• Los intereses de la facilidad de depósito se encuentran en negativo desde junio de 2014
  • Los bancos pagan una 'multa' por el dinero que les sobra, que ahora supera el billón de euros

La factura sigue subiendo. Y lo hace cada día que pasa. Es lo que tiene que el Banco Central Europeo (BCE) tenga los tipos de interés de la facilidad de depósito por debajo del 0% y que a los bancos privados europeos les sobre dinero. Esta combinación provoca que los segundos tengan que pagar un interés al primero. Viene siendo así desde 2014, y el desembolso acumulado alcanza ya los 4.000 millones de euros.

Todo comenzó en junio de 2014. Fue entonces cuando la entidad presidida por Mario Draghi se adentró en el hasta ese momento desconocido mundo -al menos, para el BCE- de los tipos negativos. En concreto, lo hizo a través de los tipos de interés de la facilidad de depósito. Habitualmente, estos tipos están en positivo -por encima del 0%-, y eso implicaba que el BCE pagaba a los bancos ese interés por el dinero que les sobraba y le llevaban de vuelta a la ventanilla del banco central.

Este orden habitual saltó por los aires desde ese momento. Porque situar los tipos de la facilidad de depósito en negativo -por debajo del 0%- conlleva justo a eso, a darle la vuelta a la situación: desde que están en vigor, son los bancos los que pagan al BCE por el dinero que les sobra.

Primero, ese 'peaje' fue del -0,10%; luego pasó al -0,20%; posteriormente, al -0,30%; y ahora, desde marzo de este año, se encuentra en el -0,40%. Es decir, ha ido subiendo conforme el BCE entendía que debía apretar más a los bancos para que no se guarden el dinero y lo canalicen a la economía real -empresas y hogares- en forma de préstamos. Porque ese el propósito de Draghi: que los tipos de depósito negativos supongan un incentivo para reactivar el crédito.

Con un exceso de liquidez que supera claramente el billón de euros, la 'factura' diaria de los tipos negativos asciende a 13 millones de euros

El problema es que en este periodo no sólo ha ido subiendo ese 'peaje'. También lo ha hecho el dinero sobrante de los bancos. Y lo ha hecho igualmente hasta cifras desconocidas hasta ahora. A comienzos de diciembre, el exceso de liquidez diario en la Eurozona se acerca ya a los 1,2 billones de euros. Es el dinero que los bancos están devolviendo a la ventanilla del BCE, por muy conscientes que sean de que al hacerlo tienen que enfrentarse a esa penalización del 0,40%.

La combinación de los tipos de depósito negativos y exceso de liquidez desemboca en una factura cada vez mayor para los bancos. Asciende ya a 4.000 millones de euros desde junio de 2014. Actualmente, la penalización le cuesta al sector 13 millones de euros al día.

SIN CAMBIOS A LA VISTA

Y seguirá engordando, porque en los planes del BCE a corto plazo no entra la posibilidad de elevar los tipos. Ni los oficiales, situados en el 0%, ni los de depósito. Así lo manifestará de nuevo en la reunión de política monetaria que la entidad celebrará este jueves, la última de 2016, en la que se espera que los deje como están.

La atención, de hecho, no se centra en ellos. Lo hace en el programa de compra de activos de la entidad, que responde a las siglas APP (Asset Purchase Programme), aunque es más célebre por las siglas QE (Quantitative Easing o expansión cuantitativa). Hasta ahora, el compromiso del BCE es dedicar 80.000 millones de euros al mes a la compra de deuda pública y privada en el mercado "hasta el final de marzo de 2017, o hasta una fecha posterior si fuera necesario, y en todo caso, hasta que observe un ajuste sostenido de la senda de inflación que sea compatible con su objetivo de inflación".

Precisamente lo que el mercado espera ahora es que recurra a una esas de posibilidades y prorrogue el QE más allá de marzo del próximo año. En los pronósticos se impone sobre la posibilidad de que lo amplíe durante seis meses, en los que bombearía 480.000 millones de euros adicionales.

En este sentido, el resultado del referéndum italiano ofrece a Draghi la excusa perfecta para prolongar los estímulos más extraordinarios. “Italia es la tercera mayor economía de la Unión Europa, y el mercado de deuda pública más grande de la zona euro, de modo que el BCE es muy consciente de su vulnerabilidad. Esto podría suponer un incentivo más para que el BCE amplíe su programa de compras más allá de marzo de 2017, para controlar posibles incrementos excesivos de los intereses de la renta fija italiana”, afirma Olaf Penninga, gestor del fondo Robeco Euro Government Bonds.

También se espera que modifique la composición del abanico de activos que está comprando. En septiembre, Draghi ya confirmó que el BCE había encargado a los comités técnicos que "evaluaran las opciones para asegurar una fluida implementación de los programas de compras".

El mercado, de nuevo, espera mucho. Pero Draghi cada vez tiene más difícil justificar el QE, sobre todo ante el previsible repunte de la inflación

Hasta ahora, bajo el paraguas general del APP viene adquiriendo cédulas hipotecarias (en un programa que responde a las siglas CBSPP3), activos respaldados por créditos bancarios (ABSPP), deuda pública y de agencias estatales o con respaldo público (PSPP) y deuda corporativa de empresas privadas (CSPP). En septiembre, Draghi ya confirmó que el BCE había encargado a los comités técnicos que "evaluaran las opciones para asegurar una fluida implementación de los programas de compras". Lo que espera el mercado es o que amplíe la lista de programas o cambie el peso que destina a cada uno dentro de los 80.000 millones mensuales que dedica a comprar títulos.

¿Y QUÉ HAY DE LA INFLACIÓN?

La última cita del año también estará marcada por las nuevas previsiones macroeconómicas de la entidad. En septiembre, esperaba un crecimiento del 1,7% para 2016 y del 1,6% para 2017 y 2018. En cuanto a la inflación, pronosticaba una tasa del 0,2% para 2016, del 1,2% para 2017 y del 16% para 2018. El mercado anticipa un aumento en las previsiones de inflación y mínimas variaciones en las previsiones de crecimiento.

El previsible incremento del pronóstico sobre la inflación no pasa desapercibido para los expertos. En su opinión, complica la justificación de Draghi para ampliar el QE y, de hecho, puede ser el origen de que no cumpla con las altas expectativas que alberga el mercado. "Aunque no se espera que el Banco Central Europeo abandone de momento su política de flexibilización cuantitativa, se está quedando poco a poco sin argumentos", observa Hans-Jörg Naumer, responsable global de mercados de capitales de Allianz Global Investors.

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