inesperada en 2016: el incremento del parque de cajeros. Tras siete años consecutivos en los que las entidades estaban adelgazando su parque de terminales, en 2016 los datos ofrecen un sorprendente incremento vinculado al ofrecimiento de estas máquinas como alternativa al cierre de oficinas.

Según las estadísticas difundidas por el Banco de España (BdE), al cierre del tercer trimestre en España se contaban 51.142 cajeros, 1.278 más que a finales de 2015. De hecho, la cifra no ha parado de crecer durante todo el año: entre enero y marzo aumentó en 471 terminales; entre abril y junio, en 779; y entre julio y septiembre, en 28. La cifra de finales de septiembre supone un crecimiento del 1,7% con respecto al mismo periodo de 2015.

Tanto el dato acumulado como la continuidad del incremento refuerzan una estrategia que contrasta con la seguida por las entidadas españoles durante la crisis. La última vez que el número de cajeros creció fue en 2008. Entonces, aumentaron en un 1,9% -1.126 puntos-, hasta los 61.714 cajeros. Desde entonces, el parque ha ido menguando cada año. En los siete años transcurridos entre 2009 y 2015, la 'poda' ascendió a 11.850 cajeros, un 19,2% del total.

Fuentes del sector argumentan que esta tendencia estuvo alimentada por tres motivos principales. El primero, el proceso de consolidación que ha vivido el sector financiero español. En plata: como hay menos entidades, hay menos cajeros. El segundo, la creciente necesidad de contener los costes para ganar eficiencia. Y el tercero, el desarrollo de aplicaciones y servicios tecnológicos de pago para ofrecer nuevas alternativas a los clientes.

El segundo de estos motivos incrementa aún más el contraste de las cifras de 2016, porque el número de cajeros está creciendo cuando el sector está acelerando el cierre de oficinas. En los nueve primeros meses del año, las entidades españolas han cerrado cerca de 1.500 oficinas -sólo los siete bancos que forman parte del Ibex han reducido cerca de 1.300-. Con el recorte previsto para el último trimestre, el parque de oficinas se situará por debajo de las 29.000, la cifra más reducida desde 1982.

CAMBIO DE TERCIO

Fuentes del sector reconocen que, precisamente, el incremento de los cajeros en 2016 es una medida paliativa el cierre de oficinas. Y lo es en dos sentidos: o bien porque se refuerzan las oficinas que aún existen con más cajeros, o bien porque se acentúa la estrategia de 'plantar' cajeros en lugares ajenos a las oficinas, como centros comerciales o lugares de ocio y transporte.

O dicho de otro modo: como la banca tiene claro que debe seguir adelante con el cierre de oficinas y al ajuste de plantilla para reforzar su eficiencia en estos tiempos de baja rentabilidad de su negocio tradicional, recurre a los cajeros como centros de servicio y para no desatender a unos clientes que, por otra parte, cada vez pisan menos las oficinas y son más proclives de hacer las gestiones bancarias por sí mismos.

Desde el sector también se mencionan otros motivos, aunque con menos convicción. El primero, la mejoría de la situación económica, que se plasma en una mayor actividad. Hasta septiembre, los importes retirados en los cajeros habían registrado una subida interanual del 3,7%, con lo que 2016 podría vivir el mayor incremento en este terreno desde 2007. Y el segundo, la guerra de las comisiones desatada en 2015, ante la que algunas entidades han respondido con más cajeros para sus clientes.

CUANDO LA RETIRADA DE EFECTIVO SIGUE CAYENDO...

Pero ni siquiera estas justificaciones reducen la sorpresa, incluso dentro del propio sector, por el incremento del parque de cajeros. Porque, además del claro contraste que los datos de 2016 suponen con los de los últimos siete años, lo llamativo es que el aumento de la red se produce cuando la retirada en efectivo de los cajeros, si bien sigue subiendo, se está viendo adelantada por otras forma de pago. Los datos del tercer trimestre confirman que 2016 será el primer año en el que la actividad de las compras mediante los terminales de puntos de venta (TPV) superará a la retirada de efectivo de los cajeros.

En los nueve primeros meses del año, los importes movidos mediante TPV han ascendido hasta los 91.180 millones de euros, un 10% más que en el mismo periodo de 2015. En el mismo periodo, se han sacado de los cajeros 87.642 millones de euros, un 3% más que en el mismo intervalo del año anterior. De hecho, los importes de los TPV han superado a los de los cajeros en cada uno de los tres trimestres ya consumidos de 2016. En el tercero, la diferencia de los primeros alcanzó ya los 1.400 millones, una cifra sin precedentes.

Lo mismo ocurre con los datos del número de operaciones. Las realizadas a través de TPV crecen por encima del 10% y marcarán un nuevo récord, en torno a los tres millones de operaciones. Por el contrario, los incrementos en las operaciones de retirada de efectivo se mueven en torno al 1%. Y un dato más: aunque el número de cajeros está creciendo en 2016, el crecimiento del universo de terminales de puntos de venta es muy superior. Alcanza ya los 1,65 millones de TPV, la cifra más alta de siempre.

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