• El número de contratos indefinidos con jornada a tiempo completo es de 9,9 millones, únicamente el 64% de los asalariados
  • En el caso de los trabajadores temporales o con contratos a tiempo parcial las subidas salariales pactadas tienen un impacto inferior o no llegan
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Fátima Báñez, ministra de Empleo y Seguridad Social

La precariedad laboral no se solucionará, únicamente, con subidas salariales pactadas. Menos de dos de cada tres asalariados tienen un contrato indefinido con jornada a tiempo completo. Al resto, tradicionalmente, los acuerdos del diálogo social llegan en menor medida o, directamente, pasan de largo. El elevado nivel de subempleo de la economía es una de las razones por las que la remuneración de los trabajadores está congelada en España.

“Aunque se pacte un incremento salarial de, por ejemplo, el 1,5% o el 2,5%, la remuneración del conjunto de los asalariados crece menos”, advierte Raymond Torres, director de Coyuntura y Estadística de Funcas. “En general el crecimiento de los salarios va a ser inferior a la inflación en los próximos años, aunque en agregado la renta neta de los hogares crecerá en torno al 3% por el incremento del empleo”, añade el experto a ‘Bolsamanía’.

Esto se debe, arguye, al subempleo. Es decir, tanto trabajadores con contratos temporales como con jornada parcial, lo que supone un total de 5,44 millones de trabajadores, el 36%. Asalariados para los que, históricamente, las subidas salariales pactadas en la mesa del diálogo social entre la patronal y los sindicatos afectan sólo parcialmente. Si es que lo hace. Este es uno de los motivos por los que estos trabajadores se quedan atrás respecto a los indefinidos con jornada completa, además de no recibir el plus o complemento personal de antigüedad. Elementos afectados por las negociaciones periódicas entre trabajadores y empresarios. Por último, la temporalidad o el menor número de horas de trabajo limitan el desarrollo laboral dentro de una empresa o sector.

Aunque se pacte un incremento salarial de, por ejemplo, el 1,5% o el 2,5%, la remuneración del conjunto de los asalariados crece menos

“Empíricamente se observa este fenómeno en los distintos niveles de subempleo”, señala el economista de Funcas, que trabajó anteriormente en la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Esta brecha queda corroborada en la Encuesta de Estructura Salarial que publicó esta semana el Instituto Nacional de Estadística (INE) con datos de 2015. La remuneración media anual fue de 23.106 euros. Sin embargo, los trabajadores con un contrato de duración indefinida ganaron 24.561 euros, frente a los 16.422 euros de los que tenían un contrato de duración determinada. En el caso de jornada parcial, la remuneración asciende a 10.065 euros. Entre los que trabajan a tiempo completo, casi el triple, con 27.039 euros.

En cualquier caso, la petición de la ministra Fátima Báñez será muy bienvenida para el 64% de los asalariados. Un total de 9,9 millones de ocupados tenía en el primer trimestre contrato indefinido y jornada completa, según la última Encuesta de Población Activa (EPA). La titular de Empleo y Seguridad Social pidió esta semana un esfuerzo a los empresarios para subir los salarios. El presidente de la CEOE, Juan Rosell, recogió el guante: “Podría hablarse” una subida salarial de más del 2,5% para los salarios más bajos, señaló.

La remuneración del conjunto de los trabajadores ha permanecido casi congelada durante la última década. Primero con el periodo de destrucción de empleo y después con la recuperación de parte de los puestos de trabajo perdidos en la crisis. Los datos del INE para los trabajadores indefinidos revelan que desde 2010 se mantienen entre los 24.200 euros y los 24.800 euros de media por empleado. En 2015 cayó un 0,8% hasta los 24.561 euros, frente al incremento del 1% pactado por la patronal y los sindicatos ese año.

La existencia de un número abultado de parados y el subempleo limitan el crecimiento de los salarios y presionan a la baja los de los nuevos contratos. Según estimaciones del Banco de España, los firmados en la última década cuentan con sueldos un 24% inferiores a los existentes en la época de la burbuja, antes del estallido de la crisis.

LOS SALARIOS SE QUEDAN ATRÁS DE LA RECUPERACIÓN DEL PIB

Otra forma de observar esta cuasi congelación salarial es a través de una de las vías que se utiliza para el cálculo del Producto Interior Bruto (PIB). Es decir, la riqueza que genera la economía en un año y que contabiliza principalmente los beneficios empresariales (excedente bruto de explotación, aunque esta variable recoge otras rentas) y la remuneración de los asalariados. Este año el PIB ha recuperado los niveles precrisis, pero por las ganancias de los empresarios. Este componente se ha elevado un 26% entre 2008 y 2016. En el mismo periodo, el incremento de los salarios es de un escueto 2%, perdiendo peso en el valor añadido que genera la actividad económica.

La previsión de Funcas es que la remuneración de los asalariados aumente un 4,5% en 2017. Sin embargo, este montante se incrementará por la generación de más puestos de trabajo. Esta misma proyección, con equivalencia por trabajador a tiempo completo para eliminar el efecto de la creación de nuevos contratos, es del 1,4%. Y el coste laboral por unidad producida, del 1,1%, frente a la estimación de estos mismos economistas de que la inflación media se situará en el 1,9% en el conjunto de 2017.

Funcas prevé que la remuneración de los asalariados crezca un 1,4% en 2017, frente a la inflación media esperada del 1,9%

Durante los últimos años, la evolución plana de los precios ha limitado que los trabajadores hayan perdido poder adquisitivo. Pero este año todo cambia. El retorno de la inflación hasta niveles de entre el 1% y el 3% ha alentado a los sindicatos a exigir aumentos en la misma medida de los salarios, aunque las conversaciones con la patronal están, por ahora, congeladas. Aunque el flamante secretario general de CC.OO., Unai Sordo, anticipó esta semana en Televisión Española que las negociaciones tendrán su resolución en los próximos días “para bien o para mal”.

Históricamente, la comunidad de economistas investigadores -o parte de ella- ha explicado la evolución de los salarios con la relación entre el desempleo de la economía y su nivel de paro estructural o tasa Nairu (no aceleradora de inflación). Es decir, cuando el paro baja por debajo de este nivel, hay una escasez de mano de obra que presiona al alza los salarios y, como derivada, la inflación. La OCDE y el Banco Internacional de Pagos (BIS, por sus siglas en inglés), la sitúan en España en el 15%, mientras que Funcas entre el 10% y el 12%.

FALTA DE PRESIÓN SALARIAL EN TODA EUROPA

"La relación entre paro, desempleo estructural e inflación ha cambiado por el subempleo", que según el BCE alcanza al 18% de la población activa en la Eurozona

El propio Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), hizo alusión a esta variable en su versión más académica el mes pasado, en un discurso en el que inesperadamente se mostró más optimista con la economía. Un mensaje que el mercado interpretó como un punto de inflexión, ratificado este jueves con las actas de la última reunión de política monetaria. “La brecha del desempleo y la tasa Nairu se está reduciendo y la Comisión Europea prevé que se cierre en los dos próximos años”, sostuvo el banquero italiano, marcando así una referencia para empezar a pensar que los salarios impulsen los precios.

En el caso español, “en otras fases de recuperación ha habido crecimiento de los salarios desde el principio, pero esta vez no”, señala Torres. “La relación entre paro, desempleo estructural e inflación ha cambiado por el subempleo”, añade. En este sentido, el BCE publicó un estudio en mayo en el que estimó que si se combina el desempleo con el subempleo, el porcentaje de la población activa afectado alcanza el 18% en la Eurozona.

En España, el mercado laboral arroja cifras mucho más preocupantes. El paro alcanzó al 18,75% de la población activa en el primer trimestre. Entre los 18,4 millones de ocupados, un total de 15,34 millones eran asalariados. Y de ellos, la temporalidad afecta al 25,7%. Por su parte, el 17% tiene jornada parcial -muchos de ellos, coincidentes-. El motivo no es otro que “no haber podido encontrar trabajo de jornada completa”, según el INE, en 1,7 millones de personas, el 58% de los que tienen jornada parcial. Un hecho que ocurre principalmente entre las mujeres -tienen el 72% de estos contratos-, lo que agrava la brecha entre géneros. Una de las conclusiones negativas, y son muchas, que arrojan los datos del mercado de trabajo.

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