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El Corte Inglés

Michael Corleone decía a su hermano en 'El Padrino': "Fredo, eres mi hermano mayor y te quiero. Pero nunca vuelvas a tomar partido contra la familia. Nunca". En efecto, las guerras familiares son las más peligrosas y si están provocadas por el reparto de una herencia, más aún. Y esa es precisamente la situación en que se encuentra El Corte Inglés y que puede amenazar su futuro.

Y es que la batalla por el control de la empresa española con más empleados (unos 100.000) puede tener consecuencias que van mucho más allá de una mera trifulca entre primos (por un lado, las hermanas Marta y Cristina Álvarez, hijas de Isidoro Álvarez; por otro, su primo Dimas Gimeno, todavía presidente de la empresa) con demandas cruzadas. Estamos hablando de un transatlántico, sí. Pero hasta el Titanic se hundió por un iceberg.

Esta guerra puede poner en riesgo la estabilidad accionarial, la situación financiera y el rumbo estratégico de El Corte Inglés en un momento crítico para su propio modelo de negocio. La primera ya ha saltado por los aires, y será difícil de recomponer por las complicadas circunstancias de la compañía: los bancos no le permiten comprar el porcentaje de la familia de Gimeno (en torno al 7%) con autocartera porque tendría que endeudarse más; y el único que podría hacerlo, el jeque qatarí Hammad bin Jazzim bin Jaber al Thani, exige para ello que le garanticen una salida a bolsa a corto plazo que ahora mismo resulta impensable.

NECESIDAD DE REFINANCIAR LA DEUDA

La única solución factible parece que El Corte Inglés venda unos cuantos centros para obtener recursos con los que comprar un porcentaje que cuesta 700 millones a la valoración de la empresa a la que entró el jeque. Lo cual ya supone un golpe a su estrategia y a su cuenta de resultados. Pero, además, está la cuestión financiera. La idea era reemplazar un préstamo puente de 1.200 millones concedido por los bancos acreedores de la empresa por una emisión de bonos este mismo mes. Las hostilidades han aplazado el plan 'sine die'.

Los bancos quitan hierro al asunto diciendo que no es demasiado preocupante, puesto que hay un plazo de dos años para hacerlo. Cierto. Pero, de momento, esto le va a suponer mayores costes financieros a la compañía. Y lo que es más grave: aunque nadie se atreve a decirlo en alto, con este panorama el máximo 'rating' al que parece ser que podría aspirar El Corte Inglés es de 'high yield'. La empresa enseña de España, bono basura. Casi nada.

LA CRISIS DE MODELO REQUIERE UNA RESPUESTA

Con todo, el mayor peligro que supone esta guerra interna es el estratégico. El Corte Inglés sufre una crisis de modelo sin precedentes con su negocio amenazado seriamente por tres flancos. El primero, el más obvio, es Internet. Y no se trata solo de Amazon -aunque sí principalmente-, sino también de los clubes de compras como Privalia, ShowRoomPrivee o BuyVip (comprado por la propia Amazon). El segundo son las cadenas especializadas como Media Markt, Ikea, Fnac o las diferentes enseñas de Inditex. Y el tercero son los 'outlets' que proliferan como setas y que permiten comprar primeras marcas con grandes descuentes. Los más conocidos, como Las Rozas Village, se han convertido en una atracción turística.

Estas amenazas son muy serias (cada vez menos gente compra ropa en El Corte Inglés fuera de temporada de rebajas) y requieren un replanteamiento estratégico de gran calado. Algo que está demostrado que es imposible cuando los accionistas de una empresa están centrados en pegarse unos con otros. Hay miles de precedentes para ratificarlo. Así que más le vale a la familia solucionar cuanto antes el conflicto de la herencia si no quiere encontrarse con que no queda casi nada que heredar.

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