• Cada mujer tiene de media 1,34 hijos frente a los 1,44 en 2008
  • Sin población trabajadora, el sistema de pensiones español será difícil de sostener
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Maternidad, Madres, EUROPA PRESS

La incorporación de la mujer al mundo laboral y la falta de políticas de conciliación hacen que las mujeres decidan ser madres más tarde y tener menos hijos. Una decisión que se ha ido pronunciando conforme han pasado los años. Una realidad que, entre otras consecuencias, pone en peligro el sistema público.

En 2016, la edad media de maternidad del primer hijo se situó en los 30,8 años, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta edad ha ido aumentado con el paso del tiempo y ha llegado a este nivel máximo. En 2008, esta edad se situaba en los 29,3 años. En estos ocho años, la maternidad se ha retrasado casi dos años de media. Esta decisión ha repercutido en el número de nacimientos, que en el primer semestre de este 2017 se ha situado en 187.703.

El número de nacimientos se ha reducido un 6,3% respecto al mismo periodo de 2016. La principal causa es que, además de retrasar la edad de maternidad, las mujeres deciden tener menos hijos. De hecho, según la estadística del INE, el número de hijos por mujer es de 1,34 hijos. A pesar de haber repuntado una décima en el último año, es una tendencia que va a la baja, ya que en 2008 el número de hijos por madre era de 1,44.

Esta situación se produce por la incorporación de la mujer al trabajo y la decisión, en algunas ocasiones, de querer promocionar en su carrera profesional. Además, otra de las causas es el problema de acceso a la vivienda, precios altos para los jóvenes. Las parejas no deciden tener hijos hasta que no ven una cierta estabilidad. Y, por supuesto, también influye a la ausencia de políticos de conciliación y fomento de la maternidad.

EL SISTEMA DE LAS PENSIONES, EN PELIGRO

“España requiere de población trabajadora para que se pueda sostener el Sistema de la Seguridad Social”, resalta Djamil Tony, profesor de derecho del Trabajo de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA). Así, explica que si no hay población activa no se podrán sostener las pensiones de las personas con derecho a cobrarlas. Añade que “se necesitan trabajadores que coticen al sistema en todas las décadas. Si no hay nuevos nacimientos cada año, la economía se resiente en el futuro”.

La dificultad de poder conciliar vida familiar y laboral contribuye a la reducción de la natalidad. “Esta situación demográfica es muy relevante para entender el crecimiento económico y la prosperidad del país a largo plazo”, asegura Raymond Torres, director de Coyuntura Económica y Economía Internacional de Funcas.

Ambos expertos coinciden en la necesidad de fomentar la natalidad en España para solucionar el problema de la pensiones. De hecho, el profesor del IESE Javier Díaz-Giménez publicó el estudio ‘Las pensiones españolas cerca del precipicio’ en el que aseguraba que el sistema está “tan quebrado y la crisis demográfica va a ser tan grave, que cada mujer fértil debería tener al menos ocho hijos más de los previstos para que esto fuera posible”.

“Para mantener la tasa de dependencia de 2015 hacen falta 36,1 millones de trabajadores”, apunta en el estudio. Así, explica que esos trabajadores podrían ser indistintamente nuevos nacidos o inmigrantes. Sin embargo, realiza una salvedad: “Los inmigrantes se ponen a trabajar nada más llegar, pero los nuevos nacidos tienen que crecer y tienen que educarse y tardan unos 20 años en estar disponibles para trabajar”.

“Para mantener la tasa de dependencia de 2015 hacen falta 36,1 millones de trabajadores”

Si el número de hijos adicionales se reduce a cuatro, en 2050 habría 17,3 millones de nativos más y haría falta un saldo total de 18,8 millones de inmigrantes. Y si cada española tuviera dos hijos más de los previstos, el número de nuevos nativos se quedaríıa en 9,4 millones, y harían falta 26,7 millones de inmigrantes para recuperar la tasa de dependencia de 2015. Con esto datos y los 1,34 hijos por mujer, se pone de manifiesto que el sistema de pensiones español aún depende de la inmigración.

PLANES PARA REVERTIR LA SITUACIÓN

“El Estado debe promover e incentivar la maternidad a través de ayudas. Por lo que debe haber una flexibilización en sus políticas”, apunta Djamil Tony. No obstante, recuerda que la Ley de Igualdad contiene herramientas para ayudar al aumento de la natalidad a través de medidas que se implanten en los planes de igualdad. Lo más importante para el profesor de la UDIMA es incentivar medidas para conciliar la vida laboral y familiar.

Raymond Torres coincide en la importancia de las políticas de conciliación y en facilitarla. “Creo que poner a disposiciones guarderías, centros de educación y horarios flexibles es muy importante para estimular que tengan más hijos, pero también para igualar las oportunidades”, asegura el experto de Funcas.

Asimismo, destaca que toda la inversión en la política de conciliación es buena, “pero el problema es que se ven los costes en el corto plazo y no los beneficios a lo largo. Hay un coste ahora para un beneficio que se diluye en el tiempo”. Comenta que es un problema clásico en la política económica actual.

Otra de las políticas aconsejables tiene que ver con la estabilidad y la calidad del empleo. “Es algo que indirectamente va a ayudar para financiar las pensiones y a que las parejas tengan más hijos”, añade. Considera que con estas medidas “se podría detener la tendencia a la baja y que incluso subiera un poco”.

Además, destaca que con las nuevas tecnologías es mucho más fácil trabajar desde casa. Supone una cambio de la organización de empresa. Por ejemplo, que cada uno tenga sus objetivos y que no importe trabajar desde casa o en la empresa en determinadas franjas horarias con tal de trabajar. “Es algo que aprecian los trabajadores y que beneficiaría a la hora de tener hijos”, concluye Raymond Torres.

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