• La libra, inequivocamente negativa tras el BoE
  • Cuidado con el euro, podría haber correcciones hacia los 1,1616 y 1,1500 dólares
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La cotización del dólar estadounidense ha recibido un ligero impulso tras la mejora del mercado laboral de EEUU que ha mostrado los datos de empleo del mes de julio. Después de haberse movido durante los últimos días con un sesgo marcadamente bajista y de cotizar prácticamente toda la jornada por encima de los 1,1880 dólares, trata de poner tierra de por medio con sus recientes mínimos de dos años y medio contra el euro, hasta niveles por debajo de los 1,1800 dólares. Contra el yen, remonta también desde su peor precio en siete semanas, hasta los 110,600 yenes.

Estados Unidos generó, de forma neta, 209.000 puestos de trabajo no agrícolas durante el último mes, muy por encima de los 183.000 previstos por los expertos. El Informe de Empleo muestra una disminución de la tasa de paro desde el 4,4% hasta el 4,3%. Un descenso de una décima entre junio y julio que, en este caso, sí coincide con las estimaciones. Por su parte, el salario por hora de los empleados no agrícolas aumentó un 2,5% interanual, también por encima de las expectativas, hasta alcanzar los 26,36 dólares.

El dólar estadounidense ha estado enormemente presionado a lo largo de la semana, cayendo hasta precios no vistos en 31 meses contra la divisa comunitaria, más allá del cambio de 1,1900 dólares. Las razones que explican su debilidad son de sobra conocidas. Una combinación de datos económicos poco inspiradores, que han aumentado la incertidumbre sobre el ritmo de la futura política de la Reserva Federal de EEUU (Fed) y su capacidad de cumplir con una tercera subida de tipos este año, y la agitación política en Washington.

Cuidado con el euro, podría haber correcciones hacia los 1,1616 y 1.1500 dólares

El mercado recibió una nueva dosis de ambos factores durante la pasada jornada. Los datos del Instituto de Administración de Abastecimiento (ISM por sus siglas en inglés) de Estados Unidos mostraron que su índice no manufacturero cayó más de lo esperado, mientras que ha trascendido que un gran jurado investigará las acusaciones de injerencias rusas en las elecciones estadounidenses.

Ante este panorama, los analistas mantenían la esperanza de que unos buenos datos del mercado laboral imprimieran optimismo al mercado en torno al 'billete verde', ya que alimenta la idea de que que Fed cumpla con lo prometido. Hasta se preveía que la moneda compartida protagonizara una corrección hacia niveles de precio en los 1,1616 - 1,1500 dólares, según indica José María Rodríguez, analista de Bolsamanía. Incialmente el rebote ha sido tímido y el dólar se ha estabilizado alrededor de los 1,1830/40 dólares, para después proseguir hasta precios por debajo de los 1,1800 dólares.

La gran pregunta que planea en el mercado es por qué los alcistas del dólar no han celebrado con mayores compras que la economía estadounidense haya sido capaz de crear más empleo en julio. Naeem Aslan, analista de Think Markets UK Ltd señala que, en realidad, “se puede decir que no había nada en estos datos que fuera extraordinario”. “La presidente de la Reserva Federal de EEUU (Fed), Janet Yellen, no tiene ninguna razón para descorchar ninguna botella de champagne todavía”, comenta. “Creo que los datos no le dan ninguna razón para cambiar su postura actual sobre la política monetaria”, señala el analista.

Aslam también cree que para que el dólar detenga sus pérdidas, se necesita que el crecimiento salarial siga remontando. “Mientras los salarios permanezcan en los niveles actuales, no me sorprendería que el aumento estimado para el crecimiento del PIB en la segunda mitad del año (2,6%) en relación los seis primeros meses (1,9%) condujera a más contrataciones a corto plazo. Eso ayudaría a mejorar el mayor denominador del dólar, el crecimiento de la economía estadounidense”, indica el experto del broker británico.

Desde el punto de vista técnico, lo realmente importante ya se ha confirmado para Rodríguez en el euro/dólar: la superación de los máximos decrecientes de los últimos dos años. "Ello deja las puertas abiertas a que el euro/dólar, con sus lógicas correcciones intermedias (fases de reacción) ponga rumbo firme hacia la importante zona de resistencia que presenta en el entorno de los 1,27, coincidiendo con la parte superior del canal bajista de largo de los últimos nueves años", indica.

LA LIBRA, SESGO INEQUÍVOCAMENTE NEGATIVO

La otra moneda cuyo sesgo se ha vuelto inequívocamente negativo es la libra. La divisa británica protagonizó un movimiento de ida y vuelta de un 1% en la jornada del jueves, cuando alcanzó máximos de nueve meses por encima de los 1,3250 dólares, para después precipitarse a su peor cambio en cuatro días. Al final de la jornada, quedó confirmado que la moneda de Reino Unido había dado por finiquitado el rally iniciado el lunes ante las expectativas de que el Banco de Inglaterra enviara más señales al mercado de que los halcones se habían apoderado del Comité Abierto de Política Monetaria del banco central.

Contra el euro, la libra se depreció hasta las 0,90 libras por primera vez en 2017. Según Neil Wilson, analista de ETX Capital Markets, el tono del BoE ha sido moderado en cuanto a las votaciones, "pero ligeramente sesgado hacia medidas más restrictivas en el futuro, aunque su empeoramiento en cuanto al crecimiento se ha interpretado como un gesto pesimista por el mercado, lo que ha pesado en la libra".

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