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Es el núcleo del problema. El ladrillo que rodeaba el balance de Banco Popular ha terminado por pesar tanto en su solvencia y rentabilidad que a punto ha estado de cobrarse su propia supervivencia. La entidad financiera que dirige Pedro Larena (consejero delegado desde el verano pasado) y preside en funciones, Ángel Ron, ha dado un paso hacia la creación de su propio 'banco malo' privado (unidad de gestión de activos inmobiliarios) con la apertura masiva de oficinas especializadas por toda España.

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"Como parte de la reestructuración llevada a cabo por el banco, mediante la separación de la actividad principal de la inmobiliaria y con el objetivo de que una parte de la organización esté centrada en la generación del negocio rentable y recurrente de pymes y familias, y la otra, en la reducción de activos no productivos y en la rentabilización del negocio inmobiliario, Popular ha puesto en marcha su red de oficinas especializadas en el negocio inmobiliario y transformación de activos", explica el banco a través de un comunicado.

El banco asegura que contará con 40 oficinas, cuatro direcciones regionales y una plantilla de 400 empleados y dependerá de la Dirección General de Negocio Inmobiliario y Transformación de Activos, la división encargada de obtener valor de sus activos inmobiliarios. La distribución territorial de la misma es la siguiente: Cataluña y Levante (12 oficinas), Madrid y Centro (10 oficinas) Norte y Pastor (Galicia) (10 oficinas), Andalucía (8 oficinas).

"Esta red tendrá como principal misión gestionar el negocio inmobiliario del banco, así como la gestión integral de las recuperaciones, con una perspectiva de optimización de capital alineada con los objetivos generales del banco de reducción de activos improductivos", añade del grupo.

La semana pasada, Popular anunció por primera vez la venta de carteras de créditos dudosos a dos fondos de inversión, algo a lo que se había resistido bajo la presidencia de Ron. En concreto, el banco ha vendido a los fondos Apollo y Blackstone dos carteras de deuda por un importe conjunto superior a 620 millones de euros. Las carteras vendidas se han agrupado en activos homogéneos para hacer más sencillo el análisis de los mismos y optimizar el precio. También vendió 100 millones de activos refinanciados en vigilancia especial.

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