• ¿Cuál es la clave del éxito? Hosteleros y expertos coinciden: la variedad y calidad de la comida española
  • La 'cultura de la tapa' también es muy atractiva para los turistas
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España no sólo es uno de los destinos preferidos de los turistas internacionales por su cultura, buen tiempo y magníficas playas. La gastronomía también tiene mucho que ver. La diversidad de platos típicos que se pueden degustar a lo largo y ancho del territorio español, así como la creciente lista de restaurantes con estrella Michelin, actúa como reclamo para muchos turistas, hasta el punto de que para este año se esperan cifras récord: se prevé la llegada de 15 millones de visitantes movidos por la gastronomía nacional, un 36% más que el año pasado.

La Federación Española de Hostelería (FEHR) asegura que la evolución del turismo gastronómico “ha sido ascendente desde 2011”

Son datos de la Real Academia de Gastronomía española. Su presidente, Rafael Ansón, aseguraba hace unos días que este 2017 España tiene la oportunidad de “consolidarse como el país número uno en turismo gastronómico”, y va a pelear por conseguirlo. En los últimos años ha logrado situar su oferta gastronómica en un nivel de “calidad y creatividad” tan alto que tiene todas las papeletas para convertirse en una potencia mundial, sobre todo teniendo en cuenta que los turistas no sólo vienen movidos por los grandes restaurantes y cocineros con reconocimientos internacionales, sino por la gastronomía española en su conjunto.

El objetivo no es nada disparatado, teniendo en cuenta el buen desempeño durante los últimos años del turismo en general -el ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, ha asegurado que España está “cerca” de desbancar a Francia como primera potencia turística mundial-, en el que cada vez tiene un papel más destacado el turismo gastronómico. Tal y como explica la Federación Española de Hostelería (FEHR), “en 2016 alrededor de 11 millones de turistas vinieron a España por este motivo, lo que supone un 15% del total de los 75 millones de turistas” que visitaron nuestro país y que “realizaron un gasto total de más de 11.000 millones de euros”. Este volumen conduce a una media de 1.000 euros por visita.

Es más, desde el organismo que representa al sector de la restauración reconocen que la evolución del turismo gastronómico “ha sido ascendente desde el año 2011”, cuando repuntó el número de visitantes extranjeros, y que “ha crecido de forma destacada desde 2014”. Así lo corroboran los datos de la encuesta de gasto turístico (Egatur), que confirma un aumento progresivo del turismo gastronómico: en 2012 un total de 5,6 millones de turistas internacionales visitaron España y realizaron actividades gastronómicas, gastando 6.100 millones de euros, mientras que un año después, en 2013, la cifra total de turistas cuyo aliciente era la gastronomía española aumentó hasta los 7,4 millones.

En 2014 fueron 9,5 millones de turistas internacionales los que viajaron a nuestro país por motivos gastronómicos, un 14% del total de viajeros que vinieron a España, y gastaron 10.675 millones de euros, casi un 24% más que en 2013 (8.620 millones de euros). En 2015 se produjo un leve retroceso, hasta los 8,4 millones de turistas gastronómicos que desembolsaron un total de 9.663 millones de euros en sus viajes, aunque la recuperación experimentada el año pasado y las buenas previsiones para este 2017 hacen pensar en un avance sin par.

“La gastronomía forma parte del estilo de vida de nuestra sociedad y es un elemento intrínseco e indisociable de la experiencia turística”, explican desde el departamento que dirige Nadal, desde donde afirman que “estrechamente vinculada al territorio, muchas veces la gastronomía es imagen o icono clave del posicionamiento de determinados países o regiones”, como ocurre en el caso de España.

Además, el ministerio asegura que la gastronomía nacional “tiene un potencial extraordinario y constituye un producto prioritario y transversal del Plan Operativo Anual de Turespaña”, que además es “clave” en la estrategia de promoción internacional del turismo por dos razones: su creciente peso en la demanda turística, en especial en los destinos de interior; y porque es un “atributo diferenciador de la Marca España” con un gran prestigio y reconocimiento tanto a nivel nacional como internacional.

No en vano, cada vez son más los proyectos vinculados a la gastronomía que se celebran en España, como por ejemplo Madrid Fusión o Sebastián GastronomiKa, y tampoco es de extrañar que cada vez más turoperadores y agencias oferten viajes basados única y exclusivamente en experiencias gastronómicas, como rutas del vino o rutas del jamón ibérico.

¿A QUÉ SE DEBE EL ÉXITO?

Aunque el éxito de esta otra forma de hacer turismo no ha sido una casualidad. En la Federación Española de Hostelería tienen claras las razones: “La gastronomía española, además de ofrecer una excelente calidad basada en unos buenos productos, ofrece una amplísima variedad”, dicen las fuentes consultadas, que remarcan que lo que caracteriza a nuestro país es que cada territorio “tiene su propia tradición culinaria basada en los sabores y productos de la zona”, y eso es precisamente lo que se está tratando de potenciar, tanto de forma tradicional como con recetas de ‘nouvelle cuisine’.

Las nuevas generaciones de cocineros siguen respetando las recetas tradicionales, aunque sin renunciar a la vanguardia y a la innovación

Las nuevas generaciones siguen respetando las recetas tradicionales, aunque sin renunciar a la vanguardia y a la adaptación de nuevas técnicas o la fusión con otras cocinas, remarcan desde FEHR.

Una idea con la que coincide Benet Maimí, profesor de Economía y Empresa en la Universitat Abat Oliba CEU. Según este experto, la mayor baza de España es su “riqueza gastronómica”, que además “se ha sabido poner en valor” tanto por parte de la administración como por parte de entidades privadas. Además, Maimí destaca el papel que han jugado a la hora de dar a conocer los platos ‘tipical spanish’ cocineros de renombre y reconocidos internacionalmente como Ferran Adrià (El Bulli), Juan Mari Arzak (Restaurante Arzak), Martin Berasategui (Restaurante Martín Berasategui) o los hermanos Roca (El Celler de Can Roca), entre otros.

“Han sabido conservar la cocina autóctona y tradicional, y además han hecho un esfuerzo por innovar. Se ha hecho con mucho acierto”, opina el profesor, que también pone en valor el trabajo del resto del sector por mantener el elevado nivel de la gastronomía española.

En este sentido, la FEHR resalta que los grandes cocineros “han posicionado nuestra gastronomía en el más alto nivel” y eso es algo que hay que agradecer, pero no se puede olvidar el “altísimo nivel” que existe también en los más de 300.000 establecimientos hosteleros que hay en España. “El segmento de turistas con una gran capacidad económica que sólo buscan los restaurantes con estrellas Michelin es reducido, el resto vienen atraídos por nuestra gastronomía en general” y también por la “cultura de bares”, de salir a tomar algo con familia y amigos, que es algo que “no se da en otras partes del mundo”.

LA CULTURA DE LA TAPA

Y todo ello sin olvidar la llamada 'cultura de la tapa'. Según Maimí, España ha sabido potenciar esta tradición. “Lo hemos sabido poner de moda”, dice el experto, que recuerda que muchos países están exportando la ‘spanish tapa’ porque se adapta muy bien a las tendencias de consumo actual: hoy gusta más picar algo, probando varias cosas diferentes, que comer sólo un par de platos, remarca.

La Federación Española de Hostelería destaca, por su parte, que la tapa “forma parte de esa forma de socializarnos que tenemos los españoles en torno a la barra de un bar”, y afirma que el tapeo “es un elemento altamente atractivo para los turistas”. Tanta importancia ha cobrado que incluso se celebra el Día Mundial de la Tapa, que cada vez tiene mayor repercusión internacional.

Y la importancia del turismo gastronómico no hace más que crecer. Recientemente la Organización Mundial del Turismo (OMT) ha celebrado su 3er Foro Mundial de Turismo Gastronómico en San Sebastián (País Vasco), cuyas conclusiones no dejan lugar a dudas. Según la OMT, la experiencia gastronómica es hoy tan importante para los turistas a la hora de viajar como visitar un museo o admirar la arquitectura de un destino. Por ello, es un segmento que ofrece un “enorme potencial” para estimular las economías locales, regionales y nacionales, además de promover la sostenibilidad y la inclusión.

El turismo gastronómico es tan importante que incluso el Basque Culinary Center, la ‘universidad’ que impulsa la formación, investigación e innovación en el ámbito de la cocina, tiene un máster específico en la materia

“La gastronomía es un recurso clave en la propuesta de valor y diferenciación de los destinos”, dice esta organización, que destaca que el turismo gastronómico permite dar a conocer la riqueza gastronómica de un país a través del “triángulo entre cocina, producto y territorio”. Pero no sólo eso, porque además “enriquece la propuesta de valor de los destinos” y permite “preservar la riqueza patrimonial material e inmaterial del territorio y recuperar la memoria culinaria”.

Tal es la importancia del turismo gastronómico en nuestro país que incluso el Basque Culinary Center, la ‘universidad’ nacida en 2009 en San Sebastián con el objetivo de impulsar la formación, investigación e innovación en el ámbito de la cocina, tiene un máster específico en la materia. Según explica en su página web, “la indudable influencia de la gastronomía en los viajes y la creciente demanda de turismo gastronómico han hecho de esta materia uno de los segmentos con mayores oportunidades de desarrollo”.

En él se enseña a gestionar empresas y organizaciones vinculadas al sector del turismo gastronómico, tanto del ámbito público como privado, y también a diseñar productos y experiencias creativas e innovadoras que permitan “generar relaciones exitosas y duraderas con los diferentes perfiles del turista gastronómico”.

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