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España a seis meses, Suiza a 10 años, Alemania a cinco años... Hay varios ejemplos, algunos de esta semana, de colocación de deuda a intereses negativos. Sin embargo, Legg Mason advierte de que no es algo sostenible en el tiempo y suponen “una amenaza para el sistema bancario”.

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La crisis está cuestionando algunas premisas de la ciencia económica, como por ejemplo las emisiones de deuda a intereses negativos. Esta última semana el Tesoro español emitió letras a seis meses a rentabilidad negativa. Algo que han venido haciendo durante los últimos años países como Alemania o Suiza. En este caso además, Suiza se convirtió el miércoles en el primer país en emitir deuda a 10 años con intereses negativos.

Una primera visión sobre este fenómeno es positiva. Los estados pueden financiarse de forma más barata (la partida de los Presupuestos Generales de España para pagar intereses ascendió en 2014 a los 35.490 millones de euros). Sin embargo, también puede ser contraproducente. “Las rentabilidades negativas de la deuda pública de ciertos países del núcleo europeo suponen una amenaza para el sistema bancario y es poco probable que sean sostenibles a medio y largo plazo”, afirma Ken Leech, director de inversiones de Western Asset, filial especializada en renta fija, con más de 460.000 millones de euros bajo gestión, de Legg Mason.

A pesar de haber trabajado durante muchos años en renta fija, jamás pensé que vería tipos de interés negativos

Leech menciona los intereses negativos en la colocación suiza a 10 años y algunos bonos del Tesoro alemán. “Son acontecimientos extraordinarios ante los que los inversores deberían ser muy cautos”. “A pesar de haber trabajado durante muchos años en el universo de la renta fija, jamás pensé que vería tipos de interés negativos. En Suiza, los bancos están pagando al Banco Central por depositar dinero en el mismo. Está claro que el Banco Nacional Suizo está haciendo todo lo posible por desalentar a los inversores a seguir asignando capital a la deuda suiza, especialmente al eliminar el tipo de cambio fijo con el euro a principios de año”, arguye el gestor de renta fija.

El experto señala recuerda que estamos en uno de los puntos más bajos del ciclo. “Lo cierto es que los inversores en bonos de mercados desarrollados pueden vender deuda suiza o alemana y adquirir bonos del Tesoro estadounidense, que arrojan una rentabilidad de casi el 2%. ¿Por qué no lo hacen?”.

Las rentabilidades en rojo tienen una lectura negativa: son una amenaza mayor para el sector bancario, avisa. “Existe un límite en cuanto a lo lejos que pueden llegar las rentabilidades negativas, de hecho creo que ya lo hemos alcanzado, porque en un momento determinado terminan suponiendo una amenaza para el sector bancario”.

Existe un límite en cuanto a lo lejos que pueden llegar las rentabilidades negativas y creo que ya lo alcanzamos

El director de inversiones de Western Asset espera que los inversores se den la vuelta en algún momento a estos bonos que, en realidad, les hacen perder dinero en términos nominales. Especialmente espera que dejen de adquirir esta deuda “a medida que nuestras perspectivas de crecimiento se tornen más positiva”.

Asimismo, recuerda que la deuda pública suiza a 10 años ha mantenido los tipos negativos en lo que va de 2015. Leech apunta que “ya hay indicios de reversión de esta tendencia, puesto que las rentabilidades han pasado de su mínimo histórico del -0,26% en enero al -0,05% de finales de marzo”.

OPTIMISMO

Así pues, indica que la filial de Legg Mason infrapondera la deuda pública de mercados desarrollados, en especial el Bund alemán, dado que ve mejores oportunidades en otros segmentos de la renta fija. “Somos optimistas y creemos que el crecimiento volverá a hacer acto de presencia a nivel mundial y, por tanto, creemos que la deuda corporativa superará a los bonos del Tesoro”.

Priorizamos los mercados de deuda corporativa en general -prosigue- y, en particular, los bonos de empresas estadounidenses con calificación Investment Grade y determinados títulos de alto rendimiento (high yield). La deuda emergente denominada en dólares y en divisa local también nos resulta interesante. Buscamos países con fundamentales positivos como México, donde las reformas estructurales impulsan en gran medida las perspectivas”.

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