• Recuerda que el banco que presidía Emilio Saracho fue el primero en ser resuelto por la Junta Única de Resolución (SRB, por sus siglas en inglés)
  • Banco Popular fue declarado "inviable" y adjudicado por un euro al Santander, que ampliará capital por valor de 7.000 millones de euros
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Emilio Saracho, ex presidente de Banco PopularMAXIMO GARCIA DE LA PAZ

La resolución de la crisis de Banco Popular ha supuesto un hito en la historia de la supervisión bancaria. La entidad que presidía Emilio Saracho fue declarada “inviable” por el Mecanismo Único de Supervisión, integrado en el Banco Central Europeo (BCE). Y horas después, adjudicado al Santander por un euro, a cambio de asumir sus obligaciones con los depositantes y los bonistas de menor riesgo. Los accionistas y los titulares de bonos convertibles contingentes (CoCos) y deuda subordinada perdieron toda su inversión.

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Las autoridades estrenaron de esta forma el mecanismo de intervención ‘bail in’, diseñado para evitar cuando sea posible que los contribuyentes asuman el coste de los rescates bancarios. Sólo en España, las ayudas públicas han ascendido durante la crisis 76.410 millones de euros, según estimaciones del Banco de España, que calcula además que el coste en emisiones adicionales de deuda pública ha sido de 45.000 millones. Del montante puesto encima de la mesa, el supervisor explica que se han recuperado 4.139 millones y que hay un importe recuperable de 12.198 millones, que podrá variar en función de la privatización del banco resultante de la fusión entre Bankia y Banco Mare Nostrum (BMN).

“Banco Popular se convirtió en el primer banco en dificultades en ser resuelto por el SRB, creado en 2015 para reducir al mínimo el impacto financiero de la quiebra de los bancos en los contribuyentes”, recuerda la agencia de rating Moody’s en un informe en el que compara este caso con otros bancos europeos en problemas, especialmente el italiano Monte dei Paschi di Siena, que presume de ser la entidad más longeva del planeta. “La resolución del Popular, bajo la cual fue adquirida -por un euro- por el Santander, es consistente con la normativa europea que restringe el uso de fondos públicos”, insiste Moody’s, que enumera varias diferencias entre ambas entidades.

La resolución del Popular, bajo la cual fue adquirida -por un euro- por el Santander, es consistente con la normativa europea que restringe el uso de fondos públicos

1. SER OBJETO DE RESOLUCIÓN

Monte dei Paschi “no está siendo objeto de resolución”, advierte Moody’s. Esta es la primera, y mayor, diferencia entre ambas crisis. O en su solución. En lugar de la resolución, con el banco italiano se ha optado por “una reestructuración y beneficiarse de una recapitalización preventiva, cuyo coste será compartido por el Gobierno de Italia junto con los accionistas y los acreedores de deuda no sénior”, agrega la calificadora crediticia.

2. FASE DE LA CRISIS

La decisión de intervenir y adjudicar el Popular se produjo “en una fase temprana”, explica Moody’s. Los expertos de la firma estadounidense recuerdan que el sexto banco español por volumen de activos había pasado los test de estrés y que incluso todavía tenía CoCos y otros instrumentos de deuda subordinada para convertir en capital. Títulos que ascendían a 2.000 millones de euros. Esta intervención temprana, según Moody’s, redujo las pérdidas de todo el banco. Con Monte dei Paschi, la solución ha tardado mucho más en llegar.

3. BANCO SISTÉMICO

El valor de las acciones de Banco Popular “fue disminuyendo gradualmente desde 2013. Por lo tanto, la resolución del Popular era menos probable que tuviera consecuencias más amplias”, arguye Moody’s en el informe. Sin embargo, el elevado stock de préstamos con problemas de Monte dei Paschi “es un problema heredado compartido por otros bancos italianos, aunque en menor medida”. Así, añade, “el incumplimiento de la deuda sénior podría tener un impacto significativo en la estabilidad financiera de la banca italiana”.

4. PÉRDIDA DE LOS INVERSORES

Moody’s insiste en que la carga de rescatar Monte dei Paschi será compartida, con lo que los accionistas y los acreedores en posesión de títulos de deuda no sénior tendrán que soportar pérdidas parciales cuya magnitud, en cualquier caso, será inferior a la que han sufrido los inversores en el Popular, que “han perdido toda su inversión inicial”. De hecho, los bonos AT1 (CoCos) de Monte dei Paschi serán “obligatoriamente convertidos en acciones con un 75% del valor nominal del bono”, mientras que la deuda subordinada lo hará con un 100% de su valor nominal.

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