• La deuda de prisa es de 818 millones de euros
  • Con la vuelta de un Polanco a la Presidencia, el grupo quiere reducir esa deuda
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El grupo Prisa no consigue remontar. El negocio no genera los ingresos deseados ni tampoco consigue detener la caída de audiencia (ha perdido el liderato de Internet frente a El Mundo). Por esto, el grupo de comunicación ha querido hacer ‘borrón y cuenta nueva’ y comenzar una era pos Cebrián, en la que se ha echado en manos, curiosamente, de la vieja guardia de Jesús Polanco.

En noviembre del año pasado, Manuel Polanco, hijo del fundador Jesús Polanco, fue el elegido para sustituir a Juan Luis Cebrián como presidente. Su llegada -ocupa el cargo desde el 1 de enero de este año- ha traído cambios en los equipos directivos. El grupo se ha armado de gente de siempre de la casa para intentar remontar.

En febrero, Cadena Ser cambió de director con el nombramiento de Daniel Gavela. Eva Cebrián, que era la directora de las radios musicales de Prisa, también fue relevada de su cargo y fue sustituida por Vicent Argudo. Por otra parte, otro histórico como Felipe de Lucas también acudió a la llamada de la nueva cúpula para ser el director comercial del grupo.

El último cambio ha llegado esta semana a su ‘buque insignia’.. El Consejo de Administración de El País aprobó el nombramiento de Soledad Gallego-Díaz como nueva directora del periódico. Primera mujer en 42 años en ocupar este puesto. La periodista entró a trabajar inmediatamente después de que se fundara en 1976 de la mano de Polanco y ahora tiene como misión reconducir el rotativo hacia sus tradicionales posiciones de centro-izquierda tras la escasa rentabilidad obtenida con su viraje hacia Ciudadanos.

Los nuevos cambios de la directiva llegan con el objetivo de recuperar la audiencia perdida y hacer frente a sus graves problemas económicos

El objetivo de estos cambios es volver a ser líderes de audiencia tanto en El País como en la Cadena Ser. Prisa quiere volver a ser el gigante de la comunicación, pero no lo tiene fácil, ya que no es ninguna de sus filiales de comunicación la que le da la fuerza para crecer y reducir la deuda. Prisa se encuentra en una maniobra de salvamento en el que lleva más de dos años.

La deuda neta del grupo de comunicación se situó al cierre del primer trimestre en 818 millones de euros, frente a los 1.422 millones de 2017. Esta reducción se debe a los fondos que obtuvieron de la ampliación de capital y la generación de caja positiva. Sin embargo, Prisa registró un beneficio neto de 9,9 millones de euros, una cifra un 55% menor que la del mismo periodo del año anterior.

El sobreendeudamiento del grupo llegó a alcanzar los 1.500 millones de euros. Esta situación de alarma provocó que se pusieran a la venta varias filiales como Santillana, aunque es una operación que no llegó a materializarse. Más tarde se realizó una ampliación de 563 millones de euros que finalizó a mediados de abril.

Además, Prisa se quiere ir deshaciendo de activos para poder hacer frente a esta fuerte deuda. Uno de ellos es MediaCapital, pero el pasado 29 de mayo el regulador de competencia portugués rechazó los 'remedies' propuestos por Altice para llevar a cabo la compra de MediaCapital.

Santillana es la joya de la corona del grupo Prisa. De hecho, ha sido la filial que ha ido generando mayores ingresos. Sin embargo, en el primer trimestre del año, la situación ha sido algo diferente. Los ingresos del sector de educación cayeron casi un 20%, pero aun así fue la división que generó más ingresos: 173,7 millones de euros.

Por su parte, la división radiofónica generó unos ingresos de 58,8 millones de euros, una cifra que es un 3,5% menor que la del mismo periodo 61 millones de euros. Por último, su filial de prensa es la que menos ingresos obtiene de todo el grupo. En los tres primeros meses del año, generó 45,7 millones de euros, un 9,4% menos.

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