• La cifra del pasado año más que duplica los 197 casos de 2015
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Detalle de la fachada del Banco de España en Madrid

La 'letra pequeña' sigue importando, y mucho, en los bancos españoles. Al menos, esa es la impresión que arroja la Memoria de Supervisión Bancaria de 2016 presentada por el Banco de España (BdE) este martes, que pone de relieve que la 'letra grande', la recogida en los anuncios y las promociones, no siempre refleja la realidad.

Durante el pasado ejercicio, y dentro del ámbito de la Supervisión de Conducta de la entidades que también corresponde al BdE, el organismo gobernado por Luis María Linde reforzó su vigilancia de las prácticas comerciales bancarias en un contexto marcado, de manera general, por el difícil entorno en el que se mueve el sector para ser rentable y eficiente. "Durante 2016 se ha iniciado una actuación supervisora de gran alcance encaminada a conocer con el mayor detalle posible y a valorar adecuadamente las prácticas habituales, procedimientos y controles internos de las entidades en relación con su actividad publicitaria", refleja la Memoria. Y añade: "Todo ello con el fin de comprobar que dichas prácticas, procedimientos y controles internos son acordes con la normativa vigente y, por tanto, adecuados para proteger los legítimos intereses de la clientela y gestionar los riesgos derivados de su actividad publicitaria".

Este trabajo del BdE, que analiza las campañas publicitarias cuando ya se han difundido, "ha dado lugar en 2016 a 485 requerimientos de cese o rectificación de anuncios en distintos medios (prensa, Internet, etc.)". O lo que es lo mismo, una cifra sin precedentes, que más que duplica las 197 rectificaciones de 2015 y que casi cuadruplica las 132 actuaciones de 2014.

Como también destaca el supervisor, la publicidad constituye un cauce relevante de comunicación con los clientes, de ahí la relevancia que le otorga dentro de sus tareas de vigilancia. "La publicidad es el primer contacto entre una entidad bancaria y sus clientes, por lo que es vital que sea veraz, clara y concisa", sostiene el BdE.

"FOCO" EN EL CRÉDITO AL CONSUMO

Pero la vigilancia sobre la conducta de los bancos no se limita a la publicidad. También abarca la comercialización de los productos. Y el BdE deja claro que hay otro segmento que ahora le inquieta especialmente: el de los créditos al consumo, al que las entidades están recurriendo porque dejan unos márgenes más gruesos que otros, como los hipotecarios, y por el incremento de la demanda de los clientes.

"El Banco de España mantiene su foco de actuación y preocupación en relación con la claridad, oportunidad y suficiencia de la información proporcionada a los clientes en la comercialización de préstamos personales y tarjetas de crédito", reconoce la Memoria. La inquietud del supervisor responde al peligro de que los clientes no tengan claro los riesgos a los que se enfrentan con este tipo de créditos. "En este ámbito, es especialmente relevante, como reiteradamente indica la normativa reguladora,
que los clientes conozcan las consecuencias del eventual incumplimiento del pago de las cuotas, ya que este puede generar una espiral de gastos e intereses de demora que acabe sumiendo a determinados clientes en la exclusión económica y social", advierte.

Dentro de la Supervisión de Conducta, el crédito hipotecario y los servicios de atención del cliente acaparan la actuación del BdE. En total, en 2016 el área de Conducta llevó a cabo 80 actuaciones de comprobación y 29 inspecciones, por encima de las 63 comprobaciones y las 14 inspecciones realizadas en 2015. Para llevar a cabo estas tareas, el Departamento de Conducta de Mercado y Reclamaciones cuenta con 90 personas, frente a las 85 de 2015 y las 63 de 2014, que fue cuando este Departamento recibió la asignación de las competencias en materia de supervisión de la conducta de mercado y de la transparencia informativa.

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