• La rebaja del 35% al 21% del impuesto de sociedades repercutirá en las cuentas de estas compañías
  • que aún esperan otras ambiciosas promesas electorales de Donald Trump
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La ansiada reforma fiscal de Trump ya tiene luz verde. Y las empresas españolas que operan en Estados Unidos se frotan las manos. La reducción del impuesto de sociedades del 35% al 21% comenzará a tener efecto en sus cuentas a partir de 2018 y un elevado número de empresas españolas se beneficiará de esta reducción impositiva.

Porque no solo serán las empresas estadounidenses las que se beneficiarán de esta mejora. Según destaca el Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX), “en Estados Unidos, la Administración Federal se limita a favorecer la existencia de un ambiente propicio a la inversión extranjera". Y añade: "Una compañía extranjera gozaría de las mismas ventajas y obligaciones que una empresa estadounidense que opere en el mismo tipo de negocio y en el mismo lugar”.

Y un importante número de empresas del Ibex 35 se beneficiará de esta reforma. Grifols por encima de todas. El grupo farmacéutico catalán especializado en la fabricación de hemoderivados sanguíneos obtiene el 60,8% de sus ingresos en Estados Unidos, según los datos de Factset. Un porcentaje que supone cerca de 2.400 millones de euros de manera anual. No es de extrañar que tres de sus cuatro plantas de tratamiento de plasma estén en territorio estadounidense.

El país que gobierna Donald Trump es el primer mercado de la farmacéutica de la familia Grifols, a mucha distancia de su segundo mercado, España, donde genera el 5,4% de su facturación. Por este motivo, las acciones de la compañía se han animado con esta promesa electoral del nuevo presidente. Desde la victoria electoral de Trump en noviembre de 2016, su cotización se revaloriza cerca de un 40%.

Las empresas españolas podrán aprovecharse de esta reforma fiscal, cuya aplicación comenzará a partir del 1 de enero de 2018

ACS también recibe con los brazos abiertos la iniciativa de Donald Trump. La constructora que preside Florentino Pérez ingresó 12.200 millones en Estados Unidos, su primer mercado. Una cifra que supone el 38,8% de sus ingresos totales. Su división de construcción es la más productiva en el territorio estadounidense, por encima de la de servicios y servicios industriales, donde esta actividad creció el pasado año un 8,5% ayudado por “el inicio de los proyectos adjudicados en los últimos meses”, indica la constructora en sus cuentas anuales.

El 35% de la cartera de proyectos de ACS está en Estados Unidos, gracias a la positiva evolución de sus cerca de nueve filiales estadounidense entre las que destaca Dragados USA, Turner y Flatiron. Compañías que sonríen a Trump. No sólo por la rebaja del impuesto de sociedades, sino por la otra promesa de invertir un billón de dólares en infraestructuras durante su legislatura. Con este nuevo inquilino en la Casa Blanca y al calor del precio de su opa por Abertis, las acciones de la constructora de Florentino Pérez han subido un 16% desde noviembre del año pasado y un 1,5% en esta semana decisiva para la aprobación de la reforma.

Acerinox es otra de las compañías del Ibex que cuenta con Estados Unidos como su primer mercado. La acerera española, junto a su filial estadounidense, North American Stainless, logra en este territorio el 37,8% de sus 4.000 millones de facturación anuales. Las fábricas de la compañía en el país producen cerca del 60% del resultado bruto de explotación (Ebitda).

Otro motivo para que la compañía que preside Rafael Miranda se ilusione con el presidente estadounidense. Trump pretende imponer un arancel del 20% a las importaciones de acero para frenar la actividad de las compañías chinas que juega a su favor. Los expertos de Jefferies esperan que esta medida impulse la actividad de Acerinox.

No obstante, su cotización se mantiene prácticamente plana desde la victoria del republicano. Y eso que los primeros tres meses del año la acerera repuntaba cerca de un 10%, pero la caída del precio del níquel ha lastrado desde ese momento su cotización. Pero la mejora del precio de esta materia prima y los avances de la medidas de Trump animan su futuro. Las acciones de la compañía suben esta semana un 3,6%. Los expertos de Jefferies otorgan un precio objetivo a sus acciones de 15 euros, un 26% superior a su cotización actual de 11,90 euros.

Para la cadena hotelera Meliá Hotels, Estados Unidos es su segundo mercado, por detrás de España. Eso sí, según los datos de Factset, la compañía genera el 34,2% de sus 1.800 millones de facturación anual en el país de Trump, gracias a sus cuatro hoteles en el país: INNSIDE New York NoMad, ME Miami, Meliá Costa Hollywood y Meliá Orlando Suite Hotel At Celebration. Y con el magnate hotelero en la Casa Blanca, las acciones de la compañía se han revalorizado cerca de un 50%.

Viscofan es otra de la compañías que genera una importante parte de su caja en el país norteamericano y que también ha celebrado en bolsa la llegada del presidente. La empresa navarra de envoltura cárnicas repuntan cerca de un 30% desde el 8 de noviembre de 2016. Las promesas del presidente han animado a la compañía que factura 210 millones de euros en Estados Unidos, un dato que supone el 27,5% de sus ingresos anuales. Un mercado que potenció la compañía después de la compra de Vector USA a finales de 2016 por 3,4 millones de dólares.

Estas cinco compañías del selectivo español será las que más se beneficiarán de la reforma. Pero no serán las únicas. Como señala Pilar Gago, profesora de política económica norteamericana del máster de estudios norteamericanos de la UCM, “estas compañías se beneficiarán de esta reforma fiscal en cuanto que su tipo marginal va a reducirse y en este caso tendrán menos incentivos de repatriar sus beneficios a España, donde tributarían a un tipo marginal mayor”, destaca.

NUEVO AÑO, NUEVO PLAN TRIBUTARIO

Las empresas españolas podrán aprovecharse de esta reforma fiscal, cuya aplicación comenzará a partir del 1 de enero de 2018, aunque "los asalariados estadounidenses comenzarán a notarlo a partir de febrero en sus nóminas", recuerdan los expertos de Link Securities. Las claves de este plan tributario son el recorte del impuesto de sociedades del 35% al 21%, el tramo máximo para las mayores rentas encoge del 39% al 37% y, en beneficio de las clases trabajadoras, casi duplica el mínimo exento (de 6.500 a 12.000 dólares y el doble para parejas) y mejora las ayudas por hijo, gastos médicos y estudios.

Una bajada de impuestos que generaba ciertas dudas por el impacto que tendría sobre las arcas públicas estadounidenses. En total, el cálculo realizado por el Congreso de Estados Unidos es que 1,5 billones de dólares dejarán de entrar en las arcas públicas. No obstante, los republicanos aseguran que esta bajada de impuestos incentivará la inversión y provocará la repatriación de capitales. Algo que, desde su punto de vista, no solo compensará esta pérdida recaudatoria, sino que la aumentará.

Pero hay voces que no comparten esta opinión. Las mentes más brillantes en economía dentro de la comunidad académica estadounidense descartan un impulso importante del crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) durante los próximos años gracias a la reforma fiscal. Así lo muestra un sondeo de IGM Forum, el instituto de la Universidad de Chicago, que recoge las respuestas de más de 40 economistas de Harvard, MIT, Yale o Princenton, incluyendo varios Nobel.

La pregunta es más clara que las respuestas: “Si EEUU promulga un proyecto de ley similar a los que se están moviendo actualmente en el Congreso, suponiendo que no haya cambios en la política fiscal de gasto, ¿el PIB de EEUU será sustancialmente mayor en una década que bajo el status quo?". Entre las respuestas, sólo un 2% responde afirmativamente. El 64% está en desacuerdo y el 34% cree que es incierto. Una postura que se posiciona en contra de las proclamas republicanas. Las dudas sobre cómo afectará esta reforma a la economía de Estados Unidos continuarán, pero lo que sí parece seguro es que las compañías harán caja gracias a Trump.

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