• Muchos conductores asocian el ahorro de combustible con circular a baja velocidad
  • Uno de los consejos es distribuir la carga lo más equilibrada posible, de manera que cada eje soporte el mismo peso
  • Para optiminar el consumo del vehículo se deben aprovechar las inercias de la carretera para así servir toda la energía del motor
coche gasolina

Algo tan sencillo como el cambio en algunos de los hábitos de conducción puede llegar a significar un ahorro de hasta un 30% en combustible al año. En el caso de las empresas de transporte, este ahorro puede traducirse a cifras muy elevadas. En el caso de un coche particular, este ahorro puede llegar a significar unos 750€ anuales.

Según estudios del sector, el transporte por carretera utiliza el 42,1% de la energía consumida en España, lo que representa más del 60% del petróleo utilizado a nivel nacional. Este consumo alcanza los 11.000 millones de litros de gasolina y unos 24.000 millones de litros de gasóleo al año, que se reparten en un 50% en turismos, un 32% en furgonetas, 6% en camiones, 3% en autobuses y 9% en otro tipo de vehículos.

Muchos conductores asocian el ahorro de combustible con circular a baja velocidad

La conducción eficiente de vehículos, sean ellos industriales o de uso particular, consiste en un conjunto de técnicas las cuales, sumadas a una actitud eficiente por parte del conductor, permiten conseguir importantes logros en ahorro de combustible y emisiones contaminantes, tal y como explica la empresa MiX Telematics. Muchos conductores asocian el ahorro de combustible con circular a baja velocidad. Esta creencia hace que muchos conductores no se esfuercen por cambiar sus hábitos de conducción. A grandes rasgos, la conducción eficiente está relacionada con procura mantener una velocidad constante y evitar frenar bruscamente y acelerar de forma continua.

Al mismo tiempo, se deben aprovechar las inercias de la carretera para así servir toda la energía del motor. En los siguientes puntos veremos paso a paso como llevar a cabo cada una de estas técnicas y consejos.

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1. PLANIFICA BIEN LA RUTA

Un viaje bien planificado permitirá establecer tiempos de conducción, prever paradas programadas y en definitiva llegar al destino de manera rápida, fácil y segura. La búsqueda de una ruta sin demasiado tráfico puede significar menos paradas y ahorro de combustible. Este apartado es de vital importancia ya que, por ejemplo, diez minutos de conducción innecesaria en un viaje de tan solo una hora provocan que el rendimiento del combustible se reduzca en un 14%.

Lo mismo ocurre con la planificación de los vehículos. Utilizar un vehículo con un motor demasiado potente y luego emplear de forma habitual una potencia mucho menor dará lugar a mayores consumos que si utilizáramos para ello un motor de menor potencia máxima. En el caso de las empresas de transporte, el gestor de flotas debe ser capaz de seleccionar el motor (o vehículo) más adecuado para la carga o el uso requerido para el fin estipulado.

2. COMPRUEBA EL ESTADO DEL VEHÍCULO ANTES DE VIAJAR

Todos los neumáticos deben estar con la presión indicada por el fabricante

Antes de subir a la cabina, en el caso de los vehículos de transporte de mercancía o de pasajeros, los conductores deben realizar un examen visual sobre algunos elementos con el fin de comprobar su correcto funcionamiento. En primer lugar se debe revisar el estado de los neumáticos. Todos deben estar con la presión indicada por el fabricante. Una presión inferior a la correcta reduce el rendimiento de combustible un 2% en áreas urbanas y un 4% en carretera. No se debe olvidar también la revisión de las ruedas de repuesto. Al mismo tiempo, dependiendo del modelo del vehículo, se deben revisar:

- Niveles de líquidos: aceite del motor, agua de refrigeración, líquido de servodirección.

- Sistema de frenos: presión de aire de frenos y purgado del agua de condensación.

- Instrumentación de ayuda a la conducción: limpieza y colocación de los retrovisores,verificación del funcionamiento del alumbrado y de las luces de advertencia.

- Montaje del vehículo: sujeciones de alerones, enganches y acoplamientos, y los toldos que recubren la carga en el caso de camiones.

Un aumento en el consumo de combustible sin una causa que lo justifique es un claro indicativo de algún problema en el motor, por lo que un control periódico del consumo anotando las cargas de carburante y kilómetros recorridos puede llevar a detectar averías en el motor del vehículo antes de que se agraven.

3. REDUCE CARGAS INNECESARIAS

Tal como lo comentábamos en el apartado 1, el utilizar el vehículo adecuado a la carga que se transporta es vital a la hora de reducir gastos innecesarios de combustible. En el caso de los coches, por ejemplo, conducir con 100 Kg. de peso innecesario a bordo ocasiona una reducción del rendimiento del carburante de aproximadamente el 6% en un coche de tamaño medio.

El contorno exterior de la carga debe ser lo más homogéneo posible para no contar con resistencias aerodinámicas

El peso total del vehículo, incluyendo la carga que transporta, influye directamente en el consumo debido a que la potencia requerida para ponerlo en movimiento es mayor producto de su influencia en la resistencia a la rodadura. Lógicamente, la manera de cargar el vehículo también influye en el consumo. Por este motivo se debe distribuir la carga lo más equilibrada posible, de manera que cada eje soporte el mismo peso. El contorno exterior de la carga debe ser lo más homogéneo posible para no contar con resistencias aerodinámicas.

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4. ARRANCA EL MOTOR SIN PISAR EL ACELERADOR

En motores de gasolina se debe iniciar la marcha inmediatamente después del arranque mientras que en los motores diesel se debe esperar unos segundos antes de comenzar la marcha. En el caso de los coches y autocares, se ha de usar la primera marcha solo para el inicio. Cambiar a 2da a los dos segundos o 6 metros aproximadamente. Se debe comenzar a
conducir lentamente evitando acelerar bruscamente.

En el caso de los camiones, antes de arrancar el vehículo de debe colocar el discograma del tacógrafo, o se pasará la tarjeta del conductor en caso de que este sea digital. En este caso también se debe encender el motor sin pisar el acelerador. Tampoco se deben llevar a cabo aceleraciones en vacío. El pedal del acelerador solo se debe utilizar con las marchas engranadas y con el vehículo en movimiento.

En el caso de los camiones, se debe esperar unos 3-4 minutos para que el motor se lubrique adecuadamente, haya presión en el turbo y los calderones cojan calor. El conductor puede aprovechar estos instantes para poner a punto el tacógrafo. Nunca debe pasar de 3 -4 minutos ya que el motor en ralentí también consume combustible. Cabe señalar que el motor en frío se comporta distinto. No suele ser tan eficiente y sufre más desgastes por lo que debe intentarse no hacerlo funcionar con aceleraciones a plena carga o en giros demasiado altos.

5. MANTENER UNA VELOCIDAD CONSTANTE

Para desacelerar se debe levantar el pie del acelerador y dejar rodar el vehículo con la marcha metida en ese instante

Circular el mayor tiempo posible en las marchas largas y a bajas revoluciones. Mantener una velocidad lo más uniforme posible y buscar la fluidez en la circulación. Evitar frenazos, aceleraciones y cambios de marcha innecesarios. Para desacelerar se debe levantar el pie del acelerador y dejar rodar el vehículo con la marcha metida en ese instante. Frenar de forma suave con el pedal del freno y reducir la marcha lo más tarde posible, con especial cuidado en las bajadas.

En el caso de los camiones con carga, las marchas se llevarán a cabo en función de las condiciones de carga del vehículo, de la circulación, de la pendiente de la vía y de la potencia del propio motor que se conduce. En motores de grandes cilindradas (entre 10-12 litros) los cambios de marcha deben realizarse a las 1.400 r/min. Las marchas enteras, en tanto, se deben realizar en torno a los 1.600 r/min en motores de 10-12 litros y en 1.700-1.900 r/min en los de menores cilindradas.

En situaciones especiales como la incorporación a una autovía, los cambios se realizarán a mayores revoluciones. Mientras que en situaciones favorables de circulación pueden realizarse “saltos de marcha” en progresión creciente de las mismas con el fin de llegar lo más pronto posible a las marchas largas, que son las que consumen menos combustible. Además, una reducción del número de marchas alarga la vida del motor y mejora el mantenimiento del vehículo. En todo caso, los saltos de marcha se deben realizar de tal forma que no se caiga nunca por debajo de la zona verde del cuentarrevoluciones.

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