• La victoria del 'NO' complicaría el escenario para Grecia, que podría derivar a un Grexit
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El domingo los griegos están llamados a las urnas para decidir si apoyan o no las propuestas de las instituciones a cambio de un tercer programa de rescate. Toda la zona euro está pendiente de ello. Ante este referéndum, se abren dos escenarios que analiza Bloomberg.

Las últimas encuestas muestran un resultado apretado para el domingo. Sea cual sea la opción ganadora, a continuación se producirán negociaciones de emergencia. De hecho, Alexis Tsipras, primer ministro heleno, aseguró este jueves que habrá acuerdo antes del miércoles. Aunque el propio Tsipras y su ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, han amenazado con dimitir si gana el 'SÍ'.

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A partir de las opiniones de altos funcionarios de la zona euro, Bloomberg analiza los dos escenarios posibles que se abren ante el referéndum:

Si gana el 'NO', Grecia se enfrentaría a tres o cuatro semanas de una gran presión hacia tomar la decisión de imprimir su propio dinero

1. Gana el 'SÍ'

Con esta opción el futuro inmediato es algo más sencillo de predecir. El Ejecutivo de Grecia y los acreedores retomarían las negociaciones para alcanzar un acuerdo y generar un tercer programa de rescate, una vez que expiró el anterior el 30 de junio.

No obstante, si es cierto que hay dimisión del Gobierno, se tendría que formar un nuevo ejecutivo y esto retrasaría el proceso. Algunos políticos reclaman un gobierno de unidad nacional liderado por los pro-europeos en caso de que gane el 'SÍ'.

Los ministros de la zona euro probablemente volverían a reunirse la próxima semana para alcanzar un acuerdo y podría haber un desembolso rápido para salir del paso de 3.300 millones de euros que normalicen la situación en Grecia, actualmente condicionada por el corralito.

2. Gana el 'NO'

Si los votantes optan por seguir la recomendación de Alexis Tsipras y rechazan los términos para un tercer programa de rescate, Grecia se enfrentaría a tres o cuatro semanas de una gran presión hacia tomar la decisión de imprimir su propio dinero.

Sin rescate, Grecia no podría pagar los 3.500 millones de euros que debe desembolsar ante el Banco Central Europeo (BCE) el próximo 20 de junio y correría peligro el programa de asistencia financiera (ELA, por sus siglas en inglés) con el que el BCE mantiene con vida a los bancos helenos. Además, Grecia apenas tendría capacidad de cumplir con sus obligaciones respecto a los servicios más básicos o a los vencimientos de deuda en manos de tenedores privados.

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¿RETIRARÁ EL BCE SU APOYO DE FORMA INMEDIATA?

Ésta es la gran pregunta en caso de que gane el 'NO'. No necesariamente se retirará el programa ELA de forma inmediata, señala el artículo de Bloomberg.

Pero el brazo de supervisión bancaria del BCE tendrá que valorar los activos respaldados por el Gobierno griego en los balances de la banca helena. Y a la vez, la parte política debe decidir qué hacer con el acceso del Banco de Grecia a la ventana de liquidez.

Se podría declarar a las entidades financieras griegas insolventes, en cuyo caso no podrían tener acceso al ELA, y Grecia no tendría la capacidad de mantenerlos con vida al no disponer de efectivo.

Además, Grecia podría impagar préstamos como el de 3.500 millones de euros que vence con la institución que preside Mario Draghi el próximo 20 de julio, como ocurrió con el Fondo Monetario Internacional (FMI) el 30 de junio, lo que complicaría las cosas.

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UNA NUEVA MONEDA

Si todos los sucesos anteriores llevan a Grecia a abandonar el euro y acuñar su propia moneda, los abogados del Gobierno heleno, y en general en el país, tendrán mucho trabajo. Se abrirán numerosos procedimientos legales ya que se cuestionarán los contratos firmados en euros.

Desde la zona euro, no hay un procedimiento legal claro para esta situación. No obstante, desde Bruselas se está trabajando con el artículo 352 del tratado de la Unión Europea que dice: “Cuando se considere necesaria una acción de la Unión en el ámbito de las políticas definidas en los Tratados para alcanzar uno de los objetivos fijados por éstos, sin que se hayan previsto en ellos los poderes de actuación necesarios a tal efecto, el Consejo adoptará las disposiciones adecuadas por unanimidad, a propuesta de la Comisión y previa aprobación del Parlamento Europeo”.

Así, se necesitaría unanimidad y trabajo con la Comisión Europea y con el Parlamento para dar los siguientes pasos a un Grexit y tomar medidas extraordinarias.

En Grecia, cualquier nueva divisa comenzará a cotizar con un descuento importante frente al euro. Los analistas citados por Bloomberg estiman en un 30% o un 40% la pérdida de poder adquisitivo de los griegos. Además, la economía helena podría entrar en caída libre y necesitar, aun con dracmas, un rescate internacional.

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