• La rentabilidad de los bonos aumentaría y el papel de la política del BCE sería fundamental
  • La salida del euro sería buena para el crecimiento de Grecia a largo plazo, según varios expertos
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Tanto el mercado como los economistas ven cada vez más probable que no haya solución en torno a Grecia. A pesar de que este martes se reanuden las conversaciones, el riesgo de un Grexit sigue presente en Europa y hay varias consecuencias que tener en cuenta.

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Este martes Grecia debe pagar al Fondo Monetario Internacional (FMI) un vencimiento de 1.560 millones de euros por los pagos agrupados de junio. El Ejecutivo heleno ha confirmado que no habrá tal pago, aunque en este caso Grecia tendría una moratoria de dos meses y no se podría hablar de default. Tampoco si impaga el vencimiento al Banco Central Europeo (BCE) de 3.500 millones de euros el próximo 20 de julio. Sin embargo, en este caso correría peligro el programa de asistencia financiera de emergencia para la banca helena (ELA, por sus siglas en inglés) y los acontecimientos se precipitarían hacia consecuencias imprevisibles.

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Además, en caso de que no haya acuerdo y no se desbloquee el rescate, Grecia tendrá complicado cumplir con sus obligaciones. Desde la agencia S&P esperan que haya un default antes de 12 meses. La calificación crediticia de Grecia por S&P ya está en 'CCC-', tras dos recortes en menos de un mes.

Si hay default, dependería de la voluntad política de Europa que Grecia permanezca en el euro. Y “no es viable por mucho tiempo” una situación en la que Grecia está en la moneda única después de hacer default, opinan en Bank of America Merrill Lynch.

En caso de que haya default y ruptura del euro, y aunque desde las instituciones se apunta un riesgo limitado de contagio, hay varias circunstancias a tener en cuenta:

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1. Impacto en la renta variable europea

Las posibilidades de un accidente han aumentado y, “aunque el impacto positivo de una solución duradera sería mayor”, “los inversores se han vuelto más cautelosos y se preocupan mucho más por un resultado negativo en Grecia”, opinan en Bank of America Merrill Lynch. En este sentido, el mayor riesgo es la incertidumbre, argumenta Fabio Ficcelli, gestor de Fidelity. Por lo pronto, el Ibex se ha dejado un 4% en junio y suma tres meses consecutivos de pérdidas por el temor a un default y a un Grexit, y todavía no se ha producido. Las bolsas europeas se mueven en los mismos estándares desde finales de marzo.

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Los inversores se han vuelto más cautelosos y se preocupan mucho más por un resultado negativo en Grecia

2. Primas de riesgo y rentabilidad de los bonos

España y otras economías del euro han hecho un gran esfuerzo por cuadrar sus cuentas fiscales y reducir la tendencia al alza de la deuda emitida. “Es muy posible que la incertidumbre incremente la prima de riesgo, al menos a corto plazo, lo cual seguramente tendrá un impacto en el rendimiento de los bonos periféricos”. “Lo cuál seguramente tendrá un impacto en el rendimiento de los bonos periféricos”, añade. Un default griego debería provocar una venta de bonos europeos y mayores tasas de interés en la región. No obstante, en Bank of America Merrill Lynch asumen que el Banco Central Europeo (BCE) intervendrá de forma agresiva en los mercados “para evitar cualquier deterioro marcado por los diferenciales periféricos” y mantendrá el programa de estímulo monetario, que precisamente se basa en la compra de activos en el mercado secundario para frenar escaladas de las rentabilidades de la deuda pública.

3. Emisión de deuda soberana

La rentabilidad de los bonos en el mercado secundario puede condicionar la rentabilidad con la que los estados colocan deuda y, por tanto, en los intereses que se pagan desde las arcas públicas. España y otros países han hecho grandes esfuerzos por frenar la tendencia creciente del nivel de deuda y han conseguido emitir a tipos muy bajos. España, de hecho, ha llegado este año a colocar letras del Tesoro a tres meses con tipos de interés negativos.

Por lo tanto, un default podría tener efectos en las arcas públicas si provoca que los estados del euro tengan que presupuestar una mayor partida para los intereses de la deuda. Pero el papel del BCE, señalado en el punto anterior, podría impedir o al menos limitar este impacto.

4. Sistema financiero en el euro

Cuando el problema de la deuda griega tomó los titulares por primera vez, a finales de 2009, la gran preocupación en Europa era el impacto que podría tener en los balances de los bancos europeos. “Dada la recapitalización y reformas que ya han tenido lugar en los bancos españoles y portugueses, pienso que el riesgo será limitado”, expone desde Fidelity Fabio Riccelli.

No obstante, a lo largo de Europa los bancos son los valores más castigados en el mercado cada vez que hay una noticia negativa en torno a las negociaciones de Grecia con Bruselas. La agencia Moody's advirtió este mes que aunque la banca europea está en una mejor posición para gestionar una eventual salida de Grecia de la zona euro, las entidades de los países periféricos aún podrían seguir siendo vulnerables ante este riesgo, según se hizo eco Efe.

5. Economía real

Cualquier impacto en la economía real vendrá motivado por los efectos en el sistema financiero o en los mercados capitales, pero no de forma directa ya que Grecia actualmente es una economía con un tamaño menor que Rumanía o Perú, recuerdan en Capital Economics. “Las relaciones entre Grecia y el resto de la zona euro, por no hablar de la economía mundial en general, son ahora más pequeñas que en 2012, cuando Grecia pasado estuvo cerca de la salida del euro”, arguyen los economistas de Capital Economics. De hecho, más allá del shock inicial, Europa se olvidaría de su mayor preocupación en los últimos años y “sería bueno para el crecimiento económico de la eurozona”, argumenta Anna Stupnytska, economista internacional de Fidelity.

Las relaciones entre Grecia y el resto de la zona euro, por no hablar de la economía mundial en general, son ahora más pequeñas que en 2012, cuando Grecia pasado estuvo cerca de la salida del euro

6. ¿Tendrán acceso los bancos griegos a la liquidez del BCE?

El punto de partida para responder a esta pregunta estará en el próximo 20 de julio, cuando Grecia tiene que acometer un pago de 3.500 millones de euros a la institución que preside Mario Draghi. En caso contrario, podría congelarse o eliminarse el programa de asistencia de liquidez de emergencia (ELA), y en ambos casos se abren escenarios complicados para Grecia. El Estado heleno sería quien tendría que respaldar al sistema financiero, algo complicado si previamente no ha tenido efectivo para pagar al BCE.

7. Acceso griego a los mercados de capitales

En el caso del resto de países del euro, una escalada de la rentabilidad de los bonos podría conllevar un impacto en las arcas públicas. Sin embargo, para Grecia la situación es más complicada. Si no se desbloquea el rescate y S&P acierta y hay default de su deuda soberana antes de 12 meses, Grecia perderá el acceso a los mercados internacionales de capitales, con lo que tampoco podrá emitir deuda para tener efectivo. Algo que sufre Argentina casi 15 años después de su default.

Actualmente, el bono griego a 10 años cotiza en el mercado secundario en el 12,6%. Pero cuando Argentina hizo default, el bono argentino estaba en el 25%, recuerda Semana Económica. Esto podría indicar que la cotización de la deuda helena no descuenta el default. La rentabilidad se dispararía y el interés sería tan alto que Grecia no podría asumir el servicio de la deuda que pudiera querer emitir.

8. Crecimiento de Grecia a largo plazo

Si hubiera Grexit, a corto plazo las consecuencias para Grecia serían tan impredecibles como preocupantes, y todo dependería de la voluntad política de Europa o de instituciones internacionales como el FMI para aliviar el trance. Sin embargo, el dracma podría ser una válvula de escape para la economía helena a largo plazo. Habría una devaluación, se incentivarían las exportaciones y Grecia viviría “años de rápido crecimiento”, argumentan en Capital Economics. Bajo este prisma, la salida del euro “sería buena para el crecimiento a largo plazo de Grecia”, coincide Stupnytska.

9. El euro, ¿se puede romper?

Si Grecia abandonara la moneda común sería la primera vez que un país abandona el proyecto del euro, un proyecto “irreversible” como ha repetido una y otra vez Mario Draghi. La pregunta que queda en el aire es: ¿Podría pasar en el futuro con otros países como Portugal, España o Italia? “Para los países periféricos, el dolor de Grecia ayudará a diluir el riesgo moral. En otras palabras, tendrán más incentivos para permanecer dentro del euro”, argumenta al respecto la economista internacional de Fidelity.

Para los países periféricos, el dolor de Grecia ayudará a diluir el riesgo moral. En otras palabras, tendrán más incentivos para permanecer dentro del euro

10. Política

En primera instancia, un Grexit podría castigar electoralmente a los partidos 'anti-austeridad' de la zona euro que sean del corte de Syriza. “La parte positiva para España sería que las consecuencias para Grecia podrían hacer que los votantes españoles sean más cuidadosos en lo que votan en las elecciones generales”, señala Fabio Riccelli.

Sin embargo, hay otra posibilidad que apunta Capital Economics, y es que Grecia experimente una recuperación económica a medio y largo plazo fuera del euro. En caso de que haya default y ruptura de la moneda, Grecia tendría una nueva divisa que devaluaría de forma inevitable, lo que aumentaría las exportaciones y empujaría la actividad económica. Esta hipótesis favorecería a partidos 'anti-austeridad' como Podemos e incluso podría beneficiar a formaciones 'anti-euro' a lo largo de Europa.

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