• Este porcentaje está muy por encima de la media europea, que se encuentra en el 52%
  • Más de uno de cada cuatro españoles espera que la pensión pública sea su principal fuente
pensiones y jubilados
Alberto Sánchez

El interés compuesto limita el esfuerzo necesario para alcanzar sumas de dinero importantes en el largo plazo con el ahorro. El problema es que a menudo se descubre su importancia demasiado tarde, algo vital ante el deterioro de las pensiones públicas.

Los profesionales de la industria suelen aludir a una menor cultura del ahorro o inversora en España frente a otros países desarrollados. La consecuencia de ello es que también se eleva el número de arrepentidos. Así lo muestra un estudio de la gestora francesa Schroders: el 76% de los inversores españoles jubilados desearía haber ahorrado más para su jubilación. “Aquellos que ya se han jubilado también transmiten un potente mensaje: ‘Desearía haber ahorrado más’”, señala Carla Bergareche, directora general de Schroders para España y Portugal.

El Estudio Global de Inversión 2017 de Schroders se ha realizado con 22.000 encuestas ai inversores en 30 países, con 1.001 en España. El porcentaje de ‘arrepentidos’ es mucho mayor que en los estándares internacionales, ya que la media europea es del 52% y el promedio global del 66%. Además, el 26% de los españoles encuestados que se arrepienten desearía haber ahorrado una “cantidad considerablemente superior”.

Los españoles ahorran, en general, menos que el resto de europeos. La mayoría reconoce que no ahorra lo suficiente para su jubilación. El porcentaje de ingresos anuales destinados al ahorro es del 8,6% de media entre los encuestados, frente al 9,9% de promedio en Europa. A escala global hay porcentajes superiores, con un 13% en Asia y un 12,5% en América.

PRESIÓN SOBRE LAS PENSIONES

El sistema público de pensiones está muy presionado en España por el envejecimiento demográficos y los últimos coletazos de la crisis, que redujeron los ingresos (cotizaciones sociales) de la Seguridad Social. La reforma de 2013 vinculó las subidas de las pensiones a la salud financiera del sistema, con un mínimo legal del 0,25% anual que es al que se han revalorizado los últimos años, con una pérdida de poder adquisitivo en 2017 por el retorno de la inflación. Los expertos advierten de que esto podría derivar en el futuro en retrasos en la edad de jubilación.

El estudio de Schroders muestra que el la edad media a la que los encuestados querrían jubilarse es a los 61,7 años. Sin embargo, no esperan poder hacerlo hasta los 65,8 años “en términos realistas”, una edad superior a los 64,5 años en Europa y 63 años a escala global. La mayoría de encuestas de este tipo coincide en un pesimismo creciente de los futuros jubilados, lo que sirve de argumento a los que piden más transparencia en el sistema.

Los españoles siguen esperando que su principal fuente de ingresos para la jubilación sea la pensión pública, con un 27% de los inversores encuestados. Mientras que el 21% apunta a los planes de pensiones, el 20% a otro tipo de ahorro e inversión y un 9% señala a los planes de pensiones de empresa, apenas desarrollados en España. En el caso de los planes de pensiones, el porcentaje es muy superior en los individuales frente al resto del mundo e inferior en los de empresa. El resto de ingresos proviene de ingresos por inmuebles, aportaciones, familiares, herencias, etc.

El estudio tiene un apartado para los ‘millenials’, que tienen “una sensación más marcada de no estar ahorrando lo suficiente para la jubilación”. Su ahorro medio en el conjunto de países donde se ha realizado la encuesta es del 11,2% de sus ingresos, frente al 11,6% de inversores de más edad que aún no se han jubilado.

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