• Las tarjetas de crédito, además de ser un medio de pago, son también un método de financiación
  • El crédito puede incluir todo tipo de seguros con mayores o menores coberturas, que no siempre incluyen las tarjetas de débito
  • A la hora de elegir una tarjeta, los expertos aconsejan pararse a pensar cuál va a ser su uso y después analizar qué ofrece el mercado
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En España, las tarjetas de crédito superan al número de habitantes. Los descuentos, ventajas o las facilidades de financiación que ofrecen explican su éxito. Sin embargo, esto no quiere decir que sean la mejor alternativa, un uso irresponsable de ellas puede acarrear problemas de endeudamiento a más de uno.

Por primera vez, según datos publicados por el Departamento de Sistemas de Pago del Banco de España, los 48,09 millones de tarjetas de crédito contabilizadas en el tercer trimestre de 2016 superaron a los cerca de 46 millones de personas que viven en el país. Además, también adelantan en número a las de débito, pero, ¿sabemos realmente en qué se diferencian?

Tal y como explican desde HelpMyCash, las tarjetas de débito son un simple ‘plástico’ conectado con una cuenta corriente que permiten ir usando el dinero que hay en ella para abonar compras o retirar efectivo a través de un cajero automático. “Su uso está limitado por el saldo que existe en la cuenta asociada”, describen. Además, la mayoría son gratuitas, no incluyen cargos por emisión ni por mantenimiento y renovación cada año y tampoco tienen comisiones.

Las tarjetas de crédito, además de ser un medio de pago, son también un método de financiación

Por el contrario, las tarjetas de crédito, además de ser un medio de pago, son también un método de financiación. Están conectadas a una línea de crédito y cada vez que se usan, se dispone de unos fondos que no son propios, sino del banco y, función de la modalidad de pago seleccionada, el dinero utilizado se tendrá que devolver de una forma u otra: todo a final de mes sin intereses o en cuotas mensuales con intereses. “El aplazamiento de los pagos genera unos intereses altos, superiores al 20% anual, cosa que no sucede con las tarjetas de débito”, advierte Emilio González, profesor de Economía de ICADE.

Así, la principal diferencia que señalan desde HelpMyCash es que las tarjetas de débito solo permiten utilizar el dinero disponible, mientras que las de crédito nos dejan utilizar el dinero del banco con el compromiso de devolverlo en la fecha pactada, es decir, permiten aplazar los pagos y, por tanto, el endeudamiento.

LAS VENTAJAS

La ventaja fundamental de la tarjeta de crédito es que, como su propio nombre indica, es un crédito inmediato solo por el hecho de ser su titular. Asimismo, Preahorro.com indica que las tarjetas de crédito pueden incluir todo tipo de seguros con mayores o menores coberturas, que no siempre incluyen las de débito. Los más habituales son el seguro de viaje, que incluye desde accidentes hasta gastos médicos, seguro de daños o pérdida de equipaje e incluso seguro de vida.

Las tarjetas de crédito pueden incluir todo tipo de seguros con mayores o menores coberturas, que no siempre incluyen las de débito

La lucha de los bancos para captar clientes es tan feroz que ponen a disposición de los clientes multitud de tarjetas con atractivas condiciones. Es el caso de la tarjeta Bankintercard oro, que ofrece un seguro gratuito de asistencia en viaje y un seguro de accidentes con cobertura de hasta 500.000 euros. Además, garantiza la devolución del 5% de todas las compras aplazadas el primer año y de un 3% a partir del segundo. Todo sin cuota anual y sin cambiar de banco, pero con un tipo de interés en pago aplazado del 24,0% nominal anual.

Otro ejemplo es la Tarjeta Visa Barclaycard, que asegura la protección de compras online, ofrece garantías antifraude y servicio de emergencia en el extranjero. Sin embargo, el interés a pagar por este tipo de tarjetas asciende a un 23,90% TIN y un 26,70% TAE.

Otra de estas tarjetas que se encuentra en promoción en estos momentos es la WiZink Oro, que brinda al cliente descuentos en más de 12.000 establecimientos de España, además de una serie de pólizas gratuitas como seguro de protección de compras o el seguro de accidente y asistencia en viaje 24 horas. Todo ello y más ventajas asociando esta tarjeta a cualquier cuenta que tenga el cliente, sin tener que cambiar de banco, pero con un interés del pago aplazado del 24% TIN y 27,24% TAE.

Por otro lado, desde Preahorro.com señalan otro beneficio de las tarjetas de crédito: las aceptan en todos los lugares, pues hay sitios en los que no permiten pagar con una tarjeta de débito. Por ejemplo, a la hora de alquilar un coche, muchas empresas exigen pagar con una tarjeta de crédito, porque gracias al crédito se aseguran que, aunque no haya fondos en la cuenta, podrán cobrar.

Del mismo modo, la profesora Inés Martín, del Departamento de Economía y Finanzas de la Universidad Europea de Madrid, destaca, aparte de su comodidad para no llevar dinero en efectivo, su utilización en países extranjeros con diferente divisa para evitar problemas con las conversiones. "Normalmente, se elige el tipo de cambio más ventajoso y beneficioso para el comprador", subraya.

ASPECTOS RELEVANTES

A la hora de elegir una tarjeta, los expertos aconseja “pararse a pensar cuál va a ser su uso y después analizar qué ofrece el mercado”

No obstante, pese a todos estos innumerables beneficios, los expertos advierten de importantes aspectos clave que merece la pena considerar. Respecto a los seguros que ofrecen, HelpMyCash destaca que se trata de ventajas gratuitas que pueden resultar muy útiles, pero el problema es que la mayoría de los españoles desconocen los seguros que llevan asociadas sus tarjetas, así como las coberturas y los requisitos para beneficiarse de ellos.

Emilio González enumera además varios aspectos que se deben tener en cuenta a la hora de adquirir una de estas tarjetas. El primero, los intereses que generará el aplazamiento de los pagos, así como las comisiones que se pagarán si a través de dicha tarjeta se saca dinero en los cajeros automáticos. El segundo, la cuota anual que se abonará por tener la tarjeta, ya no solo en el primer año sino también en los sucesivos.

Y es que, como advierte Lucía Veiga, de iahorro.com, las compañías emisoras de las tarjetas de crédito centran sus ingresos en dos vías. Por un lado, mediante su uso, pues cada vez que se usa la tarjeta el establecimiento o tienda pagará una comisión. Y por otro lado, los intereses. El dinero a crédito de las tarjetas tiene unas comisiones mucho más altas que el crédito al consumo. La media se sitúa en torno al 21% más o menos, frente al crédito al consumo, que puede estar en un 7 u 8%.

LOS EXPERTOS ACONSEJAN…

Por todo ello, a la hora de elegir una tarjeta, los expertos aconsejan "tener sentido de la proporción y hacer uso de la prudencia", indica la profesora de la Universidad Europea. "Todo depende de la liquidez del usuario y de sus necesidades de financiación. Una persona con suficiente liquidez no precisa comprar nada a crédito, otra persona con liquidez menoscabada se verá obligada a hacerlo", destaca.

La recomendación de Lucía Veiga es parecida: “pararse a pensar cuál va a ser su uso y después analizar qué ofrece el mercado”. Sin embargo, para evitar problemas de endeudamiento, comprar cosas que no se necesitan y cuadrar la gestión financiera, Emilio González, de ICADE, recomienda el uso de la tarjeta de débito, “porque facilita la administración del dinero al cargarse los pagos automáticamente en la cuenta bancaria y, como no suele permitir el aplazamiento de los pagos, no genera intereses por los mismos”, concluye.

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