• La farmacéutica catalana Grifols ingresa seis de cada euros en Estados Unidos
  • El selectivo continúa la tendencia bajista iniciada antes de la apreciación de la moneda común frente a la divisa estadounidense
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Mario Draghi, presidente del BCE y Janet Yellen, presidenta de la Reserva Federal.

Estados Unidos es el gran mercado mundial, donde todas las empresas quieren estar, vender sus productos o conseguir contratos. Pero en los últimos meses, la incertidumbre se ha instalado a cuenta de las políticas de Donald Trump, y su falta de conexión con el resto de la clase política, tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes, ha llevado a que pocas reformas de calado salgan adelante. Ni la reforma fiscal ni la nueva ley sanitaria prometida ni el plan de infraestructuras han sido aprobadas.

Esta incertidumbre, combinada con las dudas sobre los siguientes pasos de la Reserva Federal (Fed), se refleja en la apreciación del euro respecto al dólar. Esta semana ha llegado a estar por encima de los 1,20 dólares, en máximos desde enero de 2015, algo de lo que el propio Donald Trump nunca ha sido partidario. Su célebre ‘Make America Great Again’ también contemplaba un dólar fuerte frente al resto de grandes divisas como el euro, la libra esterlina o el yen japonés.

Esta situación en el mercado de divisas, acelerada tras el reciente encuentro de banqueros centrales de Jackson Hole, en el que los discursos académicos de la presidenta de la Reserva Federal de Estados Unidos, Janet Yellen y su homólogo Mario Draghi en el Banco Central Europeo (BCE) animaron a los inversores a redoblar sus esfuerzos en lo que estaban haciendo hasta ahora: comprar euros y vender dólares. Tanto Yellen como Draghi no concretaron la política que van a seguir en los próximos meses en cuanto a las futuras subidas de los tipos de interés ni a la reducción de sus abultados balances.

Como siempre los movimientos bruscos de las divisas, el euro ya se aprecia un 13% contra el dólar en 2017, intimidan al mercado. Y dejan un reguero de ganadores y perdedores.

"Un euro en máximos lastra a las bolsas europeas, sobre todo a los índices principales y a los sectores con mayor exposición fuera del euro como el farmacéutico, el ocio o el alimentario", comentan los analistas de Banco Sabadell. “Estimamos que el efecto directo e indirecto de cada 10% de subida del euro frente a una cesta de divisas ponderada supone 6 puntos porcentuales en el crecimiento del beneficio por acción", agregan desde Credit Suisse.

El Ibex, sin embargo, esta semana no ha sufrido una gran volatilidad y ha seguido con la tendencia bajista desde los máximos de mayo que le han hecho perder un 9% desde los 11.355 puntos hasta los 10.325 actuales. Pese a la reducción, el selectivo español aún se revaloriza un 10,7% en el acumulado del año.

Sede del Banco Central Europeo (BCE) en Fráncfort.

La teoría apunta, además, que los más afectados son los exportadores que tienen sus ingresos en dólares y aquellos que operan con Estados Unidos, pero tienen los costes en euros. Mientras que los grandes beneficiados son las empresas que tienen los costes o su endeudamiento en dólares, mientras que también se ven beneficiados los turistas europeos que ven aumentada su capacidad de compra en sus viajes Nueva York, Los Ángeles o Miami.

Sin embargo, en la práctica la gran mayoría de compañías que operan en Estados Unidos se protegen mediante coberturas de derivados. “Hay mucha volatilidad en los mercados, y uno de los pilares de la recuperación económica española ha venido de la mano de las exportaciones. Pero hay factores externos que distorsionan el mercado de forma inesperada”, indica Juan Manuel Martínez Méndez, socio de la consultora EY, encargada de un informe sobre la ‘Gestión de riesgo de tipo de cambio en las empresas españolas’ junto al Instituto de Estudios Bursátiles (IEB).

El estudio presentado en mayo recoge que el 84% de las compañías españolas consultadas tiene una política definida de gestión del riesgo de tipo de cambio. No obstante, sólo el 53% la documenta con una metodología aprobada por la dirección de la empresa. Por su parte, el porcentaje se reduce al 17% si se tienen en cuenta únicamente las compañías con un departamento específico de gestión de riesgos financieros para ejecutar la estrategia.

GRIFOLS INGRESA 6 DE CADA 10 EUROS DE ESTADOS UNIDOS

La empresa del Ibex con mayor exposición al mercado estadounidense es la farmacéutica catalana Grifols, que factura un 60,8% de sus ingresos totales en Estados Unidos gracias a su negocio de plasma artificial que le reporta más de 2.500 millones de euros. La compañía que preside Víctor Grifols tiene además tres fábricas en el país, una en Nueva York, en California y en Carolina del Norte.

La farmacéutica tiene parte de sus deudas en dólares como reconoce en su informe anual de 2016. “El 10 de enero de 2017, Grifols inició el proceso de refinanciación de parte de su deuda bancaria por un importe total de 6.300 millones de dólares, incluyendo este último la financiación de 1.700 millones de dólares para la compra de la unidad de diagnóstico transfusional de Hologic. La refinanciación está asegurada por las cuatro entidades siguientes: Nomura, Bank of America Merrill Lynch, Goldman Sachs y HSBC”.

También apunta que “el riesgo de tipo de cambio sobre los activos netos de las operaciones en el extranjero de la sociedad en dólares se gestiona, principalmente, mediante recursos ajenos denominados en la correspondiente moneda”.

Más allá de Grifols, otros pesos pesados del selectivo siguen los mismo pasos que la catalana. Iberdrola ingresa un 20,6% de sus ventas del mercado estadounidense y también reconoce en el informe de resultados del primer semestre que “el riesgo en divisa se ha continuado mitigando mediante la financiación de los negocios internacionales en moneda local (libras esterlinas, reales, dólares…) o funcional (dólares, en el caso de México). Además, se ha aumentado el peso de la deuda a tipo fijo hasta un 50,8%, y hasta el 62,1% si añadimos los 3.550 millones de euros de ‘forward swap’ ya fijados a 30 de junio (11,3%) a la deuda a tipo fijo”.

Los 'forward' son contratos a largo plazo entre dos partes para comprar o vender un activo a precio fijado y en una fecha determinada, contratado fuera de los mercados organizados. La eléctrica dispone de un 29,7% de su deuda en dólares, frente a un 47% en euros y un 21,6% en libras esterlinas.

Banco Santander explica, por su parte, en el informe de resultados del primer semestre que “mantiene un nivel de cobertura de la ratio 'core capital' en torno al 100% con el objetivo de protegerse ante movimientos de los tipos de cambio”. BBVA también señala que “la mayoría de las partidas cubiertas son préstamos a tipo de interés variable y coberturas de activos indexados a la inflación en la cartera disponible para la venta. Este riesgo se cubre con permutas de tipo de cambio, de tipo de interés, de inflación y con FRA’s (Forward Rate Agreement, acuerdo de interés futuro en español).

En el informe anual de Telefónica, también figuran operaciones ‘currency swaps’ o contratos sobre tipos de interés asociados a diferentes divisas, así como en seguros de cambio (forward). Referencias similares se pueden leer en los informes de otras compañías con gran presencia en Estados Unidos como las constructoras ACS, Ferrovial, Acciona u OHL o la aerolínea IAG.

La constructora que controla Florentino Pérez reconoce, sin embargo, en el informe de sus cuentas hasta junio que “la cartera alcanza los 65.200 millones de euros y crece un 5,9% a pesar del impacto negativo del tipo de cambio del dólar americano. Gracias a la buena evolución comercial en el primer semestre del año y a la integración de los nuevos negocios adquiridos, se confirma la senda de crecimiento de la actividad de contratación”.

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