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Giovanni Tria, ministro de Economía italiano

El nuevo Gobierno de Italia no tiene intención de abandonar el euro y se centrará en reducir los niveles de deuda del país, aseguró este domingo el nuevo ministro de Economía, Giovanni Tria, en su primera entrevista desde que asumiera el cargo.

El desconocido profesor negó al rotativo 'Corriere della Sera' que el miedo de los mercados a un aumento del déficit esté infundado en las intenciones de la coalición, que plantea un crecimiento económico mediante la inversión y las reformas estructurales. "Nuestro objetivo es impulsar el crecimiento y el empleo", aseguró Tria, quien además afirmó que presentaría sus previsiones económicas en septiembre. "Estas serán muy coherentes con el objetivo de reducir la ratio de deuda/PIB", y buscarán cumplir con los objetivos estipulados para la economía transalpina para este año y el siguiente, añadió.

El mercado de deuda italiano ha sufrido una gran volatilidad desde las elecciones del pasado mes de marzo. El auge de movimientos euroescépticos, como la coalición ganadora 'M5S-Liga Norte', desencadenó especulaciones sobre el abandono de la tercera mayor economía del bloque del marco común. La prima de riesgo italiana ha llegado a acariciar los 300 puntos en mayo, en un escenario de contagio a la mayoría de puntuaciones de la Eurozona, entre ellas la española.

Sin embargo, Tria ha querido devolver la confianza a los mercados concluyendo con que "la posición del Gobierno es unánime, no hay dudas sobre el euro". Unas declaraciones que han tenido un impacto directo en la deuda italiana, que reduce su diferencial con el 'bund' alemán casi un 12% hasta los 234 puntos. Por su parte, el rendimiento del bono italiano a diez años se ha relajado hasta el 2,82%.

Por su parte, el Ftse MIB avanza un 3,5% esta jornada gracias al buen comportamiento de sus bancos, beneficiados por la menor presión del mercado de renta fija. Destacan Unicredit, Intesa Sanpaolo y Banco BPM.

DE SAVONA A TRIA

El nuevo Ejecutivo italiano trata de contener la inestabilidad política que ronda el país. Tanto Luigi Di Maio como Matteo Salvini apostaron por un mensaje euroescéptico, xenófobo y populista durante sus campañas, para acabar formando un Gobierno que se mantuvo en el aire hasta el último momento.

El presidente de la república, Sergio Mattarella, actuó de oficio y vetó la entrada del polémico Paolo Savona a la cartera económica hace apenas dos semanas, para encargar a Carlo Cottarelli la compleja tarea de formar un Gobierno de perfil técnico sin el apoyo del Parlamento. La situación hizo zozobrar la estabilidad italiana, agitando su deuda y perjudicando la cotización de sus índices.

Sin embargo, los líderes del Movimiento Cinco Estrellas y la Liga Norte consiguieron volver a reformular su acuerdo y elegir un lista de nombres que sí recibió la aprobación de Mattarella. Y desde entonces, ni una sola crítica al euro. Sin embargo, la idea de aplicar una tarifa única del IRPF e implementar una renta básica no auguran nada bueno para el déficit italiano, pese al nuevo mensaje de tranquilidad que brota desde el Ministero dell'economia.

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