• La inversión en fibra óptica y la apuesta por los contenidos exclusivos de televisión explican la estrategia del sector
  • MásMóvil mantiene sus precios para atraer a los descontentos con las tres grandes compañías
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Un usuario maneja una tableta.

Las tarifas por los servicios de telefonía móvil, internet y televisión de pago llevan desde hace dos años en una espiral de subidas de precios a cambio de mayores prestaciones en llamadas y datos. Antes de esta etapa, el sector se lanzó a una guerra sin cuartel por captar clientes a base de bajar tarifas o financiar teléfonos que parece haber quedado en el olvido.

El propio presidente de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), José María Marín Quemada, señaló esta misma semana que esta política de precios “inquieta” al regulador y además se pregunta si realmente esas mejoras que se ofrecen las necesitan los clientes. Marín Quemada mostró su preocupación sobre el sector y comentó que “cuando había cinco operadores de telefonía los precios bajaban, cuando hubo cuatro se estabilizaron y cuando quedaron tres volvieron a incrementarse. Y recientemente, tras la entrada de un cuarto operador, MásMóvil, estuvieron estables un tiempo, hasta ahora que han vuelto a subir”.

Una montaña rusa de precios iniciada en 2015 por Telefónica que, con la última vuelta de tuerca a sus tarifas, completará un ciclo de cinco subidas en apenas dos años. El próximo mes de abril, los clientes del paquete convergente Fusión Contigo, la opción económica de llamadas y datos de la compañía, verán cómo se incrementa su factura en cinco euros a cambio de dos gigas más de internet. Con este nuevo ajuste, los clientes pasarán a desembolsar 55 euros al mes desde los 50 euros y de 62 a 67 euros mensuales.

Orange comunicó su nueva política comercial en pleno año nuevo y la aplica ya desde febrero. Un incremento de dos a cinco euros en sus tarifas Love con un aumento de los datos móviles de 500 MB a 6 GB, según la modalidad contratada. En 2016, el grupo francés ya había seguido los pasos de Teléfonica y ajustó cuentas con sus clientes.

Los tres grandes grupos de telecomunicaciones registraron saldos negativos de portabilidad en 2016, algo que benefició a MásMóvil y a las operadoras virtuales

El último en llegar a la rampa de despegue ha sido Vodafone, que anunció su puesta de largo en plena celebración del Mobile World Congress de Barcelona. La operadora británica aplicará la subida de entre tres y cinco euros a partir del 28 de abril con la misma contrapartida que sus dos principales competidoras: más datos, de 2 GB en su oferta One S se pasará a 6GB, la One M de 4GB a 10 GB y la One L de GB a 20 GB.

Vodafone además anunció que, por primera vez, las aplicaciones de mensajería como WhatsApp, Telegram o Line no descontarán los datos contratados y sus clientes de paquetes convergentes podrán disfrutar de la plataforma de contenidos televisivos, Fox Play. De momento, el cuarto gran operador del mercado español, MásMóvil, no se ha sumado a esta espiral alcista de los precios, pues busca hacerse hueco en el sector y sumar cada vez más a los descontentos de las tres grandes ‘telecos’, que concentran el 92% del mercado tanto para líneas fijas como para banda ancha.

De hecho, según los datos de la CNMC el grupo que lidera el austriaco Meinrad Spenger y las operadoras de móvil virtual (Lowi, Tuenti, Amena, Simyo, Euskatel, Telecable, Lycamobile...) registraron saldos de portabilidad positivos, con 13.647 y 7.728 líneas, respectivamente. En contraposición, Movistar, Vodafone y Orange presentaron saldo negativo, en concreto, exportaron 2.412,12.480 y 6.483 números más de los que recibieron de otros operadores.

Sin embargo, las grandes operadoras integran en sus grupos a algunas de estas pequeñas operadoras. Telefónica tiene Tuenti, Lowi pertenece a Vodafone y Orange integra a Simyo y Amena. Más allá de las tarifas de voz y datos móviles, para Víctor Domingo, presidente de la Asociación de Internautas, la madre de todas las batallas comerciales en el sector de las telecomunicaciones se libra en la fibra óptica, una tecnología en la que España está a la vanguardia y tiene más metros instalados que Alemania, Francia, Reino Unido e Italia juntos.

“Con la instalación de la fibra óptica, es más complicado que un cliente pueda darse de baja de una compañía por la infraestructura que requiere y porque en muchos lugares todavía no hay una competencia real entre las operadoras. La CNMC debería actuar porque las compañías están dejando con el ‘culo al aire’ a los consumidores, aplican las subidas a cambio de datos y contenidos en la televisión que nadie les ha pedido. Es una excusa que los consumidores demanden más prestaciones, quien quiera que pague más, pero que no lo apliquen a todos por igual”, comenta indignado Domingo.

"Con la fibra óptica, es más complicado que un cliente pueda cambiarse de compañía por la instalación que requiere y porque todavía no hay una competencia real entre las operadoras en muchos lugares", Asociación de Internautas

Una de las grandes diferencias o ventajas competitivas, en este caso, es precisamente la red de fibra óptica que cada compañía tiene instalada. Telefónica cubre unos 15,7 millones de hogares frente a las 18,4 unidades familiares que hay en España, Vodafone llega a los 9 millones y Orange a 8,3 millones. MásMóvil hasta el pasado enero sólo cubría con su red propia unos 800.000 hogares, pero ha alcanzado un acuerdo con Orange para sumar a su red 5,7 millones, por lo que alcanza 6,5 millones.

El cuarto operador es consciente de que este es uno de los talones de aquiles frente a su competencia y este jueves anunció una emisión de bonos por 39,3 millones de euros a cinco años para financiar su plan de extensión de fibra óptica. Esta emisión se une a la que ya hizo en julio de 30 millones de euros, por lo que espera llegar con todo el dinero recaudado a medio millón de hogares más.

UNA DEUDA QUE NO CESA

Una de las explicaciones de esta subida generalizada de precios es el endeudamiento que arrastran las compañías del sector, en su afán por desplegar fibra óptica por todo el país, invertir en la tecnología 4G, además dar los mejores contenidos en televisión. La deuda de Telefónica en 2016 ascendió a 48.595 millones de euros, con una reducción del 1,2% respecto al pasado año, Vodafone llegó a los 37.417 millones de euros al cierre de su año fiscal en marzo de 2016, mientras que Orange cerró el ejercicio con una deuda neta total de 24.444 millones de euros.

La apuesta por emitir el fútbol, con un difícil retorno en ingresos, también condiciona y mucho los resultados de las ‘telecos’. Los derechos del fútbol son unos 2.400 millones de euros para poder ofrecer todas las competiciones hasta 2018, que incluso llevó al consejero delegado de Vodafone España, Antonio Coimbra, ha reconocer en público que “el impacto del fútbol es muy grande”.

Al fútbol, se le unen cada vez más contenidos de plataformas audiovisuales como Netflix, HBO o Fox Play, que también hay que financiar, o los deportes de motor como la Fórmula 1 y la Moto GP, que hasta apenas dos años y hasta esta temporada, respectivamente, se emitían en abierto. Una apuesta que tiene como rehenes a muchos clientes, que sin tomar ninguna decisión ni contratar más servicios han visto incrementar sus tarifas.

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