• El combustible representa el 20% de los costes totales de estas compañías...
  • ... y su negocio es más sensible a actividades al aumento de la regulación en el comercio internacional
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Un avión aterriza en el Aeropuerto de Barcelona.ENAIRE

Las aerolíneas no pueden confiarse en su vuelo en bolsa. Las previsiones del sector y de los analistas son positivas, aunque existen varias amenazas que pueden agitar su negocio en los próximos años. A escala mundial, la subida del precio del petróleo y el afloramiento de las medidas proteccionistas ponen en alerta a las compañías. En Europa, la salida del Reino Unido de la Unión Europea golpea a las aerolíneas como mayor fuerza que otras industrias.

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Para 2018, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) prevé un beneficio neto de la industria de 38.400 millones de dólares, superior a los 34.500 millones de dólares de beneficio neto esperado en 2017. Los ingresos totales de la industria de aerolíneas aumentarán hasta 824.000 millones de dólares, un 9,4% respecto a 754.000 millones de dólares en el pasado año.

No obstante, IATA prefiere no lanzar las campanas al vuelo. “Las aerolíneas están logrando niveles sostenibles de rentabilidad. Sin embargo, la industria sigue siendo un negocio difícil que se enfrenta a grandes desafíos, entre ellos, la implacable presión de los costes, como es el aumento del precio del combustible”, afirma Alexandre de Juniac, consejero delegado de la asociación internacional.

Una alerta que también lanzó Ryanair recientemente. "El precio del petróleo subirá e impactará en todo el sector”, afirmaba Neil Sorahan, director financiero de la aerolínea irlandesa. Aunque en este sentido, los analistas de Morgan Stanley apuntan que “las compañías de bajo coste están relativamente mejor posicionados, ya que su dinámica de competencia está mejorando y debería tener margen para seguir mejorando en el verano de 2018”, afirman.

Las previsiones que maneja IATA es que el precio del petróleo si sitúe en los 60 dólares por barril de Brent en 2018, un 10,7% respecto a 54,2 dólares el barril en 2017. La asociación internacional indica que el precio del combustible para aviones crecerá a un ritmo aún más rápido, hasta los 73,8 dólares por barril, un 12,5% respecto a los 65,6 dólares por barril del pasado ejercicio.

Con estos datos, IATA valora que las aerolíneas con coberturas de combustible o provisiones más bajas, como en EEUU y China, se resentirán de este aumento ante que aquellas que cuentan con mayores índices de cobertura en general, como las aerolíneas europeas. Se espera que la factura de combustible represente el 20,5% de los costes totales en 2018, frente al 18,8% en 2017.

RIESGO DE PROTECCIONISMO

El sector es uno de los grandes beneficiados por la globalización del comercio mundial. Por ello, los aires de proteccionismo que surgen en la actualidad, sobre todo en Estados Unidos, suponen una amenaza para las aerolíneas. Un riesgo que destacan los analistas de HSBC. “Si bien la industria de las aerolíneas se ha estado globalizando en los últimos diez años, no es inmune a las tendencias políticas mundiales, que actualmente cuestionan los méritos de la globalización y potencial los nacionalismos y proteccionismos”, afirman desde el banco británico.

IATA estima que la factura de combustible represente el 20,5% de los costes totales en 2018, frente al 18,8% en 2017

IATA también ve en estos movimientos un desafíos para la industria, ya que consideran que “la aviación es el negocio de la libertad y un catalizador para el crecimiento y el desarrollo”, afirman.

Desde el organismo reclaman que los gobiernos apuesten por una fuerte “implementación de estándares globales de seguridad, una política fiscal más razonable, una regulación más inteligente y el desarrollo de infraestructuras capaces de soportar eficientemente la creciente demanda”.

REINO UNIDO, UN MERCADO CLAVE

La salida del Reino Unido de la Unión Europea tiene un impacto mayor en las aerolíneas que en otras industrias. La culpa de ello es la regulación aeronáutica. Después de su salida, el país británico dejará automáticamente de estar cubierto por los acuerdos de transporte de la Unión. Esto tendrá consecuencias respecto a los derechos de tráfico y otros aspectos cubiertos por dichos acuerdos.

Las compañías que tengan licencias de operación europeas podrán mantenerlas con la condición de que su principal centro de negocio esté situado en un estado miembro de la UE, y que la mayoría y el control efectivo de la compañía lo tengan nacionales de estados miembros de la UE. A la inversa, las licencias de operación concedidas por el Reino Unido no serán ya licencias válidas de la Unión Europea.

Las estimaciones del Consejo Internacional de Aeropuertos de Europa (ACI Europe) es que la aviación comercial europea registre pérdidas económicas de hasta 4.700 millones de euros y una reducción del tráfico aéreo con el Reino Unido de hasta 30 millones de pasajeros para 2026.

Con este escenario, los analistas de HSBC ven diferentes escenarios de riesgo para las principales compañías. "En general, vemos que IAG, Ryanair y Wizz se enfrentan a mayores amenazas regulatorias, mientras que las estructuras corporativas de Norwegian y EasyJet les permitirá solventar mejor este desafíos" afirman desde el banco británico. Por ello, IATA ve necesario que "se disipe la incertidumbre sobre el Brexit, de modo que las aerolíneas puedan planificar y comercializar sus programas de vuelo", reclama el organismo.

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