• El supervisor monetario mantiene la tasa del Selic al 6,50%
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La galopante crisis de los mercados emergentes, que hasta ahora se había cebado en Argentina y Turquía y mantenía al resto en máxima alerta, se ha filtrado a Brasil, donde el real se cambia de manos en su peor nivel desde abril de 2016, en los 3,6947 reales por dólar. El Banco Central del país ha decidido no acometer una rebaja de los tipos de interés por considerar que el movimiento que el mercado había descontado es “demasiado arriesgado en el contexto actual”, según expertos de Pantheon Macroeconomics.

Así, la presión cambiaría ha pesado en la decisión del comité de política monetaria del banco, conocido como Copom, que ha mantenido el precio del dinero en el 6,50%, mientras el consenso de mercado esperaba ampliamente una reducción de la tasa de interés referencial, Selic, en 25 puntos básicos, hasta el 6,25%.

La intervención en el mercado del supervisor monetario presidido por Ilan Goldfajn se ha visto forzada porque “las perspectivas de inflación se han deteriorado drásticamente en pocos días”, explican los analistas de la firma de análisis económico británica. Además, el real ha caído aproximadamente un 10% desde la última reunión del Copom, lo que provoca incomodidad entre las autoridades monetarias por el posible efecto traspaso a la inflación. “La debilidad del real en las últimas semanas ha empeorado el balance de riesgos para la inflación de Brasil, por lo que el Copom quería sujetar a la moneda, aliviando las presiones en el extremo largo de la curva de rendimiento”, añaden.

Por lo tanto, según el comunicado de prensa, los legisladores creen que "la perspectiva global se ha vuelto más desafiante y volátil" y que el apetito por los activos de los mercados emergentes ha disminuido. Por lo tanto, el banco central ha decidido adoptar un nuevo enfoque de “esperar a ver qué pasa”. Es probable que este sea el final del largo ciclo expansivo, durante el que el banco central ha reducido los tipos en 775 puntos básicos desde finales de 2016. “Esto resucitó a una economía muy afectada por la peor recesión en décadas, pero la recuperación está lejos de rser obusta y sostenible”, agregan desde Pantheon Macroeconomic.

CONTAGIO A GRAN ESCALA

El caso de Brasil no es aislado. El resucitado tándem entre un dólar fuerte y un alto rendimiento de la deuda soberana de EEUU ha lastrado a los mercados emergentes y muchas de sus divisas están sufriendo su peor semana desde que Donald Trump ganó las elecciones en noviembre de 2016. Además del real, las rupias indonesia e india se han desplomado esta semana. Movimientos, todos ellos, que siguen a los mínimos históricos del peso argentino y la lira turca, que han recortado sus pérdidas, pero siguen debilitadas.

Los analistas ya no se esconden a la hora de hablar de crisis a gran escala en unas economías que ven como los inversores internacionales abandonan sus posiciones. La culpa, los máximos de siete años de la renta fija de EEUU que devuelve el apetito por las inversiones de mayor riesgo, a la par que provoca una huída de las apuestas de baja calidad en países con malas perspectivas económicas y de política monetaria.

Muchas voces, no obstante, insisten en que la debacle es transitoria y eventualmente desaparecerá, igual que ocurrió durante el ‘taper tantrum’ -la época de retirada de estímulos de la Reserva Federal- o después de las elecciones de EEUU. Pero en el caso de países donde hay otros riesgos, como en Turquía y Brasil, que se enfrentan a elecciones este año, el pesimismo persistirá.

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