• La libra, dinamitada por el temor de que no haya acuerdo para una transición en el Brexit
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El dólar vuelve a ser el centro de atención este viernes, mientras los operadores acaban de digerir qué significa para el mercado de las divisas el cambio de lenguaje del Banco Central Europeo (BCE). Con el ruido de fondo de la guerra comercial y la imposición de aranceles que han quedado ‘afeitados’ con rebajas a México, Canadá y otros países, el ‘billete verde’ avanza contra el yen tras la noticia de que Donald Trump y Kim Jong Un se reunirán en mayo.

Será la primera vez que se da una cumbre entre un presidente de EEUU y el mandatario de Corea del Norte y la moneda estadounidense lo ha celebrado acelerándose contra la nipona hasta las inmediaciones de los 107,00 yenes. Pone tierra de por medio, así, con el mínimo de 16 meses de esta semana en los 105,24 yenes, a medida que “los flujos monetarios abandonan los valores refugio”, apuntan desde LGT Bank. Los titulares sobre esta cumbre histórica están “espoleando el apetito por el riesgo”, señala por su parte Stephen Innes, analista de Oanda.

Los titulares sobre la cumbre histórica entre EEUU y Corea del Norte están “espoleando el apetito por el riesgo”

El director de Seguridad Nacional de Corea del Sur, Chung Eui Yong, ha asegurado este jueves que Trump ha aceptado reunirse en mayo con Kim Jong Un, en lo que ha descrito como un intento por parte del dirigente estadounidense de lograr la "desnuclearización permanente" de la península de Corea. Un acontecimiento que son “fundamentalmente buenas noticias”, describen por su parte desde Danske Bank. Sin embargo, los expertos de la entidad danesa también argumentan que es un encuentro de “gran riesgo y gran recompensa”, ya que “si sale mal hay muchas posibilidades de que el conflicto pueda escalar aún más”.

Pero esto no será hasta mayo. Mientras tanto, el dólar se dispara también en el índice que mide su desempeño hasta los 90.30 puntos, animado porque Trump finalmente ha confirmado que impondrá aranceles del 25% a las importaciones de acero y del 10% a las de aluminio, pero también que estas tasas han quedado ‘afeitadas’. Habrá exenciones para Canadá y México, así como para otros países en el futuro, lo que confirma la hipótesis que se barajaba entre los analistas de que Trump ‘iba de farol’ y que las tasas en las importaciones no son más que una baza de cara a futuras negociaciones con sus socios comerciales.

Así, la libra se precipita un 0,8% hasta las inmediaciones de los 1,38 dólares. La moneda británica ha tenido su propia dosis de sobresaltos esta semana, después de que haya trascendido que Reino Unido se podría quedar sin la tan anhelada transición en el acuerdo del Brexit que se debe alcanzar en la cumbre con al Unión Europea (UE) de este mes de marzo. El problema, según ha declarado el presidente del Consejo de Europa, Donald Tusk, es que el Gobierno de Theresa May no presente una solución realista para la frontera con Irlanda.

EL BCE ECHA UN JARRO DE AGUA FRÍA EL EURO

Ni siquiera contra el euro, que ha recibido un inesperado mazado del presidente del BCE, ha logrado salir airosa la divisa británica y se ha mantenido confinada en las inmediaciones de las 0,89 libras. La moneda comunitaria, por su parte, ha perdido un 0,9% contra el dólar y se mantiene prácticamente sin cambios, en la franja de los 1,23 dólares, después de que el presidente del banco central, Mario Draghi, hiciera énfasis en la falta de presiones inflacionarias, lo que asegura una gradual retirada de los estímulos monetarios.

Eso sí, la acción del precio ofreció la volatilidad a la que nos tiene acostumbrados durante las decisiones de política monetaria del supervisor económico y su primera reacción fue la de celebrar el cambio en la guía para los mercados (‘forward guidance’) de su comunicado. Hasta la fecha, el BCE incluía en su orientación de expectativas que "si las perspectivas fueran menos favorables, o si las condiciones financieras fueran incompatibles con el progreso del ajuste sostenido de la senda de inflación, el Consejo de Gobierno está preparado para ampliar el volumen y/o la duración del programa de compras de activo". Ahora, sin embargo, ha eliminado "por unanimidad" -ha señalado Draghi- esta mención del texto, con lo que descarta reforzar las compras de deuda. Era lo previsto y confirma así la impresión de que las compras de deuda en el mercado terminarán en septiembre.

No obstante, la clave está en que, a pesar de que la entidad ha mejorado sus perspectivas de crecimiento para la Eurozona, las nuevas previsiones del BCE confirman la ausencia de auténticas presiones inflacionistas. Y, por lo tanto, garantiza que la futura retirada de los estímulos será gradual. Mantiene su previsión de inflación en el 1,4% para 2018, reduce una décima, del 1,5% al 1,4%, la de 2019 y tampoco cambia la de 2020, que permanece en el 1,7%.

Por otra parte, y tal como se esperaba, el BCE no ha tocado el núcleo duro de su política monetaria. Mantiene los tipos oficiales en el 0% y los de la facilidad de depósito en el -0,40%. Además, seguirá dedicando 30.000 millones de euros al mes a la compra de deuda en el mercado.

La visión de los analistas de Danske Bank remarca que las noticias son positivas “en líneas generales”. Si bien no ha disparado un rally en el euro que desemboque en una nueva tendencia alcista, sí mantendrá la idea viva en los mercados de que el banco central finalizará su política de estímulos”. “Y será suficiente para mantener los flujos de capitales en el euro, lo que asegura que hay potencial alcista para la moneda”, añaden. Con todo, no abandonan su previsión de que el euro/dólar se mantendrá en pago entre los 1,21 y los 1,26 dólares “por ahora”.

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