• Insiste en que el sector tiene que adaptar su modelo de negocio
  • Se suma a Draghi en el llamamiento a reducir los costes y reducir la sobrecapacidad actual
  • Urge a los gobiernos a involucrarse en los trabajos para gestionar los créditos morosos
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El Banco Central Europeo (BCE) insiste en su cruzada de concienciar a los bancos para que se adapten, definitivamente, a los nuevos tiempos y dejen de añorar los antiguos. Esta vez, la voz corresponde a la presidenta del Consejo de Supervisión, la francesa Danièle Nouy, quien ha reiterado la necesidad de que el sector acometa cambios, reduzca sus costes y lo más profundo: que se olvide de depender tanto del margen de intereses.

Esta última petición es fácil de decir. Pero mucho más difícil de hacer. Porque la banca española y europea está programada, principalmente, para desempeñar un papel de intermediación clásico. Es decir, captar depósitos con un brazo, conceder créditos con el otro y ganar dinero con el interés superior que cobra por los créditos en comparación con el que abona por los depósitos. Este margen de intereses representa la esencia del negocio bancario tradicional.

O tal vez lo representaba. "Los bancos deben repensar sus modelos de negocio y adaptarlos a un entorno cambiante", ha asegurado Nouy en unas conferencias bancarias celebradas este lunes en la Universidad Bocconi de Milán. Y ha añadido: "Los bancos deben reducir sus costes y deberían ser menos dependientes de sus ingresos por intereses". O lo que es lo mismo, que busquen alternativas al que ha venido siendo el auténtico motor de su negocio: el margen de intereses.

Ella misma ha dado una. "Los ingresos por comisiones se han propuesto a menudo como una fuente alternativa de ingresos", ha señalado. Pero, de nuevo, decirlo es más fácil que hacerlo. Sobre todo, con las urgencias con las que el sector necesita potenciar sus ingresos y sus beneficios para impulsar su reducida rentabilidad. Como Nouy ha precisado, el rendimiento sobre el capital (ROE, por sus siglas en inglés) de los grandes bancos europeos se situó en Europa en el 4,5% en 2015, por encima del 2,8% de 2014, pero todavía claramente por debajo de un coste de capital (COE) que se mueve entre el 8% y el 10%.

La jefa de supervisión bancaria del BCE también ha apuntado que, lejos de representar una amenaza por la llegada de nuevos competidores, "la digitalización ofrece oportunidades para generar una mayor eficiencia, nuevos canales de distribución y nuevas fuentes de ingresos". Y ha añadido otro de los argumentos que las autoridades financieras europeas suelen esgrimir. "El exceso de capacidad y la fragmentación bancaria afectan a la rentabilidad", ha apuntado. Y ha añadido: "Los prestamistas podrían beneficiarse de una mayor consolidación transfronteriza".

CRÉDITOS MOROSOS

En su intervención, Nouy también ha emplazado a las autoridades de los países del euro para que se involucren en el tratamiento de los préstamos con incumplimientos (NPL, por sus siglas en inglés). "Más allá de los bancos, los países miembros deberían mejorar sus marcos legales y judiciales para facilitar el adecuado tratamiento de los NPLs", ha solicitado.

En este sentido, el BCE inició el pasado de 12 de septiembre una consulta pública acerca del marco de actuación que guiará el tratamiento de los NPLs por parte de las entidades. Este periodo incluye una consulta pública el 7 de noviembre y concluirá el 15 de noviembre.

PRESIÓN DESDE FRÁNCFORT

Las palabras de Nouy se suman a los mensajes que otros miembros del Consejo de Gobierno del BCE han venido enviando en las últimas semanas. Con cierto hartazgo por las quejas que los bancos están manifestando acerca del perjuicio que provoca en sus resultados la actual política del BCE -con los tipos oficiales al 0% y los de depósito al -0,40%-, los representantes de la institución monetaria han elevado su tono.

Para empezar, lo hizo el propio presidente, Mario Draghi, que en septiembre matizó que si la rentabilidad del sector está tan presionada se debe, en parte, "al exceso de bancos que hay en la Eurozona". A comienzos de octubre, el economista jefe de la entidad, Peter Praet, aconsejó al sector que deje de lamentarse y que se ponga a trabajar. "Le guste o no, la banca debe adaptarse a los bajos tipos de interés. El sector bancario necesita ajustarse a un entorno de mercado cambiante como cualquier otro sector", expuso.

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