• Las relaciones comerciales y la evolución de la divisa china marcarán las reuniones entre los dos líderes
  • El otro frente abierto es la intervención militar en Corea del Norte
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Una de las citas clave de la nueva administración republicana de EEUU ha llegado. Los líderes de las dos primeras potencias mundiales celebran su primera cumbre bilateral, este 6 y 7 de abril, en Mar-a-Lago, mientras el mundo contiene el aliento ante lo que se anticipa un tenso encuentro entre los presidentes de EEUU y China. Del mutuo entendimiento entre Donald Trump y Xi Jinping depende que se aplace ‘sine die’ la temida guerra comercial entre ambos países, que llegaría acompañada de una buena dosis de incertidumbre para los mercados financieros.

“La política de comercio exterior será la patata caliente después de que Trump haya culpado repetidamente a China por el déficit comercial y la pérdida de puestos de trabajo en EEUU”, asegura Elwin de Groot, economista de Rabobank. No son las únicas acusaciones que el presidente estadounidense ha vertido sobre el gigante asiático. Junto a México, el país liderado por Xi fue la diana de reiterados ataques durante su campaña electoral. La frase “China es el mayor manipulador de divisas de todos los tiempos” se ha escuchado en más de una ocasión en boca del republicano y de su asesor en comercio internacional, Peter Navarro, y ambos han amenazado al país con la imposición de aranceles de hasta el 35% a sus importaciones y con etiquetarlo como “manipulador de divisas”, por sus supuestas intervenciones en el renminbi (o yuan) para mantenerlo artificialmente devaluado frente al dólar y ser más competitivos en materia de comercio internacional.


Rabobank: “La política comercial será la patata caliente después de que Trump haya culpado repetidamente a China por el déficit comercial y la pérdida de puestos de trabajo en EEUU”

Pero desde que el excéntrico magnate tomó posesión del cargo, el pasado 20 de enero, la cosa no ha pasado a mayores, por ahora. De hecho, la diplomacia de ambas naciones se ha esforzado en aparentar un clima propicio al entendimiento y, hasta la fecha, ambos han intercambiado una carta y una llamada telefónica en aras a establecer una relación “constructiva”. Los ataques se han quedado en un cruce de declaraciones, aquí y allá, o en la filtración de informaciones sobre los supuestos pasos que da EEUU para ultimar su castigo a los países “manipuladores de divisas”. Esta misma semana, sin embargo, se ha abierto otro frente entre China y EEUU: la intervención militar en Corea del Norte, que el presidente estadounidense está dispuesto a llevar a cabo con o sin el apoyo de Pekín.

Pyongyang, por su parte, ha hecho patente su desafío a una posible alianza entre ambas potencias en su contra, con el disparo de un misil balístico durante la madrugada del miércoles en el mar del Este. “La paz en Asia será otro ítem clave en la abultada agenda que espera a los dos mandatarios, más después de que el secretario de Estado, Rex Tylerson haya dejado claro que EEUU ‘no tolerará tales actividades”, señala Naeem Aslam de Thin Markets. “Muchas cartas hay en juego como para que se alcance un plan en todos los puntos que hay sobre la mesa que sea beneficioso para ambas partes”, comenta el analista.

Esta escasa convicción de que la cumbre sea un éxito es compartida por inversores y analistas por igual. “Si bien China podría apaciguar al líder de EEUU con promesas de mayor liberalización y mayor apertura al comercio, a estas alturas nadie sabe si el presidente chino está dispuesto a ofrecer suficientes concesiones para convencer a Trump”, indica De Groot. El economista de Rabobank asegura que las consecuencias se dejarán notar en el llamado “rally de Trump” que ha impulsado a las bolsas y al dólar, “si queda claro que no hay sintonía en las áreas de comercio y política exterior”.

DÉFICIT COMERCIAL…

Según varios analistas, el resultado de la reunión dependerá en gran medida de quién acompañe a Trump durante la cumbre con Xi, ya que marcará la estrategia que seguirá la administración republicana en los próximos años en sus relaciones con China. Si lo hace el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, serán buenas noticias, porque ha sido, junto a otros miembros del gabinete del líder estadounidense, uno de los defensores del ‘status quo’ en las relaciones comerciales con China. En cambio, si el elegido es Peter Navarro, acérrimo defensor del proteccionismo, las fricciones persistirán y podrían desencadenar la tan temida guerra comercial.

Por ahora, si algo tiene claro Trump, y así lo dejó patente en un apunte en su red social favorita, Twitter, es que la reunión "será muy difícil”. También en otro tuit subrayó que “no tolerará el masivo déficit comercial y la pérdida de puestos de trabajo”, para añadir que las compañías con intereses en China deben estar “preparadas para buscar otras alternativas”.


Si algo tiene claro Trump, y así lo dejó patente en un apunte en su red social favorita, Twitter, es que la reunión "será muy difícil”

Un vistazo a los datos de la balanza comercial de EEUU muestran que el déficit en 2016 fue de 502.300 millones de dólares, el mayor desequilibrio de los últimos cuatro años. Pero las cifras de febrero, publicadas en la antesala de la reunión entre Trump y Xi Jinping señalan que el país ha logrado reducir la brecha entre importaciones y exportaciones casi un 10% y el saldo negativo con China se ha recortado en 23.000 millones de dólares en el segundo más del año, un 26,6% por debajo del total de enero. Un repunte en las exportaciones y la caída en las importaciones, especialmente en productos procedentes del país asiático, con 8.600 millones menos de compras en este país tienen la “culpa”.

… Y “MANIPULACIÓN” DEL YUAN

Este recorte, además, se produce en un momento en que el yuan mantiene un sesgo positivo sobre su rival de EEUU. La divisa se ha apreciado cerca de un 1% desde los mínimos de enero contra el dólar, aunque es una ínfima parte del 6,5% que la divisa china se devaluó en 2016 frente a su rival estadounidense. Las caídas en las importaciones chinas y la mejora del precio del renminbi serán dos buenos argumentos que el presidente chino puede usar como defensa durante la reunión con Trump y también pueden servir a Xi para solicitar al estadounidense que deje que los mercados se asienten y que confirmen la tendencia antes de enarbolar la bandera del proteccionismo.

De la misma forma que Trump dejó clara su posición en la antesala del encuentro, mediante varios tuits, China ha sido bastante más hermética sobre sus posturas previas. El viceministro chino de Relaciones Exteriores, Zheng Zeguang, reconocía, en respuesta al republicano, que hay un desequilibrio comercial con EEUU pero ha señalado que se debe principalmente a diferencias en sus dos estructuras económicas y ha señalado que China tiene un déficit comercial en los servicios. "China no busca deliberadamente un superávit comercial, tampoco tenemos la intención de llevar a cabo una devaluación de la moneda competitiva para estimular las exportaciones, no es nuestra política", explicaba Zheng en una reunión informativa sobre la reunión de Xi-Trump.

De hecho, “la defensa de líder chino será explicar que son las fuerzas de mercado las que han estado presionando su divisa”, señalan economistas de Rabobank y exponer los esfuerzos de las autoridades monetarias de Pekín para limitar las fugas de capitales, que han dado sus primeros resultados. Así lo demuestra el repunte de la despensa de divisas del Banco Popular de China en febrero, de 7.000 millones de dólares hasta la franja de los tres billones, señalan los analistas del banco de inversión holandés.


Cualquier indicio de que el presidente de EEUU pueda inclinarse hacia la implementación de aranceles a las importaciones asiáticas disparará el precio del dólar

La duda está en saber si estas muestras de que China va por el buen camino, a ojos de EEUU, serán suficientes para alejar el fantasma del proteccionismo que ha “ensombrecido las perspectivas de crecimiento mundial desde que Trump fue elegido presidente de los EEUU el 19 de noviembre”, se preguntan estos expertos.

En este sentido, afirman que “cualquier signo de un enfoque menos conflictivo por parte de la administración estadounidense hacia China y Japón, es probable que contrarreste los temores de proteccionismo y apoye el apetito de riesgo de los inversores”. Por el contrario, una postura agresiva por parte de Estados Unidos sobre el comercio podría reducir las expectativas de crecimiento mundial y aumentar la demanda de monedas refugio como el yen. “Cualquier indicio de que el presidente de EEUU pueda inclinarse hacia la implementación de aranceles a las importaciones asiáticas disparará el dólar, que podría experimentar una apreciación potencialmente del 10% al 15%”, pronostican estos expertos.

El yuan también pagaría el pato en este contexto. "Si Trump decide jugar duro y mantiene su dura retórica sobre China, entonces la divisa china podría encontrarse bajo una nueva presión a medida que la incertidumbre aumenta", señala Lukman Otunuga, analista de FXTM.

Pero el experto indica que "debe tenerse en cuenta que uno debe esperar lo inesperado con Trump y podría darse la posibilidad de que la reunión concluya con una nota positiva". "El hecho de que las conversaciones puedan tener impactos a largo plazo tanto en el dólar como en el yuan chino podría impulsar a ambas partes a trabajar juntas y, en última instancia, mantener su fuerte relación comercial", expone Otunuga. El desenlace se conocerá antes del fin de semana.

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