• Se desmarca del talante soberanista de presidente del grupo, Joan Font, pero se reivindica como "una empresa catalana que valora el producto de proximidad"
bon preu

Mercadona, Carrefour y DIA, los tres gigantes del sector de la distribución en grandes supermercados, ven desde su podio cómo, en Cataluña, el Grup Bon Preu hace ‘pinitos’ por robarle el cuarto puesto a Caprabo-Eroski. Todavía a años luz del trío líder, la empresa catalana ha incrementado su facturación un 11,4% en 2017, con un modelo que apuesta por el producto de proximidad y que saca pecho de sus rasgos indentitarios: “Somos una empresa catalana que atiende a su clientela en catalán”, cuentan a 'Bolsamanía' fuentes de la empresa.

  • 16,055€
  • -0,53%

Dia

  • 0,013€
  • -2,27%

A falta de que el grupo vasco dé a conocer sus cifras para el ejercicio anterior, con 1.199 millones de euros en 2017, Bon Preu ha rebasado los 1.106 millones de euros de facturación que Caprabo-Eroski presentó el pasado mes de junio. Pero no se queda ahí, sus números no sólo superan a su rival más cercano, cuyas ventas decrecieron un 1,6% en 2016, sino que son mucho más abultadas que las de Mercadona (6%), DIA (cayeron un 3,8%) y Carrefour (7,2%). Y sin entrar en la guerra de precios que libran el resto de marcas.

Considerado por el informe anual de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) como el quinto supermercado más caro de la comunidad autónoma, se desmarca de esta competición, pero planta cara a sus rivales en el resto de frentes de la dura pugna por hacerse con la clientela. Así, ha lanzado una apuesta por la experiencia de compra y la proliferación de establecimientos, de hecho, un 6,6% del incremento en su facturación se debe sólo a la recaudación en los centros inaugurados en el ejercicio pasado.

Un 6,6% del incremento en su facturación se debe sólo a la recaudación en los centros inaugurados en el ejercicio pasado

Fueron 147 millones de euros de inversión en ampliación de estructura logística y construcción de nuevos establecimientos, con los que se edificaron un total de siete tiendas, entre hipermercados Esclat y supermercados Bonpreu. Además, el grupo de los hermanos Joan y Josep Font cuenta con su propia red de gasolineras, EscaltOil, que añadió tres nuevos puntos de distribución. En 2018 prevén extender su presencia a, al menos, 12 municipios.

FAVORABLES AL SOBERANISMO

Comparado, por ejemplo, con los más de 1.000 millones de euros que destinó Mercadona a llenar metros cuadrados el año pasado, los números de Bon Preu son más que modestos. Al igual que los datos de sus ventas online, que la cadena de supermercados no ha querido facilitar a este medio, más allá de insistir que una de sus prioridades para el próximo ejercicio será este canal. Pero la empresa ha sabido hacerse atractiva exhibiendo unos valores que no esconden su inclinación por el movimiento soberanista que ha sacudido Cataluña en los últimos años.

“El cliente en sus actos de compra cotidianos valora la calidad, variedad, servicios y precios bajos que ofrecemos a Bonpreu y Esclat. Si además de todo esto puede ser tratado en catalán, hay clientes que lo aprecian positivamente”, argumentan desde el grupo. Con todo, la empresa trata de marcar distancias con la situación política que se vive en la comunidad. “No nos ha beneficiado ni perjudicado”, aseguran, y defienden que “trabajamos para dar un servicio excelente, sea cual sea la coyuntura política”.

“Somos una empresa catalana que atiende a su clientela en catalán”

Pero su coqueteo con las reivindicaciones independentistas es de sobras conocido en Cataluña. Además de que aplican el catalán como lengua vehicular en el grupo, suelen vender los productos que anualmente edita la ANC para las tradicionales manifestaciones de las Diadas de Catalunya y se sumaron a las huelgas y paros convocados en Cataluña los pasados 3 de octubre y 8 de noviembre, para protestar por las cargas policiales del 1-O.

Precisamente por este perfil soberanista, Joan Font, presidente del grupo, centró las críticas tanto de independentistas como de unionistas cuando, en pleno éxodo empresarial después del referéndum anticonstitucional, trascendió que había trasladado la sede social de su sociedad de inversión de Barcelona a Madrid. Sin embargo, la compañía salió al paso de la polémica y explicó que el cambio se produjo a raíz de la integración de CatalunyaCaixa en el BBVA —en 2014—, que gestiona la sicav. Además, añadió que ha iniciado los trámites para volver a domiciliar la sociedad en Cataluña.

DE BACALADEROS AL ‘CONSEJO DE SABIOS’ DE MAS

Font, muy próximo a las tesis soberanistas, fue el único empresario que formó parte del llamado ‘consejo de sabios’ del expresident de la Generalitat Artur Mas. Participó en el Consejo Asesor para la Transición Nacional, órgano creado por el Govern catalán en 2013 para asesorarle sobre el proceso de transición nacional de Cataluña hacia un estado independiente. De hecho, antes de las elecciones de 2015 llegó a definir la independencia de Cataluña de “inversión a largo plazo”.

Hasta ocupar este cargo, Joan Font Fabregó y su hermano Josep acumulan 44 años de historia de uno de los grupos de distribución veteranos en Cataluña que mejor ha sabido mantenerse en forma a lo largo de los años. Con sede en Les Masies de Voltregà (Osona), inició sus actividades con la apertura de un autoservicio en Manlleu en 1974.

Los hermanos Font Fabregó, hijos de dos bacaladeros de la comarca, abrieron su primer Bonpreu en Vic en 1979. En 1988, apostaron por el gran formato con Esclat, su primer hipermercado, en Vilafranca del Penedès (Alt Penedès) y por fin llegarían las gasolineras EsclatOil, la tercera fuente de ingresos del grupo. Aunque el crecimiento de Bon Preu ha sido casi siempre orgánico, a lo largo de su vida ha habido también compras, como la de Intermarché en el 2010.

Durante aquella operación, los establecimientos ubicados fuera de Cataluña fueron vendidos a Carrefour y Lidl. En la actualidad, el grupo cuenta con 235 establecimientos: 130 Bonpreu, 50 Esclat, 43 EsclatOil, 9 minimercados y 10 centros de recogida de compra online.

Joan y Josep Font están embarcados en una disputa accionarial de la que el Grup Bon Preu se mantiene al margen

UNA DISPUTA ACCIONARIAL QUE NO EMPAÑA SU CRECIMIENTO

Un crecimiento que no se ha visto frenado por las disputas entre Joan y Josep Font. Embarcados en una batalla por el accionario de la compañía, el menor de los hermanos, Josep, de 64 años, pidió antes del verano de 2017 a Joan, el mayor de ambos, con 66 años, que adquiriera el 50% del grupo de distribución del que son propietarios a partes iguales a través de sus sociedades Espais d’Inversions y Baloo d’Inversions.

La pugna, según recoge La Vanguardia, citando fuentes de la empresa, se originó en “discrepancias entre los dos hermanos por la política de remuneración y por lo relativo al reparto de los dividendos”. La realidad es que Josep, que no discute el liderazgo de Joan -que es quien lleva el día a día de la empresa- no está de acuerdo con su retribución y ha llegado a presentar una denuncia contra su hermano.

Por este motivo, en diciembre de 2017, tanto el presidente de la empresa y director general de la misma Joan, como el vicepresidente, Josep, encargaron sendas valoraciones del 100% grupo a las empresas KPMG y Grant Thornton. Se estima que podrían rondar los 1.200 millones de euros, si se aplica la regla por la que los grupos de distribución se suelen valorar en precios que igualan o superan ligeramente sus cifras de ventas.

Desde Bon Preu no dan detalles a 'Bolsamanía' sobre si la negociación ya se ha iniciado o si se ha fijado un precio para la transacción. "Se trata de un tema entre los dos accionistas de la compañía. Queda completamente fuera del perímetro de gestión de la empresa (...) En ningún caso afecta a la evolución y la competitividad de la compañía", aseguran a este medio.

“El grupo ha hecho una clara apuesta por el crecimiento y el desarrollo de la actividad en Cataluña con una visión a largo plazo que garantiza la solidez de la compañía de cara al futuro”, explican fuentes de Bon Preu. Es por eso que hacen hincapié que en 2018 seguirán ampliando la presencia en el territorio, insistirán en la transformación digital de la compañía y se enfocarán en lograr el objetivo de facturación de 1.340 millones de euros. Y en robarle esa cuarta posición en Cataluña definitivamente a Caprabo-Eroski.

Noticias relacionadas

contador