• Cree que los coches fabricados por otras marcas también deben ser investigados
  • El Volkswagen Jetta superaba hasta en 35 veces las emisiones
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Las incógnitas sobre el escándalo de Volkswagen y cómo la manipulación de las pruebas de emisiones pudo permanecer oculta continúan. Afortunadamente, los ingenieros que descubrieron el escándalo han roto su silencio y están dando a conocer detalles sobre cómo se destapó el fraude.

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Uno de estos profesionales es John German, un ingeniero de Michigan miembro del Consejo Internacional del Transporte Limpio (ICCT por sus siglas en inglés). En una entrevista concedida a BBC Radio, ha asegurado que advirtió a Volkswagen en mayo de 2014 pero la compañía hizo oídos sordos y no arregló el problema.

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German es uno de los responsables del ICCT, una organización sin ánimo de lucro cuyo objetivo es reducir las emisiones contaminantes de los vehículos. En la entrevista, ha confirmado que el descubrimiento se hizo durante un estudio a los motores diésel.

"Tuvimos esta brillante idea: vamos a Estados Unidos, donde los estándares de emisiones son más estrictos"

“Ha habido un flujo constante de datos sugiriendo que los coches diésel en Europa tienen altas emisiones de óxido y dióxido de nitrógeno”, cuenta. “Así que tuvimos esta brillante idea: vamos a Estados Unidos, donde los estándares de emisiones son más estrictos. Creíamos que los coches serían limpios y podríamos llevar los resultados a Europa y decir ‘hey, mirad, los coches son limpios en Estados Unidos, ¿por qué no podemos hacerlo en Europa?’”.

Según ha dicho en la entrevista, tras destaparse la manipulación, considera que los coches fabricados por otras marcas también deberían ser investigados por la instalación del software para manipular los resultados de las pruebas de emisiones.

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VOLKSWAGEN, BAJO INVESTIGACIÓN DESDE 2013

El pasado 20 de septiembre, el entonces CEO de Volkswagen, Martin Winterkorn, emitió una disculpa pública en la que admitía haber “roto la confianza” de los consumidores. Según explicó German, el ICCT estaba investigando al fabricante alemán desde 2013.

El equipo de ingenieros que llevó a cabo las investigaciones decidió dejar de lado los test estándar en laboratorio y pidió a los investigadores que llevaran los vehículos por carretera para simular las condiciones normales de conducción. Los coches a examen fueron dos modelos de Volkswagen (Passat y Jetta) y uno de BMW (X5).

"Cuando los investigadores lo vieron, pensaron que algo iba mal con el equipo"

Lo que encontraron es de sobra conocido a estas alturas: “Encontramos emisiones altas, muy altas en el mundo real”. “Cuando los investigadores lo vieron, pensaron que algo iba mal con el equipo”, comenta German.

Según cuenta, las emisiones del Passat en carretera eran de entre cinco y veinte veces el estándar. “El Jetta fue peor: 15-35 veces el estándar”. Por el contrario, al probar el X5, las emisiones fueron “muy, muy bajas otra vez, así que estaban bien, no fue nuestro equipo”.

Los datos eran claros, pero German y su equipo no querían emitir un juicio antes de tiempo. “Las palabras ‘dispositivo de manipulación’ no son algo que dices a no ser que estés seguro”. Por ello, enviaron los datos a la Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en inglés) de EEUU y a las autoridades medioambientales de California para que hicieran sus propias investigaciones.

En diciembre de 2014, la EPA anunció que Volkswagen estaba desarrollando un software para resolver los problemas de emisiones de algunos vehículos. "Juró a los organismos que arreglaría el problema", señala German.

ASÍ SE HICIERON LAS PRUEBAS

German es uno de los ingenieros que ha acudido a la llamada de los medios de comunicación para explicar cómo se descubrió el escándalo de las emisiones. También lo hizo Daniel Carder, director interino del centro para combustibles alternativos, motores y emisiones de la Universidad de Virginia Occidental, donde se realizó el estudio encargado por el ICCT.

En una entrevista concedida al diario El País el pasado 23 de septiembre, Carder explicó que, durante las pruebas, los tres coches recorrieron la distancia que separa las ciudades californianas de Los Ángeles y San Diego. Uno de ellos hizo además un trayecto ida y vuelta hasta Seattle. También se sometieron a pruebas en los laboratorios del California Air Resources Board.

Según Carder, la clave del sistema empleado por Volkswagen podría estar en la gestión de la temperatura de los motores diésel. Este experto considera que, cuando se cambie el sistema de control de las emisiones, los vehículos diésel perderán potencia o serán menos eficientes para poder mantener el rendimiento, lo que reducirá el precio de reventa y afectará a la garantía.

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