• En Dinamarca es conocida como la ciudad divertida
  • La capital danesa tiene uno de los niveles de vida más altos de Europa
copenhague dinamarca

Otra vez, el norte de Europa es el destino escogido para viajar en el fin de semana del 22 de septiembre. Copenhague es una de las ciudades más bonitas para realizar una escapada de apenas tres días.

La capital danesa tiene uno de los niveles más altos de Europa. Pero la ciudad no exhibe monumentos ostentosos ni objetos de lujo. El confort y la pureza del aire son dos de los atractivos que tiene la inmensa ciudad. Por la paz y por la tranquilidad que se respira en la urbe está catalogada como una de las que mejor se vive en el mundo. De hecho, en Dinamarca es conocida como ‘hygge’ (traducido al español viene a decir algo así como ‘disfrutón’).

La capital danesa tiene uno de los niveles de vida más altos de Europa

Skyscanner ofrece vuelos de ida y vuelta por apenas 208 euros, con salida el viernes desde el aeropuerto Adolfo Suárez a las 15:00 y llegada a las 18:10 y vuelta a las 18:55 el domingo. En cuanto a la pernoctación, el propio metabuscador vende habitaciones de hoteles por 70 euros las dos noches. En el caso de Airbnb, el precio por día es de 25 euros.

Como pasa en buena parte de Europa, alquilar una bicicleta para recorrer Copenhague merece la pena. Toda la ciudad dispone de carril bici y está repleta de parques por los que poder subirse a las dos ruedas. Para abrir boca, la mejor opción del viernes pasa por visitar una de las estampas más famosas de Dinamarca: la Sirenita. La forma más fácil, es acceder por la puerta norte de Kastellet.

Tras haber inmortalizado la escena, merece la pena recorrer la zona del puerto. Pasear por la cuenca del Mar Báltico cuando se han encendido las luces es un espectáculo para la vista debido a que las antiguas casas de los pescadores están pintadas de múltiples colores, conocida como Nihavn. Cenar por algunos de los restaurantes es bastante recomendable. Eso sí, la capital danesa es algo cara, por lo que conviene ir prevenido.

SÁBADO DE PASEO

Otro de los rincones con más encanto en la ciudad de Copenhague es el centro. La zona medieval de Copenhague es un conjunto de calles peatonales dentro del triángulo que forman la plaza del Ayuntamiento al oeste, Kongens Nytorv al este y Norreport Station al norte. Caminando unos minutos se encuentra el Frederiks Kirke. La famosa iglesia de mármol. Merece la pena pasar dentro del edificio debido a la forma del edificio y a la enorme cúpula del monumento.

Cerca del centro se encuentran los famosos Jardines del Tívoli. Este centenario parque de atracciones es uno de los lugares de ocio preferidos para los habitantes de Copenhague como para los turistas. Dentro del enorme parque, es conveniente pasar por la Fragata de San Jorge (una gran embarcación), Pagoda (restaurante chino) o el teatro de la Pantomima (un gran pabellón antiguo de parqué que recoge muchos conciertos y teatros). ¡Ah! Y no te vayas de los jardines sin subirte en los famosos columpios giratorios.

Y por la tarde toca adentrarse en uno de los barrios más curiosos de Europa. Una ‘autociudad’ dentro de otra ciudad. Unas 1.000 personas viven dentro de este pequeño enjambre de calles en los que se encuentran decenas de bares, de souvenirs y de tiendas. Esta zona es famosa porque está permitido fumar hachís y marihuana y la policía danesa nunca entra. En el pasado se podían contratar visitas guiadas por el barrio de Christiania, pero desde hace unos pocos años la comunidad decidió prohibirlas, ya que se quejaban de que fueran “mercancía”. El precio de la bebida y la comida es realmente baja ya que aquí no se cobran impuestos.

Para cenar, la recomendación es acudir al Drehaven. Este bar se ha convertido en uno de los sitios de peregrinación de los más bohemios. Los platos son bastante sencillos, pero ricos y el precio de la bebida es bastante asequible. Antiguamente era un bar frecuentado por los obreros de Copenhague.

DOMINGO DE CASTILLO

No hay que irse de la capital danesa sin haber visitado el Castillo de Rosenborg. Era la casa de verano del rey Christian IV (siglo XVII) donde se conserva el Tesoro Real. Por su parte, Amalienborg es la residencia de la familia real danesa. Se convirtieron en su residencia real en 1974 cuando un incendio destruyó el Palacio Real de Copenhague. La familia real danesa la sigue utilizando como residencia de invierno.

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