• La comida y el hospedaje son los grandes chollos de la ciudad
  • El barrio de Brera, el más concurrido en fin de semana
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Milán es uno de los centros neurálgicos económicos europeos. Además, su arquitectura y sus calles son un verdadero lujo para los ojos de los turistas y de los propios milaneses. La Catedral o el Castillo Sforzesco deben ser algunos de los monumentos que hay que visitar para llevarse un gran recuerdo de la ciudad del norte de Italia.

Milán es un importante centro comercial e industrial a nivel internacional, además de ser el distrito económico y capital financiera de Italia por los servicios terciarios, las finanzas, la moda, la editoría y la industria. Es, además, sede de la Bolsa de valores (en Piazza Affari) gestionada por Borsa Italiana, y tiene un importante nivel de atracción por las sedes administrativas de decenas de multinacionales.

El buscador de vuelos Skyscanner brinda la oportunidad de ver la capital lombarda por menos de 100 euros. Los alojamientos en Milán no suelen ser muy caros y en los motores de búsqueda más famosos se pueden encontrar hoteles para el fin de semana del 26 y del 28 de mayo por alrededor de 45 euros la noche para dos personas. La opción de Airbnb siempre es recomendada y por tan solo 30 euros hay grandes apartamentos a tan solo tres kilómetros del centro milanés.

La opción más económica es viajar desde Madrid-Barajas el viernes a las 09:40 de la mañana (dos horas y media de vuelo) y aterrizar en Malpensa. Hay otra opción, algo más cara, que es aterrizar en Bérgamo. Esta ciudad es cien por cien recomendable. A pesar de ser pequeña, tiene un encanto sobrenatural. Su arquitectura, su ciudad antigua y sus precios la hacen de lo más atractiva. La vuelta será la mañana del domingo a primera hora, también desde Malpensa.

Una vez instalados en Milán llegando a media mañana, cabe la posibilidad de acudir al centro financiero de la ciudad para conocer los entresijos de la Economía italiana. Para quedarse con la boca abierta se debe llegar hasta la Piazza Gae Aulenti. El complejo urbanístico es obra del arquitecto Cesar Pelli y este recinto lo hace todavía más espectacular saber que estás a siete metros sobre la calle. La Torre Unicredit es uno de los edificios más sorprendentes. Tiene una altura de 231 metros y es el rascacielos más alto de Europa. Hay una azotea para que los turistas puedan verlas grandes vistas. Otro de los puntos que más llaman la atención es El Bosque Vertical, un complejo de dos torres recubiertas con 2.000 especies de plantas.

Comer en Italia, para los amantes de la pasta y de la pizza, es una delicia. Además que no suele ser caro. En los restaurantes italianos se suele comer un menú por diez euros con un entrante y un plato de pasta o pizza.

Tras haber comido, la tarde del viernes se echa sobre Milán. El barrio de Brera se antoja como la alternativa más interesante, para el sábado visitar los monumentos más importantes de la capital económica italiana. Esta zona italiana es conocida por sus pintorescas calles, zona de comercios artesanales y por la infinidad de restaurantes y heladerías (hay que comer helado sí o sí se viaja a Italia). Además, y al ser viernes, el ambiente será de lo más acogedor ya que los milaneses suelen ir a despejar su cabeza tras una semana de trabajo. La cerveza más importante es la Birra Moretti, por lo que no hay mejor manera que tomarse este ‘zumo de cebada’ en cualquiera de las terrazas. Moretti tiene una línea especial en el que se mezclan los sabores de la cerveza con las hierbas tradicionales italianas, un lujo para el paladar.

SÁBADO DE PATEO

Restaruante Maruzzela. Este es el sitio para comenzar el sábado con fuerza, porque la vamos a necesitar. Café italiano más pizza de Nutella por siete euros. ¿Quién puede resistirse a esto? Tras haber desayunado toca ponerse un calzado cómodo y patearse el centro de Milán. Aunque la ciudad posee una buena red de metro, la cercanía de los monumentos hace que sea recomendable andar por el trazado milanés para no perderse detalle.

El Castillo Sforzesco es la primera parada. Este castillo fue construido en 1368 como una fortaleza; más tarde se lo reformó para que fuera el palacio en el que habitara el duque de Milán. El monumento se encuentra dividido en diferentes áreas, dentro de las cuales se albergan los vastos museos como el egipcio o el museo antiguo. Llama poderosamente la atención sus grandes muros por lo que es imprescindible caminar por dentro y por fuera de él. Una verdadera fortaleza.

Tras decir adiós al Castillo toca ir caminando hasta el Duomo. Una de las vistas más impresionantes en Europa. La catedral está encajonada en una inmensa plaza. Cuando se llega hasta el centro de dicha plaza, los ojos no pueden dejar de admirar la gigantesca obra del siglo XIV. No se terminó hasta 1965. La visita al templo es completamente gratuita por lo que es innegociable poder admirar la catedral por dentro. A escasos metros, se encuentra una de las galerías más conocidas y exclusivas del mundo: la Galería Víctor Manuel. La Galería Vittorio Emanuele II, también conocida como "El Salón de Milán", es una galería comercial diseñada en el siglo XIX en la que se pueden encontrar, además de agradables restaurantes con terraza, las tiendas más elegantes de la ciudad. Dentro de la galería se encuentra el famoso escudo de la ciudad, protegido por un toro. La tradición dice que hay que dar una vuelta completa con un solo pie para que se tenga suerte.

Por último, y cuando las últimas horas de la tarde llegan a Milán una opción recomendable es visitar la Basílica de San Ambrosio...y por supuesto hacerse una foto con el Fórmula Uno de Ferrari. Por cinco euros, una persona puede subirse a bordo del monoplaza en la tienda oficial de la escudería que se sitúa en el centro de la ciudad.

Para disfrutar de la noche italiana y cenar bien. La Vía Dante es muy recomendable. Los precios no son disparatados y tomarse una copa o un cóctel en la infinidad de pubs que hay cuesta apenas siete euros. ¡Buen provecho!

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