• El sector textil apunta a la liberalización de las rebajas como el causante de todos los males
  • La OCU pide a los consumidores estar atentos y "no dejarse llevar por la publicidad"
ep rebajas invierno

Los españoles nos hemos acostumbrado a renovar nuestro vestidor gastando menos de lo habitual. Las ofertas y las rebajas están presentes casi en todo momento en las tiendas de moda, y eso permite comprar prendas y calzado con importantes descuentos. No obstante, esta tendencia es “inasumible” para el sector textil, que está en jaque por la guerra de precios que se ha desatado para conquistar al cliente.

El Gobierno del PP acabó en 2012 con las rebajas reguladas, que hasta ese momento se limitaban a dos periodos al año, uno en verano y otro en invierno

Así lo alertaba hace unos días Eduardo Zamácola, presidente de la Organización Empresarial del Comercio Textil y Complementos (Acotex), en la rueda de prensa en la que se presentó el informe ‘El comercio textil en cifras’, con los datos del sector correspondientes a 2016. “Se vende más, pero con más descuento, lo que afecta a la facturación”, señaló el máximo responsable de esta entidad, que aseguró que “no se puede exigir un comercio de calidad, un producto de calidad o un personal cualificado y estar comprando siempre a precio de ganga”.

Los problemas, relató Zamácola, comenzaron en 2012, cuando el Gobierno de Mariano Rajoy decidió liberalizar las rebajas. El Ejecutivo del PP acabó con las rebajas reguladas, que hasta ese momento se limitaban a dos periodos al año, uno en verano y otro en invierno, quitando las restricciones para los periodos de descuentos y dejando que fuesen los propios comerciantes los que decidiesen cuándo hacerlos. Además, amplió los horarios de apertura del comercio, liberalizando también algunas zonas en ciudades turísticas.

Eso, unido a la profunda crisis que ha afectado a España durante los últimos años, llevó a los comerciantes a subirse al carro de los descuentos sin fin con el objetivo de vender pese al complicado momento que atravesaba el país y a la ajustada economía de las familias. Pero ahora se están dando cuenta de que es muy complicado mantener esta tendencia eternamente, porque afecta, y mucho, a los resultados: según Acotex, actualmente el 70% de la facturación del sector se genera a través de la venta de prendas y complementos en rebajas, con promociones o descuentos, cuando antes de la liberalización, cuando las rebajas estaban legisladas, era del 45%.

Desde esta organización apuntan que ha habido varias propuestas para que se vuelva a la situación anterior, pero reconocen que es “complicado”, sobre todo tras la aparición y consolidación de la venta online. “A no ser que se regule la venta por Internet, será difícil”, indicaba Zamácola, que aprovechó para hacer una llamada de atención a los clientes, recordando que esta situación “no es sostenible” y que por ello muchos comercios de barrio “están cerrando” al no poder competir con las grandes cadenas que hacen descuentos a todas horas, aunque no dio cifras concretas.

Pero también hizo un llamamiento al comercio textil, al que instó a acabar con la cultura de la promoción constante porque “los datos no aguantan”. “Hemos malacostumbrado al cliente” con tanto descuento, y esa política “no es sostenible” en el tiempo, insistió Zamácola. En su opinión, el sector tiene que adaptarse a los nuevos tiempos, y más teniendo en cuenta que los hábitos de consumo de los españoles están cambiando a pasos agigantados. Hace años gran parte del desembolso de la cesta de la compra se destinaba a la moda, pero ahora ya no es así. En el informe presentado por Acotex se aprecia que sólo el 12% de la misma se destina a ropa y complementos, mientras que una gran parte se destina a ocio y restauración, en los que según el presidente de esta organización la gente invierte sin pensar en el precio porque les ofrecen “elementos diferenciadores” por los que están dispuestos a pagar.

LA PERVERSIÓN DEL TÉRMINO REBAJAS

Con la liberalización aprobada por el Gobierno, la palabra ‘rebajas’ dejó de ser sagrada para el comercio, que pidió insistentemente proteger el término aunque no lo consiguió. Tal y como explica Pedro Campo, vicepresidente de la Confederación Española de Comercio (CEC), las rebajas son un periodo que se fija para que las tiendas puedan desprenderse del stock de productos que no se han vendido en temporada, haciendo para ello un descuento sobre el precio original. “Ese es el fin, y si se liberaliza, como ocurrió, se desvirtúa el concepto”, asegura. La CEC se ha mostrado más de una vez contraria a la decisión del Ejecutivo, ya que según dice está afectando enormemente al pequeño y mediano comercio, que cada vez tiene más difícil competir con la política de precios de las grandes cadenas de moda. “No pueden comprar un producto para hacer rebajas a mitad de temporada, están en situación de desigualdad”, señala Campo.

La CEC aboga por volver al modelo anterior de rebajas reguladas, porque es el que está presente en toda Europa

Además, dice que la “debilitación” que se está produciendo del concepto rebajas es tal que ya se está dejando ver en los datos de facturación de los periodos de descuentos por excelencia. “Los datos del último periodo de rebajas, el de enero, tras las Navidades, no se corresponden con los cosechados cuando las rebajas estaban reguladas. Además, hace años todos los medios de comunicación se hacían eco del revuelo y las colas que se formaban en unos conocidos grandes almacenes el 7 de enero, y eso ha desaparecido también”, apunta el vicepresidente de la CEC. Según dice, al estar los descuentos diluidos durante todo el año no hay público en los momentos clave, porque ya han comprado antes.

La CEC aboga por volver al modelo anterior de rebajas reguladas, porque es el que está presente en toda Europa. “Aquí la liberalización se decidió de la noche a la mañana y sin consenso con el sector”, recuerda Campo, que insiste en que si los comercios quieren hacer algún descuento a mitad de temporada, lo hagan bajo el prisma de “venta especial”, pero que no se use el término rebajas.

Precisamente hace unos días la Confederación pedía el desarrollo de un “plan de choque” para la dinamización del sector y advertía que, en caso contrario, “el comercio minorista, y en especial las pymes de comercio, afrontarán una temporada primavera-verano sumamente inestable”. Estas reclamaciones se produjeron tras conocer el Índice del Comercio al por Menor (ICM) que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE) del mes de abril, que mostraba una caída anual en la facturación del 1%, lo que según la CEC “corrobora la irregular evolución de las ventas del sector durante el primer cuatrimestre del año”.

En el inicio de 2017 se ha producido un crecimiento de la facturación del comercio minorista del 0% en enero, pese a ser un mes tradicionalmente bueno por las rebajas; una caída del 2,9% en febrero y de nuevo una subida del 2,7% en marzo. Eso sin olvidar los datos de diciembre de 2016, en el que el sector minorista mostró un crecimiento interanual de las ventas del 0,9%, bastante inferior a la tónica habitual de un mes de campaña navideña. “El comercio ha entrado en una fase de marcada inestabilidad en las ventas que pone en riesgo la recuperación del sector”, señalaba la CEC, que achacaba esta situación al “adelanto de las últimas rebajas de invierno a plena campaña de Navidad”, lo que “rompió la tendencia positiva, dificultó la venta del stock y perjudicó el inicio de la temporada de primavera-verano”.

¿CÓMO LO VEN LOS CONSUMIDORES?

Campañas como el ‘Black Friday’, los ‘días sin IVA’ o incluso las conocidas como ‘mid season sales’ tienen cada vez más éxito

No obstante, pese a las quejas del sector, parece que esta tendencia de rebajas continuas ha llegado para quedarse y que gusta al consumidor. Al menos así se desprende del éxito de campañas como el ‘Black Friday’, los ‘días sin IVA’ o incluso las conocidas como ‘mid season sales’ o rebajas de mitad de temporada. Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) apuntan que las rebajas y los periodos especiales de descuentos son una “buena oportunidad” de encontrar algunos productos con precios más asequibles, aunque también alertan de que hay que actuar “de forma inteligente” porque algunas ofertas que se revisten de rebajas en realidad no lo son.

“Los consumidores no deben dejarse llevar por la publicidad”, avisa la OCU, que lanza una serie de recomendaciones en su web para que las tiendas no den ‘gato por liebre’ con los descuentos, como por ejemplo comprobar que la calidad de lo que se oferta es la misma antes y después de la rebaja, que las condiciones de cambio o devolución están debidamente comunicadas, o que el precio original aparezca junto al rebajado. “Si se cumplen estas y otras condiciones, no habrá problema”, concluye la organización.

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