Análisis Técnico
ROUBINI. Durante los últimos años se han alimentado las expectativas en torno a los BRICS (Brazil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y han sido continuos los vaticinios de que pronto dominarán el mundo. Según estimaciones, gracias a población y al rápido crecimiento que están experimentando, pronto se convertirán en algunas de las mayores economías del mundo, concretamente China será la mayor en 2020. No obstante, en la actualidad parecen haber sufrido un “parón en seco” del que Nouriel Roubini se hace eco. En un artículo dedicado a ellos para The Guardian, el economista estadounidense de origen turco señala que los BRICS, como otras economías, han experimentado una fuerte desaceleración económica. “¿Se ha acabado la luna de miel para ellos?”, se pregunta Roubini.

Los datos nos dan las pistas, según el profesor de Economía. El PIB brasileño creció tan sólo un 1% en 2012 y es posible que no supere el 2% este año. Su crecimiento potencial apenas se estima por encima del 3%. Tampoco las cifras desde Rusia aportan mayor optimismo. La economía del país de Putin podría crecer apenas un 2% en 2013 y su crecimiento potencial también ronda el 3%, a pesar de que los precios del petróleo están en el orden de los 100 dólares por barril. India, por su parte, ha tenido dos años de fuerte crecimiento (11,2% 2010; y 7,7% 2011), pero en 2012 sufrió una desaceleración hasta el 4%.

¿Y qué ocurre con la “esperanza” china? La economía del gigante asiático creció un 10% durante las últimas tres décadas, pero cayó hasta el 7,8% en 2012 y corre el riesgo de sufrir un “aterrizaje forzoso”. Tan sólo nos queda Sudáfrica, que tampoco arroja unas buenas cifras y es que, el pasado año, sólo creció un 2,5% y es posible que en 2013 no supere el 2%. ¿Qué mal aqueja a los BRICS? Roubini señala seis factores que explican el frenazo que está experimentando su crecimiento:

(1) Las economías emergentes se recalentaron en 2010-2011, con tasas de crecimiento que superaron a las potenciales y con tasas de inflación por encima de las deseadas y en ascenso.

(2) Pensar que las economías de mercados emergentes podrían desvincularse completamente de las debilidades económicas en las economías avanzadas era exagerado.

(3) La mayoría de los BRICS han optado por una variante del capitalismo de estado. Esto implica una desaceleración en las reformas que aumenta la productividad y la participación en la economía del sector privado.

(4) El “superciclo” de productos básicos que ayudó a Brasil, Rusia, Sudáfrica y muchos otros países con mercados emergentes exportadores de productos básicos puede haber terminado. De hecho, sería difícil sostener un boom dada la desaceleración china.

(5) Las señales de la Reserva Federal estadounidense sobre la posibilidad de poner fin a su política de flexibilización cuantitativa antes de lo esperado y sus insinuaciones de un eventual abandono de las tasas de interés nulas afecta a los BRICS. Ambas cuestiones han causado turbulencia en los mercados financieros de las economías emergentes. Incluso antes de las advertencias de la Fed, las acciones y los productos básicos en los mercados emergentes se han comportado peor de lo esperado este año, debido a la desaceleración de China.

(6) Finalmente, si bien muchas economías de mercados emergentes tienden a producir superávit en sus cuentas corrientes, son cada vez más las que presentan déficit, incluidas Turquía, Sudáfrica, Brasil e India. Y estos déficit ahora son financiados con fórmulas que implican más riesgos: más deuda que capital accionario; más deuda a corto que de largo plazo y más deuda en divisas que en moneda local.

Todo ello nos deja un panorama desolador. Roubini adiverte: “Por supuesto que algunas de las economías emergentes mejor administradas continuarán experimentando un rápido crecimiento y resultados superiores a los esperados. Pero muchos de los BRICS, junto con otras economías emergentes, pueden toparse con un difícil obstáculo que afectaría duramente a su crecimiento y a sus mercados financieros”. Ya lo saben, el economista más pesimista nos vuelve a decir aquello de “abróchense los cinturones, que vienen curvas”.
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