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“En Barcelona, el primer ministro británico, David Cameron, es visto como un héroe, como un verdadero demócrata, porque permitirá votar a los escoceses sobre su independencia. Los catalanes se preguntas por qué, si Mariano Rajoy se parece tanto a Cameron en algunas políticas, no se lo permite a ellos”.

El diario anglosajón The Independent expone hoy en un extenso artículo un interrogante que toca uno de los temas que monopolizará la agenda del nuevo curso político cuando arranque el septiembre: la independencia de Cataluña. Con la celebración de la Diada nada más finalizar las vacaciones, el 11 de septiembre, comenzarán casi dos meses de intensas negociaciones entre el Gobierno central y la Generalitat de Cataluña, que mantiene que habrá referendum el 9 de noviembre.

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¿Por qué miles de catalanes quieren que Escocia vote sí a su independencia?”. Es la cuestión que plantea The Independent y a la que intenta responder Alistair Dawber editor del rotativo. Las últimas encuestas en Escocia indican que el próximo 18 de septiembre ganará el “no” a la independencia, y por eso es por lo que este referendum cuenta con el apoyo de David Cameron, porque se sabe vencedor. Esta es la idea que, según el diario, tienen los catalanes y, como en España Mariano Rajoy sabe que perdería, no permite la celebración de la consulta.

Escocia y Cataluña son dos cuestiones de dinero

“Cameron puede cruzar los dedos y esperar que el problema pase, Rajoy no”, escribe Dawber que recuerda que tanto Escocia como Cataluña son “una cuestión de dinero”, pero al que Carles Boix, profesor catalán de Políticas y Asuntos Públicos en la universidad de Princeton en Estados Unidos, matiza porque advierte que los catalanes fueron “tocados en su autoestima”.

Boix recuerda que en el año 2000, el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aprobó en el parlamento central un mayor autogobierno para Cataluña. Sin embargo, en 2010, el Tribunal Constitucional sentenció que algunas partes de ese nuevo estatuto eran insconstitucionales: “Esto significó que los catalanes no habían conseguido nada (…) Se incrementaron los movimientos civiles proindependencia en la calle”.

El no al estatut fue un golpe en el autoestima catalán

Pero, en esencia, sigue siendo una cuestión de dinero. En marzo de 2007, un año antes de que se encendieras las alarmas por la crisis económica, una encuesta del Centre d'Estudis d'Opinió indicaba que solo un 14,5% de los catalanes apoyaban la independencia. En enero de este año, ese porcentaje ascendía al 54,7%. Entre ambas fechas, el Constitucional daba su golpe mortal al nuevo estatuto de Cataluña.

Escocia probablemente se levantará el día 19 de septiembre, como en los últimos 307 años, siendo parte del Reino Unido pero, ¿y Cataluña? Si Escocia dice “no”, no dispondrá de referencias; solo si Escocia dice “sí” y negocia con Reino Unido y el resto de instituciones su papel como estado independiente, Cataluña tendrá un arma con el que defenderse de las amenazas del Gobierno de España sobre su salida de la Unión Europea, la ONU y la OTAN.

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