• La oficina estadística de Reino Unido ha revisado a la baja en una décima el dato de crecimiento
  • Las empresas españolas anticipan un impacto en sus cuentas del Brexit
Theresa May
Theresa May, primera ministra de Reino Unido

La economía británica creció un 0,2% trimestral y un 2% interanual en los tres primeros meses del año. Una décima menos de lo previsto inicialmente por la oficina estadística de Reino Unido (ONS, por sus siglas en inglés). Sin embargo, lo peor podría estar por venir con el Brexit, según temen las empresas españolas con intereses en el país.

La estimación de la expansión del PIB de Reino Unido ha sido revisado a la baja principalmente por el sector servicios, explica la ONS. Las industrias de comercio minorista y alojamiento reflejaron peores datos con una desaceleración del gasto de los hogares, en gran parte por el aumento de los precios. Por su parte, la construcción y el sector manufacturero también mostraron un crecimiento débil, al contrario que los segmentos de negocios y finanzas.

A pesar de esta revisión a la baja, la economía británica mantiene incrementos de su producción del ritmo del 2%, en línea con los de 2015 y 2016, en medio de las turbulencias políticas del país desde que los británicos decidieran el 23 de junio romper con la Unión Europea, lo que desencadenó la dimisión de David Cameron. Su sucesora, Theresa May, ha convocado este año elecciones para el 8 de junio con el fin de reforzar su posición en las negociaciones con Bruselas.

Los representantes de Londres y del Ejecutivo europeo deberán negociar las condiciones de la ruptura. De cualquier manera, las empresas españolas con intereses en la economía británica asumen que les costará dinero el Brexit. Tres de cada cinco compañías esperan un impacto negativo, según según un estudio de la consultora EY y del instituto IEB en el que han participado 134 empresas de las que el 42% factura más de 1.000 millones de euros anuales.

Preguntadas sobre el efecto que ha tenido o prevé que tenga en el grupo el Brexit, el 13% anticipa una reducción de las ventas, el 20% espera una caída del valor de las inversiones en Reino Unido si la libra se deprecia, el 20% proyecta una disminución en el valor de los flujos futuros si la libra se deprecia, el 14% cree que habrá aranceles a las relaciones comerciales, y el 5% otro tipo de efectos. Por el contrario, el 11% espera que se abaraten las compras que realiza en la economía británica, el 9% admite que aún no ha analizado el efecto, y el 20% cree que no tendrá significado para la empresa.

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