• Los tipos oficiales permanecen en el 0% y los de depósito, en el -0,4%
  • Las compras de deuda seguirán, al menos, hasta finales de 2017

Mario Draghi lo tenía bien preparado. Por eso, antes incluso de que le hayan preguntado por la inflación, el presidente del Banco Central Europeo (BCE) se ha adelantado para decir que su reciente repunte no alterará la actual estrategia monetaria de la entidad.

Por este motivo, ha insistido en el mensaje de que "los tipos seguirán en el nivel actual o más bajo durante un extenso periodo de tiempo". Y que también mantendrá las compras de deuda en el mercado. Vamos, ningún cambio en su planteamiento pese a que en diciembre la inflación repuntó ya en la Eurozona hasta el 1,1%, la mayor desde 2013, aunque en Alemania llegó incluso al 1,7%. "No discutimos nada acerca de la retirada de los estímulos ('tapering')", ha añadido claramente Draghi para afianzar su posición.

Con las decisiones de diciembre aún calientes, la posición de Draghi estaba clara: había que mantener el rumbo y defender la actual estrategia del BCE. Y justo eso es lo que ha hecho

Porque todavía no encuentra suficientes indicios ni fortalezas en los últimos datos de inflación como para variar un guión que, por otra parte, el BCE modificó tan recientemente en diciembre para prolongar sus estímulos más extraordinarios. "Todavía no hay signos de una convincente tendencia alcista en la inflación subyacente", ha expuesto el presidente del BCE para defender su postura y vincular el repunte los precios de manera clave al encarecimiento del petróleo, y no a motivos más estructurales. Eso sí, también ha destacado que su gran temor de los últimos, la deflación, se ha borrado del mapa. "El riesgo de deflación ha desaparecido por completo", ha asegurado Draghi.

"El BCE no dio ninguna sorpresa este jueves. La principal conclusión es que el BCE seguirá mirando los cambios en la inflación para juzgar si son transitorios y no tienen implicaciones sobre la estabilidad de los precios a medio plazo", apuntan desde Danske Bank, entidad que considera que la inflación subyacente -ahora en el 0,9%- permanecerá todo el año por debajo del 1% y que, por tanto, el BCE no tendrá necesidad de endurecer su estrategia en 2017. De hecho, opina que el BCE prolongará sus estímulos más extraordinarios durante 2018.

De lo que no hay duda es que el panorama ha cambiado. Y de que las discusiones y las expectativas en torno al BCE vuelven a gravitar en torno a su piedra fundacional: la inflación. Es lo que ha quedado más claro en la cita de enero. "El incremento de la inflación testará la paciencia del Consejo de Gobierno del BCE", subrayan los expertos de Barclays. En este sentido, juzgan "crítico" la evolución de la inflación general y la subyacente y "cómo responderá el BCE a esa evolución".

Como cabía esperar, Draghi ha tenido que afrontar preguntas acerca del impacto que los tipos al 0% tienen en los ahorradores. En particular, ha sido preguntado por el efecto en los ahorradores alemanes. Y el presidente del BCE también ha tirado de su repertorio habitual. Primero, negando que las condiciones monetarias actuales estén expropiando los ahorros de nadie. Y segundo, para aplicar un principio general: "La recuperación del conjunto de la Eurozona beneficia a todos los ciudadanos, incluidos los alemanes". En este sentido, ha asegurado que la economía está mejorando, y que precisamente para asentar esta tendencia aún resulta precisa una política expansiva por parte del BCE.

En los mercados, las reacciones han sido dispares. El euro, que tal vez esperaba un tono algo más duro, corrige hasta los 1,062 dólares, después de que estos días hubiera visitado los 1,07 dólares. Y las bolsas, que tal vez temían un mensaje más duro, han aplaudido en un principio la templanza de Draghi, pero luego se lo han pensado mejor. El Ibex se ha dejado un 0,1% en la que ha sido su cuarta jornada consecutiva en negativo.

TODO COMO ESTABA (CON MATICES)

El banquero italiano ha defendido así la actual estrategia del BCE al término de una reunión, la primera del año, en la que la a entidad ha dejado las cosas como estaban. Esto es, los tipos oficiales siguen en el 0%, los de depósito, en el -0,40% y el programa de compras de deuda (APP, por sus siglas en inglés) permanecerá al menos hasta finales de 2017, aunque desde abril reducirá su montante de 80.000 a 60.000 millones de euros al mes.

En el comunicado en el que ha anunciado sus decisiones, el BCE ha mantenido completamente la estrategia anunciada ya en diciembre. "El Consejo de Gobierno confirma que mantendrá las compras de su programa de compras de activos en su nivel actual de 80.000 millones de euros mensuales hasta el final de marzo de 2017 y que, a partir de abril de 2017, las compras netas continuarán a un ritmo mensual de 60.000 de euros hasta el final de diciembre de 2017, o hasta una fecha posterior si fuera necesario y, en todo caso, hasta que el Consejo de Gobierno observe un ajuste sostenido de la senda de inflación que sea compatible con su objetivo de inflación", ha reiterado la institución.

Por tanto, las líneas generales siguen como estaban. Pero en algún aspecto técnico sí ha introducido algún cambio. Así, el BCE ha publicado los detalles sobre los bonos que podrá comprar cuando su rentabilidad sea inferior al tipo de depósito, actualmente en el -0,40%, una medida que anunció en diciembre y que quedó pendiente de precisar. En este sentido, ha detallado que no comprará ni cédulas (CBPP3) ni titulizaciones (ABSPP) ni deuda corporativa (CSPP) cuando esté por debajo del -0,40%, sino que ese principio sólo regirá para la deuda pública o de agencias públicas (PSPP). Eso sí, ha subrayado que "la prioridad" será comprar bonos que estén por encima del -0,40%.

"Los comentarios de Draghi sugieren que el BCE no tendrá prisa por ajustar la política monetaria a corto plazo y confirman que el BCE ha adoptado la postura de dedicarse a observar los acontecimientos", confirma Shilen Shah, de Investec Wealth & Investment. El año es muy largo. Y viene cargado de incertidumbres no sólo económicas y financieras, sino principalmente políticas. Draghi lo sabe. De sobra. Ya habrá tiempo de cambiar el paso. Si hay motivos, claro.

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