• Las exportaciones sufrirían debido a los aranceles
  • El paro, pendiente del impacto del éxodo de empresas
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Puigdemont y el proceso independentista catalánBOLSAMANIA

Por ahora, la independencia ha quedado aplazada, pero los riesgos continúan. Si el escenario político deja dudas, el económico no presenta mejor aspecto debido a los difíciles retos a los que se tiene que enfrentar el Govern.

Turismo e industria. Por ahora, a Cataluña, no le va nada mal con esta fórmula. Estos son los dos pilares en los que se basa la economía catalana. El PIB de la región ascendió en 2016 hasta los 211.915 millones de euros gracias a los servicios (85.435 millones de euros) y a la industria (49.715 millones de euros). Menos importante es la agricultura, que apenas alcanza los 2.042 millones de euros, según el Instituto Nacional de Estadística. Y esta fortaleza continúa en 2017.

En cuanto a servicios, es la segunda Comunidad Autónoma que más dinero genera tras Madrid. Cataluña es la comunidad autónoma preferida para los turistas. De hecho, el año pasado la región catalana lideró la llegada de visitantes extranjeros con un total de 17 millones, casi un 4% más que el año anterior, según datos del INE. Es más, este agosto ha sido especialmente positivo para Cataluña, ya que fue el principal destino de los turistas con casi 2,6 millones de visitas, lo que supone un 24,6% de todo el turismo nacional.

Cataluña se nutre principalmente al sector servicios y a la industria

En la industria, Cataluña es la comunidad autónoma que más PIB genera en España, al suponer un 18,9% del conjunto del país, por delante de Madrid, a tan sólo una décima. Por su parte, el comercio generó el año pasado 65.141,9 millones de euros y es la CCAA que más exporta en todo el territorio nacional.

Con este caldo de cultivo, los independentistas refuerzan la idea que la economía catalana es completamente autónoma y fuerte para poder caminar sola, sin la necesidad de ir de la mano de España. De hecho, un banco les ha dado la razón, como Saxobank. Según su informe dentro de la Unión Europea “una Cataluña independiente ocuparía el decimotercer lugar en un hipotético ranking UE29”. ¿Pero cuáles serían las principales consecuencias de una posible Cataluña que declarase la independencia?

PRIMER PASO: BUSCAR FINANCIACIÓN

Una futura declaración de independencia traería consigo varias dudas. La primera de ellas es el qué pasaría el día uno de República Catalana. El economista Robert Casajuana habla de un “proceso gradual en el que se encontrarían muchas dificultades”. Según el especialista, el primer paso urgente que debería dar esta Cataluña independiente sería el de buscar financiación a través de la emisión de bonos de deuda a corto plazo, pero ello lleva implícito que el “bono catalán pagaría interés muy elevado”. Raúl Rodríguez, economista, recuerda que “las agencias de calificación ya consideran el bono catalán como ‘bono basura’ y se asemeja a economías como Zambia o Gabón”. La Generalitat se financia en los mercados desde 2012.

Casajuana advierte que los costes “serían muy elevados debido a que para poder pagar los intereses habría que volver a refinanciarse, pero progresivamente con intereses más reducidos”.

Así pues, con un mercado que no se fía de Cataluña, la Generalitat se vería obligada a disponer de liquidez. Para pagárselo a los bacos, pero de nuevo el coste será alto. Otra opción sería la de la subida de impuestos a personas y a empresas. Pero las empresas ya han visto peligrar su estabilidad y empresas como Gas Natural Fenosa, Oryzon, Eurona o Colonial han cambiado su sede social. Las dos grandes entidades bancarias catalanas (CaixaBank y Sabadell) han hecho oficial su cambio de sede fiscal. Aunque esta medida cambia poco en lo práctico, de momento. Con el marco legal que hay en España, el cambio fiscal no tendrá consecuencias debido a que estos bancos ya pagaban el impuesto de sociedades a España. No obstante, este cambio sí tendría consecuencias en el caso de que Cataluña declarase la declaración unilateral de independencia, ya que la sede fiscal ya estaría en España (Valencia y Alicante) y no tendrían que pagar impuestos en Cataluña.

Un ejemplo para entender la situación. Según las cuentas anuales de CaixaBank los impuestos directos e indirectos creados en el año 2016 ascienden a 2.500 millones de euros. El Banco Sabadell también refleja en sus cuentas que pagó 406 millones de euros en impuestos directos. Con el traslado de sede, España se asegura esta cantidad de ingresos, mientras que la hipotética Cataluña independiente debería buscar nuevas alternativas.

ARANCELES POR LAS NUBES Y LAS EXPORTACIONES A ESPAÑA, TOCADAS

Precisamente, Cataluña se nutre fundamentalmente de las exportaciones. Un reciente estudio de la CEPREDE (Centro de Predicción Económica) indica que los principales importadores de productos catalanes es el conjunto de España. Cataluña fue la autonomía más beneficiada por el comercio interregional dentro de España, con un superávit comercial de 17.900 millones de euros. Las ventas de las empresas catalanas al resto de España alcanzaron los 61.134 millones frente a los 60.526 millones de euros que exportó al resto del mundo.

En concreto, las exportaciones van a Aragón y la Comunidad Valenciana. En el caso de la primera, las empresas catalanas venden 10.782 millones de euros. La segunda compra 4.994 millones de euros a Cataluña. Pero una vez independizado, se abriría un nuevo problema. Raúl Rodríguez pone el acento en los aranceles. “Una vez fuera de la Unión Europea, Cataluña pagaría unos aranceles bestiales por lo que los 61.000 millones se reducirían ostensiblemente”, advierte. Robert Casajuan también sigue en la misma línea e incide que “hay que contar con el posible boicot de las Comunidades Autónomas por el sentimiento de rechazo que existiría, por lo menos durante los primeros años”, augura. De hecho, Luis de Guindos aseguraba que, con una Cataluña independiente, “los productos se encarecerían hasta un 15% debido a los aranceles”.

El posible daño que originaría con Cataluña fuera de la UE se puede ejemplificar con el informe del Reino Unido tras el Brexit. El Tesoro británico indicaba en dicho dossier que un mercado abierto sin aranceles ni barreras permitió un amplio acceso a la economía global y que propició que los inversores directos crecieran un 27% desde la entrada de la Unión Europea.

400.000 DESEMPLEADOS… Y UNA INDUSTRIA EN VILO

Con una nueva Cataluña independiente, se abriría un nuevo escenario. Actualmente, según los datos ofrecidos por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, el número de personas en paro registradas en las oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) aumentó en 2.988 personas en septiembre en Cataluña, lo que sitúa la cifra de desempleados inscritos en esta comunidad en 400.373. En el último año, sus cifras son positivas ya que en Cataluña se redujo en 50.708 personas, lo que suponía un descenso de un 11,24% en un año. Actualmente, Cataluña tiene un paro del 13,2%, frente al 17,2% de España, según las datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA). En una posible independencia, el escenario cambiaría.

En Cataluña trabajan un total de 3.270.000 personas. Como es sabido, la industria y sobre todo la automovilística y de maquinaria se concentra en Cataluña. Hasta 195.000 personas trabajan en las naves industriales referidas al ensamblaje de automovilísticas. El sector de la alimentación, textil, madera y artes gráficas es el siguiente con 184.600 empleados. Durante estas semanas, las principales compañías de este sector han explicado que esperan acontecimientos para emprender acciones. Una marcha de éstas podría incrementar el paro en Cataluña.


EL DIFÍCIL ENCAJE DEL EURO

Otra fuente de incertidumbre es la monetaria. “La moneda de Cataluña será el euro”. Es la contestación que pronuncian los líderes independentistas al ser cuestionados sobre la moneda que se utilizará en una hipotética Cataluña independiente. Sin embargo, esa Cataluña quedaría fuera de la Unión Europea, y por tanto, fuera del euro.

Así pues, Cataluña podría seguir utilizando la moneda de manera unilateral, pero no entraría dentro del circuito oficial del euro por lo que no podría tener capacidad de decisión en las medidas adoptadas con la moneda. El Banco Central Europeo (BCE) ya ha señalado en distintos informes de los riesgos que entrañan los países que adoptan la ‘eurización’. Jürgen Stark, miembro del BCE en 2008, recalcaba que “la 'eurización' unilateral no es la panacea. Sus beneficios son inciertos, mientras que los costes son reales y los riesgos serios".


LAS PENSIONES, ¿ASEGURADAS?

“Las pensiones estarán aseguradas y serán mejores”. La última personalidad independentista en hablar de las pensiones fue la consellera de Trabajo, Dolors Bassa. Según el informe de la Generalitat, la Seguridad Social tuvo un déficit de 1.308 millones de euros en 2016, lo que supone un 7,2% del total de España. El Estado, por contra, sostiene que Cataluña cerró el ejercicio con 4.963 millones de euros en números rojos. En Cataluña hay algo más de 1,7 millones de pensionistas que tienen derecho a una prestación media de 958 euros, según muestran los datos de septiembre que ayer público el Ministerio de Empleo y Seguridad Social.

Pero la gran duda que se presenta en la Cataluña independiente es quién se haría cargo de las pensiones. Según el Govern será el Estado quien tenga que pagar a los pensionistas españoles. Para la consellera Bassa, las pensiones son un “derecho contractual” y por lo tanto será España quien tenga que “asumir el pago mientras no se establezca un acuerdo bilateral para llevar a buen término una transición adecuada del sistema y no se pacte el reparto de activos y pasivos”. La política catalana aboga por los acuerdos bilaterales que existen “como es el caso del estado alemán con los ciudadanos que residen en España”, según relata la conseller.

El Govern pretende que se pacte el sistema de pensiones

Por tanto, y según la versión del Govern, la Seguridad Social debería repartirse la parte proporcional para las pensiones. En caso de que esto no sucediera, la Generalitat tendría que darle un bocado a los Presupuestos. Los políticos independentistas expusieron en el mes de septiembre que los jubilados que al haber cotizado en España deberían ser remunerados por parte del Ejecutivo durante todas las mensualidades correspondientes hasta completar la transición hasta el sistema catalán.

En el otro lado, el Gobierno. De momento, el Gobierno, de momento no se pronuncia de cuál será finalmente la decisión que tomará el Ejecutivo. Fátima Báñez, ministra de Empleo y Seguridad Social, se ha limitado a explicar que “las pensiones son el mayor instrumento de cohesión que hay en el país, y ese es el corazón de la solidaridad de nuestro país”. De paso, recordaba que que “España paga 14 mil millones de euros en prestaciones públicas a los catalanes”.

Por último en cuanto a pensiones, un estudio de de la Convivencia Cívica Catalana tampoco deja en buen paradero al sistema de pensiones catalanas. El estudio recalca que "en un sistema únicamente catalán de Seguridad Social en que las prestaciones se pagaran con arreglo únicamente a las cotizaciones pagadas en Cataluña y sin posibilidad de recibir aportaciones del resto de España o acceder a las reservas del sistema español (la denominada ‘hucha de las pensiones’) generada en años de bonanza económica deberían reducirse las pensiones y demás prestaciones pagadas en dicho porcentaje. En valores absolutos, ello significaría que la pensión media mensual de un pensionista catalán bajaría en 144 euros, pasando de los 928,7 euros actuales a 784.7 euros, un 15,5% menos".

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